El Sestao sigue fiel a su guión desde que comenzara la temporada y cosechó su noveno empate, sexto en casa, ante un Socuéllamos que, consciente de las dificultades de su rival para puerta, optó por un partido práctico y defensivo con el objetivo de sacar al menos un reparto de puntos que impidiera a los verdinegros adelantarles en la clasificación. Una vez más, y ya van siete partidos esta temporada, el River se volvió a quedar sin marcar, lo que le condena a moverse en el filo de los puestos de descenso después de cinco jornadas ya sin conseguir un triunfo. Una racha negativa que el Yugo amplía hasta siete, si bien queda atenuada por el colchón de dos puntos más de los que disfruta en la clasificación actual.

Con la novedad de Cristian en el centro del campo local, y la apuesta del banquillo visitante por la experiencia en un once titular donde volvían a formar entre otros Diego Rivas y Antonio Calle, dio comienzo un choque que en los minutos iniciales no tuvo dominador claro pero que atisbaba las intenciones de ambos técnicos.

Gol anulado

Y es que desde el principio de partido se pudo observar que era el equipo local el que quería llevar la iniciativa en el juego, mientras el Yugo esperaba agazapado y bien ordenado su oportunidad para jugar con el tiempo y los nervios de su anfitrión, que daría su primer aviso con un balón centrado por Igor Arnáez, un puñal en ataque desde el carril izquierdo, que no llegó a rematar Jito Silvestre.

Igor Arnáez cuajó un partido muy completo

Con la lección bien aprendida de cerrar los espacios al delantero centro y principal argumento ofensivo de los vizcaínos, la réplica de los de García Cosín llegaba con un disparo de Zurdo, su única ocasión durante la primera mitad y prácticamente en todo el partido, que obligó a Raúl a intervenir en dos tiempos para atajar el balón.

Poco después, pasado el primer cuarto de hora, llegaba la polémica al encuentro, tras una bonita jugada en la que Jito lanzaba un gran pase entre líneas para la llegada desde atrás de Riki, quien cedía atrás para el remate de Silas a puerta vacía. Para infortunio de los locales, el gol era anulado por el colegiado gallego por una posición de fuera de juego que sólo se puede apreciar en el único jugador que no participaba en la acción, Abaroa.

No fue ésta la única acción protestada por la grada de Las Llanas, que también reclamó un posible penalti sobre Jito, poco antes de que Mikel Abaroa intentara ver puerta con un remate de cabeza que se iba alto.

A cero

Tras la reanudación se intensificó el dominio de los locales, que inquietaron al meta Facundo con un disparo lejano de Arnáez y sobre todo con un claro remate de Riki.que se fueron excesivamente cruzados. Ante la pólvora mojada de sus delanteros, también los defensas verdinegros se sumaban al ataque, y tanto Cabero como Tarantino intentaron desnivelar la balanza sin fortuna.

Los cambios ordenados por Cosín oxigenaban la zona ancha visitante, desgastada por el esfuerzo físico, pero no conseguían poner en riesgo la condición de invicto en Las Llanas del Sestao. La precaución por amarrar el empate se acentuó en los minutos finales del encuentro, tras la expulsión de Garrido, uno de los jugadores de refresco del equipo socuellamino, aunque apenas hubo tiempo ni juego para más sustos en la portería de Facundo.

Con el pitido final vizcaínos y castellano-manchegos consumaron una nueva oportunidad perdida por retomar la senda de la victoria, algo que deberán volver a intentar la próxima jornada: los verdinegros ante un Getafe B tanto o más apurado clasificatoriamente, y los del Paquito Giménez ante otro equipo vizcaíno como el Arenas de Getxo.