Andando y andando desde la llegada de Miguel Ángel Portugal al banquillo blanco y violeta, parece que el Pucela está, poco a poco, construyendo una senda que puede acabar formando un camino. Un camino bueno que con el paso del tiempo le lleve, o le acerque, a los puestos cabeceros de esta Segunda División del fútbol español donde el nivel es tan parejo que cualquier mínimo error puede llevar a perder un partido sea cual sea el rival que está delante.

Con el de Quintanilla de las Viñas, el Real Valladolid ha experimentado una mejoría notable a pesar de la dura derrota del pasado domingo, en casa ante el cuadro pamplonica. La visita de esta semana al Ángel Carro se antoja apasionante y decisiva para que, de nuevo, el equipo vuelva a conseguir la victoria y dé un salto en la tabla ante de recibir el próximo fin de semana al Deportivo Alavés en el estadio José Zorrilla.

Portugal, cordura e inteligencia

Ya lo dijo nada más aterrizar en la capital del Pisuerga el pasado 21 de octubre el nuevo capitán de la nave pucelana. No iba a producirse un cambio drástico a las primeras de cambio y en caliente. La transición iba a ser dulce, calmada, con pausa, la que ha demostrado el técnico burgalés desde su llegada haciéndose cargo de un equipo que estaba en coma profundo y que en apenas un mes tiene, al menos, pulso. Dos victorias, ante Mirandés (con 20 buenos minutos de juego) y Real Zaragoza en La Romareda, dos empates, ante Leganés en casa y Almería a domicilio, y una derrota ante Osasuna.

Portugal ha puesto la calma que el equipo necesitaba

Pese a las bajas continuas, dañinas y muy importantes, sobre todo la de Manu del Moral cuando mejor venía jugando el ex de Getafe, Sevilla o Eibar, el equipo está dando la cara y luchando hasta el final en cada partido con la presencia del técnico burgalés en el banquillo, incluso luchando contra adversidades mayores (como la del árbitro) en el encuentro del fin de semana pasado ante Osasuna.

Miguel Ángel Portugal ha sabido poner, desde su llegada, la calma y la templanza que le faltaban a un equipo crispado con Gaizka Garitano. Poco a poco ha ido dotando al conjunto vallisoletano de esa inteligencia táctica que solo emborrona (que no es poco) el mal papel de un equipo débil en defensa y con errores garrafales de sus centrales, que en ocasiones cuestan partidos.

Más equipo

Es consciente el de Quintanilla de la Viñas de que su equipo atrás no carbura. Con 17 goles encajados en 14 jornadas, el conjunto de la capital del Pisuerga no es uno de los que más tantos recibe pero tampoco de los que menos. Con Garitano, el Pucela vio perforado su marco en 13 ocasiones en nueve encuentros, o lo que es lo mismo, una media de 1,44 tantos por choque. Con Portugal, la media baja hasta 0,80 goles por partido (cuatro goles recibidos en cinco partidos).

Con Garitano, el Real Valladolid recibía 1,44 goles por encuentro. Con Portugal, 0,80

El nuevo técnico del Real Valladolid, sabedor de las debilidades de su equipo atrás, ha decidido adelantar la línea defensiva con el fin de achicar espacios y de hacer que sus zagueros, en caso de perder el esférico, lo hagan en posiciones más adelantadas y por consiguiente de menor peligro para el marco que defiende Kepa Arrizabalaga.

Las líneas están ahora más juntas. Las distancias existentes hace algunas jornadas entre defensa y centro del campo (principalmente con el doble pivote) se han visto reducidas. Al rival le cuesta más triangular en zona de tres cuartos y el Pucela da mayor sensación de seriedad y de ser un equipo "más equipo" en las últimas fechas.

Las lesiones lastran, en demasía

Las lesiones están siendo, en este tramo de la temporada, el auténtico talón de Aquiles del equipo vallisoletano, con permiso de las ausencias por sanción, claro está. La pérdida, ante el Real Zaragoza, de dos jugadores claves en los planes del técnico burgalés como André Leao (tres semanas) y Manu del Moral (aproximadamente dos meses) es un problema serio para la escuadra que preside Carlos Suárez.

La baja de Manu del Moral, seguramente el jugador con mayor calidad de la plantilla vallisoletana, es un problema importante para Portugal

Especialmente sangrante es la ausencia del ex de Getafe, Sevilla o Eibar entre otro. El andaluz llegó en el tramo final del mercado de fichajes y tuvo que esperar hasta la jornada sexta para entrar en el equipo, al estar fuera de forma. Cuando mejor venía jugando el jienense, esa rotura de fibras en el bíceps femoral derecho le va a tener fuera de los terrenos de juego aproximadamente dos meses.

Baja sensible a la que hay que sumarle la de André Leao, la de Óscar y Alfaro hace unas semanas o las de Rodri y Marcelo Silva esta por expulsión el primero y por acumulación de tarjetas el segundo. Ausencias que le han impedido al nuevo comandante de la nave blanquivioleta trabajar con todos sus hombres y poder elegir a la hora de montar un once.

El camino a seguir

Lesiones a un lado, lo cierto es que con su nuevo entrenador este Real Valladolid parece otro equipo totalmente distinto al que empezó esta complicada a la vez que pareja temporada 2015-2016 en la categoría de plata del fútbol español.

Un equipo más serio, mejor tácticamente, que busca tener la bola pero que sabe defender mejor que hace unas jornadas cuando el rival le arrebata el control del esférico. Un conjunto que lucha hasta el final, como se pudo ver el domingo pasado ante Atlético Osasuna, y que se sabe levantar de situaciones adversas como la expulsión de Marcelo el domingo pasado. Este es el camino, el buen camino, el camino a seguir.

Fotografías: Real Valladolid.