El fortín de Ipurúa espera con ansia al Real Madrid.  El conjunto blanco, en horas bajas, afronta un partido complicado fuera de casa en un campo que se le ha resistido a cinco de los seis equipos que lo han visitado esta temporada. El equipo de Rafa Benítez tiene la necesidad de sumar, y de tres en tres, para no dejar escapar a un Barcelona que se siente muy cómodo encabezando la clasificación.

El Real Madrid tiene que iniciar una persecución sin tregua, como la que acostumbra a tener que protagonizar durante los últimos años. Una carrera al acecho del Barcelona esperando cualquier error para recortarle puntos. Los blancos quieren que el equipo de Luis Enrique note su aliento en la nuca para que empiecen a sentir la presión. Para ello, los pupilos de Rafa Benítez tienen que disputar 26 finales en las que no pueden tropezarse.

Gareth Bale ayudando a Benzema tras un choque. Foto: Ricardo Larreina - VAVEL.

La primera de ellas se disputa en el Estadio Municipal de Ipurúa. Desde la llegada de José Luis Mendilibar al banquillo blaugrana, el Eibar ha convertido su estadio en una auténtica fortaleza de la que es prácticamente imposible escapar con los tres puntos. El conjunto armero está protagonizando un arranque de temporada espectacular y su solvencia en casa es una de sus mejores armas.

El Eibar ha disputado seis partidos en casa esta campaña, en los que el Atlético de Madrid ha sido el único equipo que ha conseguido sumar los tres puntos. Getafe, Rayo Vallecano y Athletic de Bilbao cayeron derrotados en Guipúzcoa, mientras que el Sevilla y el Celta de Vigo fueron incapaces de pasar del empate frente al conjunto armero (1-1).

El Real Madrid de las dudas

El Eibar recibe la visita de un Real Madrid que llega muy tocado anímicamente. El equipo de Rafa Benítez estaba protagonizando una temporada más que satisfactoria en cuanto a resultados. Sin embargo, su visita a Sevilla lo cambió todo. Una derrota en el Sánchez-Pizjuán les arrebató la condición de invicto, convirtiéndose en un auténtico mazazo para el madridismo, ya que el Barcelona aprovechó esa derrota para sacarle tres puntos.

Un panorama que no tardó en agravarse, ya que la siguiente jornada el equipo de Luis Enrique visitó la capital española para propiciar un soberano repaso al Real Madrid. Tocados y hundidos. El 0-4 recibido en el Santiago Bernabéu hizo temblar los cimientos de la Casa Blanca, siendo cuestionados todos y cada uno de los miembros del conjunto blanco.

Sin embargo, el fútbol siempre brinda una segunda oportunidad. El miércoles, el Real Madrid tenía la oportunidad de aprovechar su viaje a Ucrania para acallar todas las críticas y dar un golpe sobre la mesa. El madridismo esperaba una reacción de su equipo en la competición europea. El conjunto blanco se enfrentaba al Shakhtar Donetsk manteniendo la condición de invicto en la Champions League, un panorama inmejorable para hacer borrón y cuenta nueva.

Con esa intención viajó el Real Madrid a Ucrania, deseando anestesiar su dolor a base de goles. Y lo estaba consiguiendo. Recuperando buenas sensaciones, el equipo de Rafa Benítez se puso 0-4 en el marcador a falta de 20 minutos. Sin embargo, el conjunto blanco tuvo tiempo de emborronar su imagen recibiendo tres goles en los últimos minutos, por lo que acabó sufriendo y pidiendo la hora, los minutos y los segundos.

Cristiano Ronaldo durante un salto contra Albentosa. Foto: Ricardo Larreina - VAVEL.

Con esta situación, el Real Madrid no tiene tiempo para relajarse y tiene que dejarse la piel para conseguir sumar los tres puntos en Ipurúa. Seis puntos le separan del Barcelona, son muchos aunque no determinantes. El conjunto blanco tiene que iniciar una persecución sin tregua en la que no tiene permitido ningún tropiezo más. Ahora ya no hay margen de error.