El pasado mes de mayo, el Camp Nou fue testigo de la salvación de un Deportivo hundido, envuelto en una indolencia trabajada durante meses de planificación desastrosa y sin un estilo de juego definido. Tuvo la suerte de encontrarse con Víctor Sánchez del Amo un par de meses antes; margen escaso, pero que el exjugador blanquiazul aprovechó al máximo para convertir aquel despropósito en algo que hoy levanta pasiones. Toda A Coruña se creyó descendida desde los primeros compases de la segunda parte, cuando los culés se ponían dos goles por delante y aniquilaban la poca esperanza que a los herculinos les pudiese quedar. Pero fue entonces cuando el deportivismo se dio cuenta de lo que se había encontrado al recuperar a Lucas Pérez. Ese jugador que aparece, sin más, cuando más los necesitas. Cuando ya todo parece acabado y te resignas a aceptar tu destino.

El Deportivo no dudó en hacer volver a Lucas, cedido por el PAOK griego, sin importar los excesos que pudiesen suponer para las arcas del club. No fueron precisamente exiguos, sumando hasta un millón y medio de euros para el retorno del hijo pródigo, cantidad desorbitada para muchos –teniendo en cuenta el estado anémico de la economía del Dépor–; mientras que para otros todo esfuerzo será siempre poco.

Quedará por saber, algún día, si la directiva estuvo fina o no al desembolsar dicha suma, si a la larga supondría una inversión inteligente para el futuro del club. Por lo de pronto, se acaba de aprobar una jugosa ampliación de capital que aliviará la asfixia del pago de la deuda, precisamente de un millón y medio de euros para que, al menos, la directiva del club pueda decir que aquel dinero ha hecho llegar más dinero. "¿Qué cuanto valgo ahora? Eso tendréis que preguntárselo a Tino", dijo el coruñés en Marineda cuando le preguntaron por una posible revalorización tras su excelente inicio de campaña. "A mí eso me trae sin cuidado, yo soy un profesional, vengo a aportar para que el equipo sume y consigamos todos nuestro objetivo", sentenció.

El Barcelona no es un equipo que pueda decir que lo azote la escasez, tirando más de cartera en los últimos años para conformar el bloque más temible del fútbol europeo. Aunque sea solo por ese tridente –que esta semana será de dos–, esa línea de ataque pendenciera que destila unos números de escándalo. Cifras desorbitadas por las botas de Neymar, baja esta jornada por molestias en el aductor, que suma ya 14 goles que, junto con los 13 de Suárez suman más goles que todo el Deportivo junto. Si estará Messi, por otra parte, con aportaciones discretas en cuanto a goles, mayormente por su lesión, pero que comenzando a coger el ritmo que todos están acostumbrados a verle.

Víctor: "No debemos verlo como una adversidad, sino como un reto"

Aunque esa diferencia de capital no parece preocupar a Víctor, convencido del trabajo de los suyos, constante y minucioso. "No debemos verlo como una adversidad, sino como un reto", comentó en la sede del club el pasado miércoles cuando la prensa sacó a colación el gran rendimiento que le está sacando a una plantilla amasada con escasa fortuna. "Si lo ves como un problema empiezas a dudar, miras hacia abajo y te pones nervioso. No podemos hacer eso si queremos devolver al Deportivo al lugar que se merece", apuntó un Víctor pletórico ante los medios, actitud que inquietó a la prensa hasta el punto de preguntarle por su continuidad en el club. "Eso ya está hablado desde hace tiempo, ahora tenemos que seguir trabajando", remató.

Numerosas bajas

Más allá de las sensaciones, el Deportivo tendrá que hacer frente a una ristra de bajas que comienza a preocupar. Porque Luis Alberto sale de la enfermería, pero da paso a Jonás, Oriol y Fede Cartabia que, junto con la sanción de Mosquera y las lesiones de larga duración de Fabricio y Borges, dejan a Víctor con solo 19 jugadores del primer equipo para disputar los tres puntos en el Camp Nou.

Posibles alineaciones