Permio limón. Por su amargura. Por el mal sabor de boca que ha dejado en este tramo inicial de la temporada en el que se esperaba mucho más de él y solo han sido chispazos del jugador que fue el curso anterior. Porque, además, ha perdido la indiscutible titularidad que portaba estos últimos años en la mediapunta en algunos encuentros, y comienza a ser una de las primeras opciones para los cambios durante los partidos. Una amargura que no es tampoco una horrible señal, sino que es una muestra de su irregularidad este campeonato.

El salmantino no ha rendido al nivel que se le presuponía, después de ser el mejor centrocampista de la pasada Liga Adelante. Es cierto que ha tenido buenos momentos, aunque muy escasos, siendo la irregularidad su principal problema. No ha terminado de arrancar y eso le está pesando a un Real Valladolid que tiene más problemas que nunca para conseguir hacer gol con facilidad, aunque esto parece que se está arreglando tras las dos últimas victorias. Dos victorias en las que Óscar apenas participó, pues en Albacete fue gracias a una magnífica labor de Mario Hermoso, y ante el Tenerife sí es cierto que anotó el penalti, pero los otros tres tantos no pasaron por sus botas.

Recuperar la importancia

Es cierto que Óscar, tanto para Garitano como para Portugal, es un futbolista vital en los esquemas. De hecho, los números lo dicen, ha disputado 13 encuentros esta temporada y ha sido titular en 12 de ellos, o lo que es lo mismo, solo ha entrado desde el banquillo una vez. Pero también lo es que en otras ocasiones se ha quedado en el banco sin poder ni siquiera disputar un minuto. La razón es que, por primera vez desde hace mucho tiempo, el Real Valladolid cuenta en su plantilla con un futbolista de características similares a las del salmantino, y no es otro que el luso Tiba que, al igual que su compañero, tampoco ha ofrecido su mejor versión.

El ‘10’ albivioleta se ha visto relegado al banquillo por decisión técnica, algo que no es nada habitual en los últimos cursos, aunque haya sido de forma muy puntual. La explicación más sencilla es que el salmantino no está rindiendo a su nivel, cierto que tampoco destaca negativamente, pero en lo positivo poco aporta. Chispazos momentáneos que han recordado lo que fue estos últimos años, pero no suficientes para lo que se espera de él. Con su gol, de penalti, ante el Tenerife, se espera que Óscar recupere la sonrisa y se una al gran estado de forma de Juan Villar, además de Alejandro Alfaro, otro que necesita dar un paso adelante. Tres futbolistas que podrían formar una línea de tres mediaspuntas temible en la categoría, sino de las mejores de toda Segunda División.

El Óscar goleador

Una de las principales características que Óscar ha desarrollado en estos últimos años, además de esa facilidad innata para leer el fútbol y poder mandar pases a donde pocos pueden, es su capacidad goleadora. Por momentos ha recordado a un nueve de área, incluso actuó como falso nueve el curso pasado, con bastantes buenos números. Hasta 16 goles anotó el curso pasado, en lo que ha sido su año más goleador. Cifras que chocan con lo actual, ya que el salmantino tan solo ha anotado dos goles. Dos tantos, uno de penalti, en la pasada jornada, y otro en el segundo envite del curso ante el Alcorcón.

Foto: Real Valladolid

Unas cifras que meten en el baúl de los recuerdos a ese Óscar goleador, delantero rematador d área, tan necesario y útil para un Real Valladolid con problemas de gol. Esta temporada, el Óscar del Pucela está siendo Juan Villar, pero para pelear por algo más que la permanencia en la Liga Adelante, los albivioletas necesitan que el mago salmantino se vuelve a enfundar la capa y sombrero y saque a pasear su varita mágica. Para que ese sabor amargo que está dejando, sin ser del todo un sabor sucio y nocivo, se transforme en dulzor contagiado por Juan Villar.