El Athletic Club visitó el Camp Nou en un partido correspondiente a la primera jornada de la segunda vuelta en la Liga BBVA. Un estadio de grato recuerdo para los leones pues la última vez que lo pisaron se alzaron con el título de la Supercopa de España. Sin embargo, en esta ocasión los buenos recuerdos quedaron a un lado y el conjunto culé le endosó un set a los bilbaínos. Los locales se impusieron por 6-0 en un encuentro con poca historia.

La historia del partido duró tres minutos, que fue el tiempo que el choque se disputó once contra once. Lo mismo que le duró a Ernesto Valverde el plan inicial con el que el equipo saltara al verde. Fue un espacio breve de juego pero que dejó vislumbrar varios detalles que toca desglosar a continuación así como también hay que analizar cómo recompuso el esquema el técnico extremeño una vez se quedó en inferioridad.

Mismo esquema, distintas variantes

El primer problema que afrontó Valverde en el Camp Nou fue el de cómo hacer frente a las delicadas bajas. Faltaban Raúl García por lesión y Aritz Aduriz por sanción, dos de los hombres clave en el armazón del Athletic. El preparador, a pesar de las ausencias decidió no alterar su esquema y salió al campo con el sistema que emplea habitualmente, aunque si que varió las posiciones de algunos de sus jugadores.

El esquema empleado fue el 4-2-3-1 con Gorka Iraizoz en la portería. La línea de cuatro defensas estaba formada por Eneko Bóveda en el lateral diestro, Mikel Balenziaga en la izquierda y el eje central para Aymeric Laporte y Xabier Etxeita. Por delante de ellos desempeñarían su función de contención y creación, Mikel San José y Beñat Etxeberría. Los tres puestos en la mediapunta serían para Óscar De Marcos, Javier Eraso e Iker Muniain. Como hombre más adelantado formaría Iñaki Williams.

La entrada de Bóveda en el lateral daba más libertad a De Marcos por banda derecha. El defensor de Bilbao era el encargado de intentar frenar a Neymar mientras el de Laguardia estaba más liberado en ataque. Sin embargo, su misión era dificultar e incordiar las incorporaciones de Jordi Alba a la vez que ayudar a su compañero a la hora de defender al delantero brasileño. Un doble lateral que intentaría parar una de las bandas más peligrosas no solo del Barça sino de cualquier equipo del mundo.

Bóveda y De Marcos tenían la difícil tarea de frenar a Neymar | Foto: LaLiga
Bóveda y De Marcos tenían la difícil tarea de frenar a Neymar | Foto: LaLiga

Al adelantar la posición de De Marcos hasta la línea de tres mediapuntas, las principales novedades se encontraban en esa franja del campo. Junto al habitual lateral, estaba Eraso como enganche. Un jugador del perfil de Raúl García precisamente encargado de sustituir al ex del Atleti. Por el costado izquierdo entraba Muniain. Era su primera titularidad después de su lesión de larga duración, aunque apenas tuvo tiempo de demostrar nada.

Con De Marcos, Valverde buscaba un jugador de largo recorrido que pudiera cubrir toda el flanco, ayudar en defensa y desequilibar en ataque con velocidad. Mientras, Muniain sería el encargado de combinar con el medio y buscar a un Williams que salía de '9'. El canterano abandonaba su puesto en un costado para ocupar el lugar de Aduriz como punta. Un jugador rápido como él podría hacer daño en cualquier contra ante un FC Barcelona que acumula muchos hombres en ataque.

Sin embargo, los planes iniciales del preparador extremeño pronto se vieron truncados por la expulsión del portero nada más empezar. Antes de que eso pasara, se pudieron ver varios detalles de qué ideas tenía el técnico para el choque. La esencial era no encerrarse atrás. El Athletic empezó con las líneas adelantadas y presionando al Barça en la salida del balón.

Williams y los tres mediapuntas iban arriba e incordiaban el juego en corto de los culés. El objetivo era que ni los centrales ni Busquets recibieran cómodos los saques de Bravo. Fruto de esta presión llegó la primera ocasión del choque. Piqué se vio encerrado en la banda e intentó ceder a su guardameta. Su cesión se quedó corta y el balón acabó en Muniain que se la dio a Eraso. Pero el mediapunta no supo culminar con todo a favor.

El principal problema de jugar con las líneas adelantadas fue lo que se vio a continuación. Balón largo a la carrera de Luis Suárez, Gorka duda en la salida, Etxeita se confía y el uruguayo termina ganando la partida y derribado en el área por el portero. Penalti, expulsión y fin del planteamiento inicial de Valverde. La infracción la convirtió Messi en el 1-0.

Repliegue defensivo y mantener el tipo

Antes de que el argentino transformara el penalti, Ernesto Valverde se vio en la obligación de hacer la primera sustitución. La expulsión de Gorka había dejado al Athletic en inferioridad y sin portero. Tocaba recomponer el equipo y el sacrificado fue Muniain. Su primera titularidad le duró cuatro minutos antes de dejar su puesto a Iago Herrerín.

El entrenador de los leones optó por cambiar al mediapunta de Bilbao teniendo en cuenta el mayor sacrificio defensivo que le podría aportar Eraso. Desde ese momento el ex del Leganés se desplazó hacia la banda izquierda para ayudar a Balenziaga y el esquema se convirtió en un 4-4-1 con dos líneas muy claras por detrás del balón y con Williams como un islote en ataque.

Los planes de Valverde para frenar al Barça de Luis Enrique duraron tres minutos | Foto: LaLiga
Los planes de Valverde para frenar al Barça de Luis Enrique duraron tres minutos | Foto: LaLiga

Además, jugando en inferioridad se acabó la presión en campo contrario y el Athletic retrocedió varios metros. Tal fue el repliegue que la defensa empezaba en campo propio y prácticamente la línea defensiva y de medios se convertía en una sola cuando el Barça se aproximaba al área. Esto fue especialmente claro en el costado derecho en el que Bóveda y De Marcos se tenían que multiplicar para frenar las internadas de Neymar.

Con todo el partido por delante y con un cambio ya realizado el panorama era poco alentador para los bilbaínos que tuvieron que sacrificarse en defensa e intentaron no descomponerse. La prioridad en la primera parte se centró en mantener el tipo, dar pocas concesiones atrás e intentar cazar alguna contra. Esto último era tarea complicada pues Williams estaba abandonado a su suerte y solo De Marcos y Eraso se dejaban ver en ataque con cuentagotas.

De hecho, una galopada de De Marcos fue lo más destacado del Athletic en la primera parte tras la expulsión. El de Laguardia se internó por banda derecha y su disparo terminó en saque de esquina. Esa fue una de las pocas ocasiones en las que el FC Barcelona perdió la bola rápido y no logró replegar. Lo habitual eran posesiones largas, de banda a banda, con hasta ocho jugadores en campo contrario. Los jugadores rojiblancos tenían que multiplicarse en tareas defensivas y correr detrás del balón.

Una de las pocas veces que los bilbaínos adelantaron líneas y se internaron tocando en campo contrario perdieron el balón en el centro del campo tras una falta de entendimiento. Eso dio pie a una rápida salida de Suárez que terminó asistiendo a Neymar para que pusiera el 2-0.

Pensando en la Copa

En la segunda parte la película continuó igual. El Barça monopolizaba el balón y el Athletic corría tras él haciendo un gran desgaste en tareas defensivas. Sin embargo, se vieron algunas variantes tácticas de Valverde a la hora de plantear el entramado defensivo.

Por momentos, los rojiblancos formaban con un 5-3-1 con San José incrustado ya entre los dos centrales para dificultar las combinaciones de los culés por el centro. Beñat ejercía de pivote y De Marcos y Eraso de interiores aunque el de Laguardia tenía total libertad de movimientos por el carril diestro. Ese esquema no era fijo y pronto se convertía de nuevo en el 4-4-1.

Fuera el que fuera el esquema, Williams seguía en solitario arriba. El punta tenía que hacer la guerra por su cuenta y aún así puso a prueba a Piqué y Mascherano en un par de ocasiones con sendas arrancadas. El bilbaíno dejó varios detalles de calidad antes de ser sustituido con el 3-0 ya en contra. El cansancio pesaba y Valverde empezó a pensar en la Copa.

Williams dejó su puesto a Sabin Merino que pasaría a ser la referencia ofensiva de los leones. Era la primera vez que el técnico utilizaba al cachorro como '9'. El de Viandar de la Vera quiso aprovechar la velocidad y el desborde del canterano para buscar alguna opción. Aunque tuvo el mismo problema que su antecesor. Estaba solo contra el peligro.

En la segunda mitad, solo Eraso se descolgaba ya en ataque para ayudarlo y lo hacía en muy contadas veces. El resultado empezaba a ser abultado y el cansancio se notaba. Ante eso, los leones se dedicaron a esperar replegados y a intentar repeler las continuas acometidas del Barça.

El entrenador extremeño decidió darle aire a Beñat. El ex del Betis está habituado a disfrutar de la pelota y a manejarla. En el Camp Nou solo pudo intentar varios pases en largo y la mayoría del tiempo lo dedicó a perseguir a Iniesta. Agotado, dejó su sitio a Iturraspe para disputar los últimos minutos.

La batalla estaba perdida y Valverde lo sabía. Poco se podía hacer para evitar la goleada final (un 6-0 definitivo) así que el técnico decidió pensar en el cruce copero y dar descanso a hombres importantes como Williams o Beñat. Su planteamiento táctico en el feudo azulgrana se vino abajo en el minuto tres con la expulsión de Gorka. El miércoles, en Copa del Rey, Ernesto Valverde y el Athletic Club tendrán una nueva oportunidad para intentar desarmar el entramado planteado por el FC Barcelona y sacar un resultado positivo.