Partido completamente loco el que se ha podido vivir en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, entre dos equipos que se lanzaron al ataque en busca de la victoria. El Linares Deportivo, gracias a la renta lograda en la primera mitad, acabó imponiéndose. 

La primera mitad fue completamente del conjunto jiennense, que maniató a la escuadra almeriensista como dispuso. A consecuencia de la pájara general de la zaga rojiblanca, llegaron tres goles por parte de los pupilos de Antonio José García,  que vislumbró las graves carencias del Almería B en defensa. Los urcitanos no aparecieron en ataque en prácticamente toda la primera mitad, mientras que los linarenses se mostraron muy seguros atrás, con un Lopito espléndido. 

Sin embargo, la charla de Miguel Rivera al descanso tuvo que calar hondo en los cuerpos de los integrantes de la plantilla filial, que salió con aire fresco en la segunda parte, dispuesta a darle la vuelta al marcador. Primero Ramón Azeez y después Hicham, desde el punto de penalti, anotaron los goles para el equipo almeriense, que tuvo posibilidades de empatar hasta el último suspiro del partido. 

Primera parte: aluvión linarense

El encuentro comenzó con el dominio parcial del cuero por parte de los pupilos de Miguel Rivera, que como tiene acostumbrada a la parroquia rojiblanca, realizó su particular ritual con las estampitas minutos antes del comienzo del partido, encomendándose a un ente superior para intentar lograr la victoria, después de cinco partidos consecutivos sin conseguir los tres puntos. La primera ocasión llegó por parte del bando almeriense, con un certero cabezazo de Rubén Díaz, que se marchó un tanto desviado del marco de Lopito, exmeta del conjunto andaluz. 

En los primeros compases de partido, Gaspar, una de las joyas de la corona de la cantera almeriense, tuvo que retirarse del terreno de juego por unas molestias musculares. Pese a la importante baja, el conjunto almeriense prosiguió en su intento de controlar el balón, para organizar el fútbol de ataque con Azeez y Joaquín, como directores de orquesta. Pese a las buenas intenciones de la escuadra almeriense, los jienenses dieron el primer zarpazo. Un balón suelto en la frontal del área, lo aprovechó Rodri para soltar un zapatazo inapelable, que no pudo detener Gianfranco. La reacción de los almerienses no se hizo esperar, pero la zaga linarense se mostró muy segura y efectiva en la primera media hora de encuentro. 

Con el gol jienense, los pupilos de Antonio José García adelantaron líneas, para imposibilitar la corrrecta circulación del cuero en tres cuartos de campo. La buena imagen del Almería B en los primeros minutos quedó en un mero espejismo, justo después del gol linarense. Cuando parecía que el conjunto rojiblanco empezaba a recuperarse, llegó el segundo zarpazo del conjunto andaluz. Jugada de contraataque que llega a las botas de Francis Ferrón, que se deshace con facilidad de Josema y revienta las mallas para poner el segundo en el videomarcador. El filial rojiblanco había quedado totalmente retratado y desdibujado con el segundo gol de los linarenses. Hasta tres ocasiones tuvo Hicham para desvirgar el marcador rojiblanco, sin embargo unas veces por acierto de Lopito y otras por fallo del flamante futbolista hispano-marroquí, fue totalmente imposible. Cuando parecía que ambos equipos se disponían a enfilar el túnel de vestuarios, llegó el tercer tanto de la mañana. Pájara monumental de la zaga almeriensista, que aprovecha Álvaro Vega dentro del área para remachar a gol. Con el tercero del Linares Deportivo se llegó al descanso. 

Segunda parte: respuesta asombrosa del Almería B

La segunda parte empezó con un Almería B algo más entonado pero muy fallón en la circulación de balón y sin una claridad en la parcela ofensiva. No se hizo esperar la primera ocasión para el conjunto rojiblanco por mediación de Rubén Díaz, que a punto estuvo de inaugurar el marcador para su equipo, pero se cruzó rápidamente al corte Rosales. Con el paso de los minutos, el conjunto dirigido por Miguel Rivera se fue haciendo con el control del balón, y empezó a llegar con un cierto peligro a las inmediaciones del área de Lopito. Aprovechando el buen momento de juego del filial, llegaría el primer gol de los almerienses, gracias al nigeriano Ramón Azeez, que se introdujo en el área para rematar un balón suelto, que no pudo rechazar Lopito. 

Con el gol de los rojiblancos, la parroquia linarense, representada por unos 150 espectadores, quedó totalmente silenciada. Un potente cabezazo de Charlie Took y un disparo colocado de Rubén Díaz, a punto estuvieron de convertirse en el segundo tanto almeriense. Sin embargo no tardaría en llegar el segundo golpe de los rojiblancos, en esta ocasión desde el punto de penalti. Se perfiló Hicham, convencido de sus posibilidades, y anotó de forma incontestable para dar una oportunidad al filial de luchar por el partido, después de una primera parte para olvidar.  Las malas noticias seguirían llegando al banquillo linarense, debido a la justa expulsión de Joselu por doble amonestación, dejando a su equipo en cuadro. 

Espoleados por su entrenador, los jugadores almerienses se lanzaron a por el empate, principalmente gracias al buen estado de forma de Rubén Díaz, omnipresente en el ataque, e Hicham, que ya gozó de unas cuantas ocasiones en la primera mitad. Un misil de Ramón Azeez a punto estuvo de convertirse en el tercer gol almeriense y por lo tanto la igualada en el marcador, sin embargo Lopito se empeñó en erigirse como héroe y rechazó el cuero con seguridad. Los tradicionales minutos de la basura se convirtieron realmente en los minutos decisivos, con un Almería lanzado a por el tercer gol, y con un Linares Deportivo esperando atrás para cerrar el partido con una contra. Las ocasiones rojiblancas no cesaron, y es que hasta en tres ocasiones pudo materializar el tercer tanto el conjunto rojiblanco, pero Lopito y la zaga linarense las lograron desbaratar. Para vislumbrar las intenciones del Almería B solamente hace falta decir que Gianfranco acabó el partido en la frontal del área linarense. Con una jugada embarullada del Almería B se llegaría al final del encuentro.