Mucho ha cambiado la vida en el Real Madrid en pocos días. Hace poco más de una semana, el conjunto blanco empató (2-2) en Mestalla ante el Valencia CF y desaprovechó una nueva oportunidad de acercarse al liderato de la Liga BBVA. Este tropiezo de los blancos acabó costándole, 24 horas después, la destitución a Rafa Benítez, que vio terminado su sueño de entrenar al club de su vida. Su lugar en el banquillo lo ocupó Zinedine Zidane, que entrenaba al Castilla y hacía así realidad su deseo de dirigir al primer equipo blanco.

Con la llegada del francés y en apenas 90 minutos de juego, pudo apreciarse el cambio de rumbo de la nave blanca, que practicó un juego de mayor posesión y control, en línea con el estilo de juego desarrollado por Carlo Ancelotti en su etapa al frente del Real Madrid. También se vio un gran cambio, quizá mayor que el futbolístico, en el estado de ánimo de los jugadores, pues se apreció una plntilla más comprometida, más solidaria y, sobre todo, dando la sensación de que estaban más contentos con esta nueva forma de jugar y con el método de Zinedine Zidane.

El brasileño apenas contó para Carlo Ancelotti

Sin embargo, el cambio de entrenador puede no ser satisfactorio para la totalidad de la plantilla blanca, y hay jugadores cuyo papel en el equipo es, a día de hoy, una incógnita. El máximo exponente de esta situación es Casemiro. El centrocampista brasileño, repescado por el club madridista el pasado verano tras su gran actuación en el Oporto, demostró desde el primer momento su crecimiento como jugador con respecto a su anterior etapa en la capital de España, confirmando que reúne las condiciones necesarias para tener un hueco en uno de los mejores equipos del planeta.

Con Rafa Benítez en el banquillo, Casemiro demostró no sólo que podía ser titular, sino que fue uno de los jugadores más destacados en la primera parte de la temporada. Su primer gran partido fue en la capital parisina ante el Paris Saint-Germain, siendo el ancla defensiva del equipo madrileño y demostrando su enorme despliegue físico. Celta de Vigo (en tierras gallegas) o UD Las Palmas (en el coliseo madridista) fueron algunos de los equipos que presenciaron la mejor versión del jugador sudamericano desde que llegó a Madrid. Tanto es así que, hasta el 'clásico' ante el FC Barcelona en el Estadio Santiago Bernabéu, el brasileño era un fijo en el once inicial de Rafa Benítez.

Ahora, la situación con Zidane puede ser muy diferente para Casemiro. El francés suele apostar por un 4-2-3-1 sin un centrocampista puramente defensivo, lo que dejaría al brasileño sin disputar muchos minutos sobre el terreno de juego. Además, el técnico galo utiliza un sistema muy parecido al de Ancelotti, y cabe recordar que el entrenador italiano apenas contó con el centrocampista del Real Madrid. La única opción para el sudamericano reside ahora en las rotaciones que pueda realizar el exjugador del conjunto blanco, pero de nuevo ahí vuelve a aparecer una barrera para Casemiro. Carlo Ancelotti no era muy propenso a las rotaciones, y si Zinedine Zidane mantiene esta filosofía, Casemiro pasará mucho tiempo en el banquillo.

La pareja formada por Xabi Alonso y Luka Modric fue la habitualmente utilizada con el entrenador transalpino en el banquillo, y si alguno de los dos se ausentaba por sanción o lesión, Ancelotti apostaba por Sami Khedira, Isco o incluso Asier Illarramendi antes que por el brasileño, que sólo disputó 26 partidos esa temporada con la elástica blanca repartidos entre todas las competiciones, siendo uno de los jugadores menos utilizados por el italiano. Si Zinedine Zidane, ayudante esa temporada del técnico transalpino, mantiene su mismo estilo, Casemiro puede verse relegado habitualmente al banquillo, por lo que podría ver frenada su progresión.