Buenas son las noticias para la parroquia amarilla tras conseguir ante el Eibar un histórico pase a cuartos de final de la Copa del Rey que no se lograba desde hacía casi 20 años. Y buenas son las noticias también para su capitán y uno de sus principales emblemas, David García. No solo en lo colectivo, pues como se acaba de afirmar la UD Las Palmas accede a una eliminatoria que le depara emoción, ilusión y muchas expectativas, sino también en lo individual, puesto que el defensor isleño no marcaba un gol como jugador amarillo desde hacía 98 partidos.

Su gol supuso el definitivo 3-2 a falta de siete minutos para el final 

El gol del pasado 13 de enero, en el minuto 83 de juego, terminó por acabar con la esperanzas de un conjunto armero que había conseguido media hora antes remontar el 1-0 inicial en apenas dos minutos. Tras un violento disparo de Willian José desde fuera del área que a punto estuvo de convertirse en el gol de la noche, la UD sacaba desde el córner en busca de apurar y aguantar un resultado que le era favorable (2-2), debido al resultado de la ida, pero que a la vez se tornaba arriesgado y peligroso, pues un gol de los armeros hubiera supuesto la disputa de treinta largos minutos extra de cansancio y desgaste.

Le caía el balón a Momo -el cual tuvo una destacada actuación- que, tal y como le venía el mismo, puso un centro envenenado hacia los dominios de Xabier Irureta. La defensa vasca, atónita viendo como el cuero volaba en lo alto del cielo grancanario, y el guardameta eibarrés, que erraba en la salida, contribuyeron al tanto del central sureño. Una serie de fallos que David, con cierto suspense al caerle el esférico en los pies, aprovechó para conectar un débil disparo raso que entró llorando a las mallas del Estadio de Gran Canaria. 

David García celebra su gol ante el Eibar con Wakaso y Aythami Artiles. Fotografía: LFP

La UD lograba el 3-2 en el partido a siete minutos del final y terminaba por desmoralizar a un Eibar que con el empate en el luminoso tenía serias posibilidades de clasificarse para los cuartos de final, sin rendirse en ningún momento. 

En lo referente al capitán insular, habría que remontarse a la novena jornada de la temporada 12/13 para encontar su último gol como jugador del representativo. En aquel momento, el equipo entrenado por Sergio Lobera no había comenzado de la mejor manera un curso en el que se empezaron a sentar las verdaderas bases para conseguir el ansiado objetivo del ascenso. Un solo triunfo, tres empates y cuatro derrotas eran los guarismos del plantel dirigido por el aragonés antes de arribar a la capital de España en el duelo que les enfrentaba al Real Madrid Castilla de José Alberto Toril.

David García anotaría el tanto del que sería el empate a uno momentáneo en aquel encuentro. El centrocampista madrileño Borja García había conseguido adelantar a los suyos tras un remate de cabeza a bocajarro ante el que nada pudo hacer el que era el cancerbero insular aquel día, el conejero Ale Martín

David García y Jesé Rodríguez en el enfrentamiento de octubre de 2012. Fotografía: madrimismo.org

Su último gol como amarillo no evitó la derrota ante el filial del Real Madrid

Sin embargo, el de Maspalomas pondría la igualada apenas 180 segundos después, curiosamente, al igual que hoy, tras una mala salida del meta blanco de aquel día, Jesús Fernández. El jugador grancanario solo tuvo que definir a puerta vacía y sin imposición alguna por parte de la defensa blanca. El conjunto amarillo saldría derrotado del Estadio Alfredo Di Stéfano por un resultado final de 3-2, pero el  mismo supondría el preludio del inicio de una racha inmaculada de catorce partidos consecutivos sin perder, entre Liga y Copa, que le permitían presentarse a los 'pío-pío' como uno de los serios candidatos al ascenso a la Primera División. 

Con el encuentro ante los gipuzcoanos, 397 son los partidos que ha jugado David García como futbolista de la UD Las Palmas durante los más de 13 años que lleva unido a la entidad de Pío XII y, con el de ayer, doce son los goles que ha logrado defendiendo los intereses del equipo de su vida. Un hombre de los que se conocen como jugadores de club y que, a pesar de los errores y la debilidad que en ocasiones pueda tener y mostrar cuando participa, siempre se deja, y se dejará, la piel, el escudo y el corazón por la Unión Deportiva