Cuando Eusebio Sacristán llegó a San Sebastián todo eran incógnitas, pero si algo se sabía es que venía para implantar un estilo de juego propio influenciado por su etapa en el FC Barcelona. Una formación, el 4-3-3, y una manera de atacar, manteniendo la posesión, son las formas que trajo el entrenador vallisoletano y que se vieron en el partido de la pasada jornada contra el Sevilla en Anoeta. 

Con este nuevo estilo varios jugadores se perfilan como imprescindibles en un once ideal. Iñigo Martínez como fortaleza y encargado de empezar la jugada saliendo con balón, Illarramendi como conexión entre la defensa y ataque y Agirretxe como punta de lanza y referencia arriba.

Mediocentro en crisis

Con la lesión de Bergara, el mediocentro se resiente

Lo malo de tener a jugadores imprescindibles es que cuando faltan se nota, y mucho. Con Illarramendi sancionado el objetivo de quitarle el balón al Barça era difícil. Pero tras la lesión de  Markel Bergara, al que ya Eusebio había probado como titular para el partido de mañana, el mediocentro de la Real está en crisis. Sin la intensidad del '5' blanquiazul será complicado robar el balón y mantener la posesión ante uno de los equipos que mejor trata la pelota.

Pero aun así, el conjunto txuriurdin intentará jugarle de tu a tu al FC Barcelona, intentando aguantar lo máximo posible la posesión. Los encargados de ello serán seguramente Rubén Pardo, Granero y Xabi Prieto, futbolistas con mucha calidad y buen trato del balón, pero que necesitarán hacer un gran esfuerzo físico para conseguirlo. 

A pesar de la sanción de un jugador como Illarramendi, clave esta temporada para la Real, y la nefasta estadística en el Camp Nou, en el que los donostiarras llevan veinte años sin ganar, la plantilla viaja a Barcelona con un objetivo claro: aguantar el máximo tiempo posible con su portería a cero a base de robarle el balón al Barça.