Tal día como hace, hace dos años, tomaba Pepe Castro el mando de un barco que no terminaba de gustar, que obtenía ingresos y buenos jugadores, pero no títulos, con lo que lo anterior era de valor insuficiente. Sustituyó a un Del Nido que no acabó siendo del agrado de la mayor parte de la afición sevillista, con lo que no sería fácil que un cargo del por entonces gobierno de José María fuera del agrado del público desde el principio. No obstante, esa confianza y bienestar que ahora transmite a los hinchas rojiblancos se la ha ganado por su propio peso.

El 9 de diciembre de 2013 fue nombrado presidente en funciones ante la salida del expresidente del Sevilla, dejando así la vicepresidencia, cargo que tanto tiempo había ostentado y no a disgusto, aunque no fue hasta un día como hoy, 14 de enero de 2014, cuando fue ratificado en la Junta General de Accionistas como presidente del club. Desde entonces, ha conseguido la estabilidad en todos los ámbitos deseada por cualquier club.

Más que aprobado el trabajo de Castro

Su proyecto, que comenzó a cimentar desde el primer día, pasó por ratificar en su puesto a Unai Emery, quien cumple hoy mismo tres años como técnico del equipo, Monchi como director deportivo, y recuperó la figura de José María Cruz para colocarlo en la alta esfera del Sevilla. Esto, junto con más factores, ha facilitado la consecución de dos UEFA Europa League más a las vitrinas del conjunto que preside, una unión jugadores-afición pocas veces vista, récord de puntos en toda la historia sevillista en la pasada campaña, el conseguir más de 38000 abonados para la vigente temporada, el poder disfrutar de la UEFA Champions League, sueño que acabó en fase de grupos, rectificar la fecha de nacimiento del Sevilla en la verdadera, 1890, etc. 

Tuvo sus más y sus menos con la LFP

No obstante, todo no es color de rosa, ya que también ha tenido que observar, sin casi poder actuar, como su afición sufría las consecuencias de un acto ocurrido por los alrededores del Vicente Calderón, un asesinato que creó una furia en Javier Tebas que descargó y sigue descargando con más fuerzas que en otros lugares en las gradas del Ramón Sánchez-Pizjuán. Muchos atribuyen que se sigan aceptando estas medidas a la pasividad de José, aunque este sigue afirmando que hace todo lo posible por que no sea manchado el nombre del club ni de su afición.