La magia que destila el fútbol no deja a nadie indiferente. En ocasiones no importa con qué equipo se simpatiza. Cuando se ve un partido y lo que se pretende es evadirse del mundanal ruido para disfrutar, no se piensa en apoyar a unos u otros. La mayoría quiere ver a alguno de esos jugadores que nos destellan y encandilan con un regate. A quien eso desee, la recomendación es simple y llanamente sencilla: ver en acción a Antoine Griezmann.

El futbolista del Atlético recuerda a los "elegidos" franceses

Dice la leyenda que solo unos pocos tienen la fortuna de atesorar la calidad necesaria para jugar. Se comenta también que algunos provienen de un país llamado Francia. Al hablar de esto, se vienen a la mente los nombres de Zinedine Zidane, Platini o Thierry Henry, entre otros. Pero ellos forman parte de otras generaciones, que han contribuido a la historia del deporte con su sacrificio y calidad. Sin embargo, es necesario empezar a mirar al presente y al futuro al mismo tiempo. Esa combinación del hoy y el mañana la encarna, por ejemplo, Griezmann.

Los comienzos siempre son difíciles

El futbolista del Atlético de Madrid tuvo unos inicios algo complicados, debido a su débil constitución física. No muchos equipos se fijaban en él. Incluso llegó a ser rechazado por el Olympique de Lyon, equipo de sus amores. Años después se vengaría con uno de los mejores goles de su carrera, en una eliminatoria de previa de Liga de Campeones, cuando ya militaba en las filas txuri urdin, y conseguía eliminar a los franceses.

Con 13 años, el pequeño Antoine recalaba en las categorías inferiores de la Real Sociedad. Fue progresando paulatinamente, y pese a no destacar demasiado, acabó llegando a la Real Sociedad B al cumplir 19 años. Esto se dio en la temporada 2009-10, cuando también consiguió debutar con el primer equipo en Copa del Rey. Sería la campaña siguiente la de su primer choque en Primera División, en la que disputó 37 y anotó siete goles.

Turno de encandilar a media Europa

Griezmann fue poco a poco aumentando su potencial e incrementando su capacidad goleadora. En su última temporada en San Sebastián, marcó 21 goles en 52 partidos; llegó además a jugar la Liga de Campeones.

Equipos del viejo continente ponían la mirada en el talentoso francés, un virtuoso del esférico que prometía dar guerra en algún club de mayor entidad. De este modo, el Atlético de Madrid se mostró avispado en las negociaciones y se apresuró para hacerse con sus servicios. Recalaba así, en el verano de 2014, en la orilla del Manzanares, por una cifra en torno a los 30 millones de euros. Fue entonces cuando se disparó su carrera, no solo a nivel de clubes, sino de su selección.

Ya se había puesto la zamarra francesa en febrero, cuando Didier Deschamps le otorgó la posibilidad de estrenarse. Sin embargo, fue al inicio de la temporada 2014-15 cuando se consolidó en las convocatorias, fruto de su enorme actuación en el Mundial de Brasil, celebrado hacía tan solo unos meses.

No le costó mucho afianzarse en el once del “Cholo”

Simeone quedó encantado con su incorporación, puesto que se trata de un futbolista muy del gusto del técnico argentino: ineluctablemente veloz, incisivo y con capacidad de efectuar los contragolpes. Es capaz de plantarse en el área rival en cuestión de segundos desbordando a rivales con una facilidad pasmosa, o asociándose con sus compañeros de manera ingeniosa. Tanto es así que la mayoría de goles del conjunto colchonero llega en balones largos que caza a la espalda para quedarse solo frente al guardameta, o en contraataques letales en los que él interviene.

Convencer a Simeone le encumbró

Pero por si no fuera poco, "El principito”, como no dudan en llamarle sus más allegados, conoce la estrategia a balón parado, y más desde que está a la orden de Simeone. Posee una pierna zurda envidiable con la que lanzar faltas a la cabeza de sus compañeros, o incluso tirarlas a puerta. Así llegó, por ejemplo, el único gol que encajó la Unión Deportiva en el Vicente Calderón, durante el partido que suponía el debut de los amarillos en Primera División tras 13 años. A lo largo de ese partido, el francés no consiguió conectar demasiado con sus compañeros ni con el balón, aparte del gol, ya que el por entonces entrenador, Paco Herrera, dispuso de una defensa de cinco.

Le petit diable (“El pequeño diablo”, otro de sus apodos”) iniciaba esta temporada tras haber jugado 53 partidos y anotado 25 tantos en un curso liguero en el que los atléticos quedaron en tercera posición. Consecuencia de todo ello, ha sido galardonado en 2015 como el mejor jugador francés, y fue incluido en el once ideal de la Liga en el mismo año.

La explosión

Esta ha sido la temporada en que Antoine Griezmann ha explotado como jugador. Ha ganado en madurez, solidez y sigue manteniendo su gran calidad. Hasta el momento, ha contribuido con 16 goles (diez en competición doméstica, cuatro en Liga de Campeones y dos en Copa) en 26 partidos, además de tres asistencias.

Sus perspectivas de futuro son, por tanto, de un riesgo serio para los intereses del Atlético de Madrid, tanto que desde las oficinas rojiblancas se han propuesto incrementar su cláusula de rescisión de 80 a 100 millones de euros.

Está prácticamente inevitable que su progresión prosiga y llegue a convertirse en uno de los mejores futbolistas del planeta fútbol, con los 24 años que tiene a día de hoy.

El galo llega al partido de este próximo domingo en estado de gracia, tras sellar el pase de Copa de su equipo con dos tantos ante el Rayo, el pasado jueves. Así pues, pararle los pies, si bien constituye una ardua tarea, no parece imposible si se enfoca su marcaje como en el partido de la primera vuelta. Las Palmas será fiel, de todos modos, a su identidad, y no se amedrentará ni dejará de querer imponer su juego combinativo. Precisamente ese es el motivo por el cual es cuestión sine qua non mantener la espalda cubierta y los espacios cubiertos.

El partido se presenta emocionante desde la previa, y Griezmann es otro de esos alicientes para ver un partido de fútbol, música para los oídos. Más allá de ello, los pupilos de Setién irán a por todas, tal y como dicta su incontestable filosofía.

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