El proyecto de un equipo cuyo objetivo es conseguir el ascenso a la máxima categoría tiene que estar definido unos meses antes del comienzo de la temporada. Formar un bloque sólido, competir durante los noventa minutos en cada partido, no conceder facilidades defensivas, practicar un juego agradable para los aficionados, ser efectivos ante la portería rival y, sobre todo, ganar deben ser las premisas a seguir de un conjunto que aspira a ocupar las posiciones altas de la tabla clasificatoria.

El fútbol es un deporte en el que la ‘lógica’ no existe. Cuándo los jugadores saltan al terreno de juego se igualan las fuerzas. Las operaciones matemáticas no se cumplen si hay un balón sobre el césped. La belleza está en lo impredecible. Pocos se atreven a vaticinar lo que va a ocurrir. La gloria puede alcanzarse de muchas maneras. Algunas establecen polos opuestos. Posesión o contragolpe, jugadas elaboradas o centros al área, ataque o catenaccio, presión o contemplación. No existe un código exacto que defina cuál es la forma acertada de practicar este juego.

Pese a las múltiples posibilidades que otorga el balompié a sus practicantes, hay un elemento clave que no ofrece opción a la duda: el gol. No importa la manera de lograrlo o los métodos utilizados para llegar a él. Lo único que cuenta es conseguirlo. 22 jugadores bregan sin cesar cada segundo del encuentro para alcanzar la satisfacción que les otorga conseguir un tanto. Para desgracia de los aficionados blanquivioletas, los delanteros del Real Valladolid no tienen el honor de disfrutar de este privilegio asiduamente. 

El gol, un problema para el Valladolid

El conjunto pucelano ha conseguido un total de 15 tantos a favor en 14 jornadas ligueras. Un promedio que supera escasamente el gol por partido. Esto supone un bagaje muy pobre para un equipo diseñado con el propósito de codearse con los grandes de la categoría. Rivales directos como el Club Atlético Osasuna, Real Oviedo o C.D. Mirandés, máximo anotador de la Liga Adelante con 24 dianas, superan a los hombres de Miguel Ángel Portugal. La pasividad defensiva agrava todavía más el problema en ataque.

Rodri: tres goles en 14 jornadas

Rodrigo Ríos Lozano ‘Rodri’ llegó el pasado verano a las filas del Real Valladolid para ser el delantero centro del equipo. Directiva y afición depositaron sus esperanzas en el canterano hispalense para que con sus goles abanderara el regreso de los pucelanos a Primera División. A estas alturas de campeonato la realidad es bien distinta. El jugador cedido por el TSV 1860 München tan solo ha conseguido perforar la portería rival en tres ocasiones. Después de catorce encuentros disputados con la zamarra blanquivioleta el promedio goleador del killer es de 0,2 tantos por partido.

Pisar el césped del Estadio José Zorrilla y llevar el número nueve a la espalda siempre ha sido sinónimo de responsabilidad. Los aficionados que cada fin de semana ocupan las gradas del feudo albivioleta lo hacen con el deseo de ver a sus jugadores desfondarse sobre el verde. Aplauden el esfuerzo de los suyos y les apoyan buscando allanar el camino hacia la victoria. Rodri es un claro ejemplo de ello. Lucha cada pelota como si fuera la última, pelea con los defensores en cada salto, presiona al portero para provocar el fallo; un esfuerzo que hace que abandone el terreno de juego exhausto en cada partido. Solo le falta el gol para terminar de encandilar al respetable vallisoletano.

Las comparaciones son odiosas. En las últimas temporadas, grandes atacantes como Roger o Javi Guerra han acaparado el protagonismo en el club de la capital castellano y leonesa. Una lesión mantuvo al delantero valenciano seis meses alejado de los terrenos de juego. Una baja sensible para una plantilla que acusó su pérdida. La vuelta del ahora futbolista del Levante U.D. antes del playoff de ascenso fue celebrada con júbilo en el José Zorrilla.

Javi Guerra merece mención aparte. El malagueño abrigaba con sus goles a los asiduos al ‘Estadio de la Pulmonía’. Durante su primera campaña como jugador del Real Valladolid (2010-2011) consiguió anotar 29 dianas en total. Un año después logró el ansiado ascenso a la Liga BBVA. En su última temporada en el conjunto blanquivioleta alcanzó la cifra de 15 tantos, lo que le hizo ser noveno en el Pichichi y el tercer máximo goleador nacional. Por si fuera poco, tiene el honor de ser el máximo goleador en la historia del Real Valladolid con 73 goles. 

La ansiedad de Rodri

En el último encuentro pudo verse como el delantero no pasa por su mejor estado de forma. No dispuso de muchas ocasiones para batir la meta defendida por Nauzet, guardameta del C.A. Osasuna, y las que tuvo tampoco fue capaz de materializarlas. La paciencia del ‘nueve’ pucelano fue decayendo a medida que transcurrían los minutos. Tras realizar una fuerte presión sobre la zaga rojilla, el colegiado le amonestó en el 57 de la segunda mitad. Miguel Ángel Portugal optó por sustituirle a falta de media hora para que concluyera el partido “por temor a que fuera expulsado”. 

Ya van cuatro jornadas de sequía goleadora

Rodri no sabe lo que es perforar la portería contraria desde el pasado 25 de octubre. Raúl Fernández fue el último arquero que no pudo detener un disparo del hombre gol blanquivioleta. El tanto sirvió para que el Real Valladolid cosechara la victoria en el derbi regional ante el C.D. Mirandés. Después de aquel encuentro, el olfato goleador del delantero parece haberse esfumado. Ya son cuatro las jornadas que lleva sin anotar una sola diana. U.D. Almería, C.D. Leganés, Real Zaragoza y C.A. Osasuna han salido ilesos tras su duelo ante el pistolero pucelano.

La importancia de sus goles

Los goles de Rodri son sinónimo de puntos. Las tres ocasiones en las que ha conseguido que el balón rebase la línea de la portería después de un chut salido de sus botas han dado a su equipo un total de cinco puntos. En el empate a dos frente al C.D. Numancia fue el autor del segundo tanto. Dos fechas más tarde, una diana suya consiguió que la visita a Huesca no fuera en balde. Su primer zarpazo delante de su afición fue ante los hombres de Carlos Terrazas en la victoria por dos goles a uno en el debut de Portugal en el banquillo del José Zorrilla. 

El equipo necesita que vuelva el mejor Rodri

La mejor noticia para el conjunto pucelano sería que su delantero recuperara la senda del gol. Con la llegada del ‘Black Friday’ los aficionados pucelanos esperan que su regalo sea en forma de puntos. No hay mejor manera de conseguirlos que sumando de tres en tres. Rodri es el hombre encargado de hacer que la oscura realidad del Real Valladolid se convierta en un sueño teñido de blanquivioleta.

 

Fotografías: Real Valladolid

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Sobre el autor
Iván Álvarez
Periodismo en la Universidad de Valladolid. Redactor en VAVEL en la sección del Real Valladolid.