El partido a partido sale pronunciado de los labios de Simeone cada vez que se empieza, se avanza o se acercan títulos. El lema rojiblanco se siente en los entrenamientos de la plantilla, máxima concentración en el siguiente encuentro, en el siguiente obstáculo a superar.
La contradicción la encontramos en los resultados de esta filosofía. Los fieles al escudo del oso y el madroño gozan de hechos históricos, con un entrenador que doma un club de galones y que ha cosechado todos los títulos posibles, exceptuando la Champions League, pero incluyendo una Liga española en el mayor auge de Real Madrid y FC Barcelona, ambos contando con sus respectivos ídolos transcendentales.
Antes de luchar contra los dos titanes hubo que despegarse de la llamada “otra liga”. El Atlético de Madrid, de quedar máximo cuarto, superó la barrera del complejo ante los merengues y los culés. Desde que la Liga volvió a cobrar emoción para los colchoneros con Simeone, el club del Manzanares ha ido englosando su registro de puntos a paso de gigantes.
El Valencia siempre es un rival a batir, los partidos entre colchoneros y chés son escena de tensión y chispa. El ascenso del Atleti en la competición liguera muestra el salto de calidad de los madrileños, quienes acumulan varios años a la cabeza. El nuevo escalón de los indios es che y no es el siguiente oponente en el calendario. La entidad del Vicente Calderón ocupa el cuarto puesto en la clasificación histórica de la BBVA, justo por detrás del cuadro blanquinegro del Turia, a siete puntos.
El Atleti registra 3311 puntos en 2554 partidos disputados, cincuenta choques menos que los valencianistas. Menos jugados y más ganados, algo que alivia resquicios históricos como el descenso a Segunda, factor que disminuyó los encuentros en la máxima competición.
Los 1201 partidos ganados integran treinta y tres victorias más que su rival a derrotar en la historia, y en menos tiempo. Simeone capitanea un equipo sólido y compacto, con paso firme en su criterio que tantas alegrías los ha brindado.
El salto de competir ya lo dio el club rojiblanco, ahora el salto debe ser en la historia. Los siete puntos sobre los hombres de Gary Neville supondría el asalto al tercer puesto del Atlético en la clasificación histórica de la Liga. Cifra aparentemente fácil de cosechar pero realmente ruda ante una rápida segunda vuelta, con un Atleti a mantener el pulso y un Valencia necesitado. Una nueva meta rojiblanca para comenzar el año y afrontar el fín del invierno.