El FC Barcelona parte como gran favorito en su partido frente a la Roma, en parte por la exhibición que dieron los azulgranas en el clásico, pero también por la situación que está viviendo el equipo romano.

Pérdida de velocidad

Las bajas de Salah y Gervinho pueden ser cruciales para la Roma. El conjunto de Rudi García es un especialista en salir al contragolpe, especialmente cuando lo necesita, como en esta ocasión en el Camp Nou, y las dos balas que más utiliza no podrán jugar.

El egipcio, ex de la Fiorentina, es uno de los jugadores más rápidos del mundo, y su velocidad podría haber puesto en apuros al Barcelona. En la banda derecha, donde normalmente juega Salah, Rudi Garcia podría optar por situar a Florenzi. El italiano se hizo famoso en el primer partido de la fase de grupos en el que batió a Ter Stegen con un disparo desde el centro del campo. Detrás de él jugaría Maicon, y como el italiano también ha actuado en ocasiones como carrilero derecho, esta podría ser la opción de blindar el flanco diestro con un doble lateral. Otra de las opciones es que juegue Juan Iturbe, otro rápido extremo. El argentino seguiría la línea de Salah y no plantearía una banda tan fuerte defensivamente como lo haría de jugar con Florenzi.

En la banda izquierda, el titular podría ser Iago Falqué. El gallego se formó en las categorías inferiores del Barça, hasta que llegó al filial azulgrana. Allí, el ahora técnico del primer equipo, Luis Enrique, decidió prescindir de sus servicios. Esta noche puede ser un buen momento para reivindicarse. Pese a restar velocidad al ataque romano, su combinación por la zona central podría aliviar el presumible dominio de la posesión local.

Fragilidad defensiva

El equipo capitalino no está pasando por su mejor momento en la parcela defensiva. En los tres últimos encuentros de Champions League ha encajado nueve goles. El doble enfrentamiento ante el Leverkusen dejó dos grandes partidos, tanto el disputado en el Bay Arena (4-4) como el que se jugó en el Olímpico de Roma (3-2). Ahora mismo, el balón está en el tejado de los alemanes, pero el Roma no se puede relajar.

En cuanto a la competición doméstica, el empate a dos goles contra el Bolonia no deja a la Roma contenta. Si bien el encuentro se disputó en unas condiciones pésimas, el campo estaba totalmente encharcado, el equipo de Rudi García volvió a mostrar su fragilidad defensiva. Su portero, Wojciech Szczęsny, no parece dar demasiada confianza a sus defensas. Además, el ex del Arsenal, hizo hace poco unas declaraciones controvertidas en las que recordaba que él volvería al conjunto gunner, en señal de desapego a los aficionados romanos.

Maicon, Rudiger, Manolas y Digne. La línea defensiva de la Roma está más que clara. El brasileño, que ha perdido su punta de velocidad, debería de sufrir esta noche ante las envestidas del tridente azulgrana, especialmente de su compatriota Neymar, que podría hacer estragos en su banda. La pareja de centrales sigue mostrándose insegura, y es que en sus últimos 14 partidos sólo han logrado mantener la puerta a cero en una ocasión. En el caso de Digne, el joven lateral francés ex del PSG, debe acabar de consolidarse pero su proyección hace pensar que puede ser una pieza clave en el futuro del Roma.

Peligro a balón parado

El Barça nunca se ha caracterizado por ser un conjunto fuerte a balón parado. Si bien la pasada temporada los hombres de Luis Enrique, gracias en gran parte a Unzue que es quien controla este apartado, mejoraron mucho en este aspecto, en la presente campaña les está costando más.

En el clásico del pasado sábado, el Madrid empezó a encadenar córneres al inicio de la segunda parte. Es probable que en otras circunstancias los blancos hubieran acabado marcando, pero no fue así. Ante la Roma, los azulgranas deberán de volver a tener cuidado. Hombres como Dzeko, Rudiger, Manolas o Keita pueden ser peligrosos en el juego aéreo.

Además está Pjanic. Al bosnio hay que darle de comer aparte. Su multitud de repertorio a balón parado hace de él el mejor lanzador de faltas del mundo. Su aportación para la Roma es vital en cada encuentro: aparte de botar todas las acciones de estrategia, es el timón del equipo en el centro del campo. El Barça no puede conceder faltas cerca del área. Inhabilitar a Pjanic será una tarea difícil, pero necesaria.