Pese a que abandonó el club hace seis temporadas, el nombre de Roberto Soldado está todavía grabado a fuego en la mente de los aficionados y, especialmente, de las porterías del Coliseum Alfonso Pérez. Con 29 goles en 52 partidos, el valenciano es el segundo máximo goleador de la historia del club azulón en Primera División, solo por detrás de Manu del Moral. Tras dos años en Inglaterra, el delantero ha regresado a la Liga BBVA, pero la amarilla vista en el último duelo le impedirá reecontrarse con su antigua afición.

Soldado llegó al Getafe con 23 años procedente del Real Madrid en busca de los minutos que le habían faltado en el club blanco. Su elección fue totalmente acertada, ya que las dos campañas que estuvo el cuadro del sur de la capital le sirvieron como trampolín, pues creció y maduró como jugador, e hizo goles suficientes como para ser tenido en cuenta por los grandes equipos de España y Europa. Su paso por el equipo azulón fue el inicio de un camino que le llevó al Valencia, a la Premier League, y a la Selección Española.

En su primera temporada, arrancó con bastantes dudas, y de hecho hasta la jornada 15 había sumado tan solo un gol, pero a mitad de curso comenzó a carburar. Tras una espectacular segunda mitad, acabó el año con 13 goles que sirvieron para dar al equipo ocho puntos trascendentales para la salvación, de la que nadie dudó en destacarle como uno de los principales artífices. Tras un gran inicio como jugador getafense, le tocaba afrontar la temporada de su consagración.

La temporada 2009/10 arrancó de forma prácticamente inmejorable para el valenciano, que firmó un hat trick en 55 minutos en Santander y permitió incluso ser líder al Getafe tras la primera jornada. Los goles fueron cayendo uno tras otro, y ni siquiera una lesión de rodilla impidió al punta superar sus números del curso pasado con 16 tantos, que le colocaron como el sexto máximo goleador de la liga igualado con toda una estrella como Ibrahimovic. Sus dianas permitieron al Getafe lograr la sexta plaza, la mejor de su historia en Primera División, y clasificarse para la Europa League, pero ese mismo verano el Valencia llamó a su puerta y no llegó a disputarla con club azulón.

Pese a abandonar el equipo, el Coliseum continuó siendo su coto privado, y de hecho la temporada siguiente, ya como valencianista, firmó cuatro goles en su antiguo campo, pero estos fueron algo menos dolorosas para aquellas gradas a las que tanto había dado. Tras casi tres años sin pisar el césped del estadio azulón, Soldado contaba con regresar al campo en el que se consolidó como un gran jugador para tratar de reencontrarse con aquellas porterías con las que en su momento tuvo tan buenos momentos, pero tendrá que esperar a otra ocasión. Será sin duda una de las bajas más importantes del duelo, ya de por sí trascendental.