El Real Valladolid ha mejorado significamente desde la llegada de Miguel Ángel Portugal. Las aguas estaban muy revueltas a orillas del Pisuerga durante el primer tramo de la presente temporada, momento en el que Gaizka Garitano aún desempeñaba el cargo de entrenador blanquivioleta. La afición pucelana deseaba por todos los medios que los suyos se encontraran en la zona noble de la clasificación de la Liga Adelante, sobre todo con la finalidad de pelear por regresar al Olimpo del deporte rey a nivel nacional, fuera por la vía del ascenso directo o a través del playoff.

No obstante, el arranque de la competición doméstica para el Pucela fue realmente preocupante. Los de blanco y violeta no levantaban cabeza lejos de la capital de Castilla, donde únicamente hacían que acumular resultados negativos que lastraban la confianza y minaban la moral de todos los integrantes de la expedición vallisoletana. Las sensaciones no invitaban precisamente al optimismo, aunque, al menos, el club presidido por Carlos Suárez estaba sacando adelante aquellos duelos que tenía que disputar en su propio fortín.

El problema llegó con el empate a nada (0-0) frente al Gimnàstic de Tarragona y la dolorosa derrota contra el Real Oviedo por dos dianas a tres, a lo que había que añadir sendos empates a domicilio ante Numancia en Los Pajaritos (2-2) y Huesca en El Alcoraz (1-1). La gota que colmó el vaso tuvo lugar en Palamós contra el Llagostera, oponente que le pintó la cara al Pucela, pese a que los hombres que por aquel entonces aún dirigía Garitano no hicieron un mal duelo. No obstante, el desenlace fue un auténtico secreto a voces. Carlos Suárez y Braulio Vázquez tomaron la dura decisión de cesar al míster vasco, lo que provocó la llegada de Portugal a la ciudad que vio nacer a Miguel Delibes.

Arrancaba una nueva etapa en el Real Valladolid, aunque en realidad era una continuación de lo que el ex del Eibar había tratado de implantar en el seno de la entidad castellana. Miguel Ángel Portugal mostró su optimismo y convicción desde su llegada para revertir la compleja tesitura en la que se había adentrado el plantel albivioleta, ya que los pucelanos se habían visto condenados al ostracismo (zona de descenso) después de acumular un total de cinco jornadas consecutivas sin saborear las mieles del triunfo en la Segunda División del balompié español.

Eterno capitán

Es evidente que la llegada del técnico burgalés ha significado una inyección de moral y optimismo para todos los componentes de la tripulación castellana. Muchos jugadores han señalado que nada ha cambiado con respecto a la etapa de Garitano, sino que simplemente parece que la fortuna empieza a sonreírle al Pucela, al menos en lo que a los resultados se refiere. Tema aparte es lo que está sucediendo con las expulsiones en la capital del Pisuerga, puesto que ya son varias las ocasiones en las que los pupilos dirigidos actualmente por Portugal se han visto lastrados a jugar buena parte de los partidos en inferioridad numérica.

El '18' de los de blanco y violeta le aporta mayor criterio, pausa, talento y clase al juego del Real Valladolid

Si la incorporación del que fuera entrenador de Racing de Santander y Real Madrid Castilla, entre otros, ha sido de gran relevancia para la escuadra castellana, qué decir del sempiterno Álvaro Rubio. El riojano está viviendo su enésima juventud con el cuadro pucelano, un aspecto crucial para que el club esté enderezando su rumbo (lento, pero seguro) en el torneo de la regularidad en la categoría de plata del fútbol en España. El '18' de los de blanco y violeta le aporta mayor criterio, pausa, talento, clase y multitud de calificativos más que figuren en el diccionario a un Real Valladolid que estaba bastante necesitado de retomar una vez más la mejor versión de su centrocampista.

El capitán, mejor dicho, eterno capitán del plantel pucelano está dando claras muestras de ser uno de los futbolistas más talentosos de su plantilla, por no decir el que más. Si Óscar González se erigió el año pasado como el jugador más valioso del cuadro encabezado por aquellas fechas por Rubi, puesto que fue el máximo goleador y asistente de los suyos durante el curso anterior, da la sensación de que ha sido Álvaro Rubio el encargado de recoger el testigo que el salmantino le ha cedido casi sin decir ni pío. El charro no está rindiendo al nivel que se esperaba, especialmente por lo visto en la campaña 2014-15, pero hay que reconocer que su incidencia en la filosofía de los de Portugal se nota cada vez que entra en contacto con el cuero.

Muchos son los jugadores del equipo blanquivioleta que atesoran una enorme calidad en sus botas: Juan Villar, Pedro Tiba, Manu del Moral, David Timor o el propio Óscar. Sin embargo, se puede afirmar con total rotundidad que es Álvaro Rubio el que, en cierto modo, ha cambiado el devenir del Real Valladolid en los últimos compromisos celebrados en la Liga Adelante. Parece que la fortuna vuelve a estar algo de cara con los hombres de Miguel Ángel Portugal, tal y como pudo verse con el empate materializado el pasado domingo en Lugo mediante un penalti transformado por Guzmán. Pese a ello, como dijimos anteriormente, la lacra de las expulsiones está siendo una losa bastante pesada para el club presidido por Carlos Suárez.

Un líder en el campo

Volviendo a la incidencia del capitán albivioleta en los suyos, basta con reseñar algunas de sus estadísticas en lo que llevamos de temporada en Segunda. 11 partidos jugados, seis como titular y cinco saliendo desde el banquillo, 546 minutos completados, 362 pases, con una precisión superior al 83 %, 24 duelos ganados, 21 recuperaciones, nueve intercepciones, seis faltas recibidas, una asistencia y ocho ocasiones generadas son algunos de los números de Álvaro Rubio con el Pucela en el presente curso. Unos registros que confirman lo que muchos aficionados y entendidos del panorama futbolístico sabían a la perfección, es decir, la trascendencia del mediocentro riojano en el juego de los vallisoletanos.

Miguel Ángel Portugal se ha deshecho en elogios varias veces hacia su capitán

Miguel Ángel Portugal se ha deshecho en elogios varias veces hacia su capitán, el líder de un barco que desea dejar de naufragar por las terribles borrascas que lleva afrontando desde que regresó a la Liga Adelante, todo ello con la mentalidad enfocada en volver a competir en los campos más emblemáticos del panorama nacional (e incluso internacional). Tras perderse los envites contra Mirandés y Almería por unas molestias musculares, el jugador que porta el dorsal número '18' en la elástica blanquivioleta dispuso de un cuarto de hora en el empate a uno de los castellanos frente al Leganés en el Nuevo José Zorrilla.

Posteriormente, lo ha jugado absolutamente todo en el triunfo ante Real Zaragoza (0-2), la derrota contra Osasuna (0-1) y el empate en el estadio del Lugo (1-1). Ahora llega el turno de verse las caras contra el Deportivo Alavés en la decimosexta prueba de la temporada en la Liga Adelante, un duelo que no será nada sencillo para los pucelanos. A pesar de que los vitorianos nunca han ganado en el fortín albivioleta en Segunda División, el plantel preparado por José Bordalás llega en un fantástico momento de forma, debido a que se encuentra en la tercera plaza de la tabla liguera con 26 puntos (a uno del liderato). Por tanto, el Real Valladolid necesitará que la brújula de Álvaro Rubio funcione a las mil maravillas para reconducir a la expedición castellana a la senda del triunfo. ¿Será capaz de conseguirlo?

 

Fotografías: Real Valladolid