Esta temporada la suerte o la casualidad no ha querido quedarse atrás y además de los habituales dos encuentros de competición doméstica la Copa del Rey ha deparado unos cuartos en los que volverán a enfrentarse el Athletic Club de Bilbao y el Fútbol Club Barcelona. 

Para unos, tantos enfrentamientos contra el actual campeón de liga lo único que provoca es un gran desgaste mental y físico para toda la plantilla debido a la superioridad técnica del equipo culé. Es decir, estos partidos se convierten finalmente en une detalle negativo que sumar a la temporada. Por otro lado, los más anbiciosos anhelan el momento de la campaña en el que puedan enfrentarse al Barça ya que para ellos constituye un reto que confían en superar, por lo tanto, cada partido entre estos conjuntos se constituye como un momento para disfrutar.

Esta primera jornada de la segunda vuelta encuadra en el Camp Nou al Barcelona frente al Athletic, 4 días antes de que se vuelvan a enfrentar en Copa del Rey y, a su vez, 11 días antes de que de nuevo se encuentren en el partido de vuelta.

Los detalles marcan encuentros

La temporada pasada el enfrentamiendo de Liga BBVA que tuvo lugar en el Camp Nou no se desarrolló de la forma más habitual que recordamos dentro de este tipo de partidos. El Barça intentaba proponer por medio de la posesión y el control del partido, reduciendo las ofensivas del Athletic al carecer de balón. El conjunto visitante encontraba el equilibrio por medio del repliegue, incluyendo a Aduriz en labores defensivas hasta en campo propio. Tanto la presión coordinada como las constantes ayudas de los extremos a los laterales o al doble pivote potenciaron en gran medida el esquema defensivo del Athletic que impidio que el FC Barcelona consiguiera algún tanto antes del descanso. Es cierto que el Athletic se encerró, por decirlo de algún modo, pero en ningún momento se convirtió en un equipo violento o de excesiva dureza en sus entradas o enfrentamintos físicos, de ejemplo vale la única amarilla con la que se sancionó al equipo en el encuentro, además de que tuvo lugar en un choque fortuito entre Aduriz y Mascherano.

La segunda parte fue trasncurriendo más o menos de la misma manera, el equipo azulgrana no adquiría la velocidad suficiento como para desordenar el entramado defensivo del equipo visitante, quienes se encontraban incluso agusto dentro del papel secundario en este partido. Pero los cambios y el suceso de los minutos provocó un cambio de actitud considerable en los jugadores del Barça. A partir de la entrada de Neymar en el minuto 63´el encuentro se transformó.

El muro que había constituido el Athletic se venía abajo tras las múltiples internadas de Neymar y Sandro buscando la espalda de los laterales. Las ocasiones iban en aumento y Gorka Iraizoz era el héroe con hasta 6 paradas de mérito en el partido. Pero un detalle decantó la balanza a favor del Barça. Un fallo de anticipación y ajuste de la defensa del Athletic le concedió el balón a Messi, quien a modo de mediocentro filtró un pase para que el brasileño hiciera el primero. Solo 4 minutos despúes la jugada se repitió de la misma manera, gran jugada de el astro argentino y gol de Neymar. Lo dicho, un partido extraño de poca emoción debido al planteamiento del Athletic y a las excasas ideas del Barça, atragantado en dicho esquema y en la rotación criticada de Luis Enrique.

Todo ha cambiado

Este partido se afronta de manera totalmente diferente, sobre todo por los múltiples cambios en ambos equipos. En el Athletic aún no se había destapado Williams, Beñat seguía anclado en la media punta, posición que no posibilitaba la aparición de su mejor versión. Mikel San José era un recambio habitual en los últimos minutos, impensable aún en el mediocentro y Mikel Rico era junto a Iturraspe el dueño del medio

De esta manera la memoria del partido se hace eco con estas palabras.