La estancia de Rafa Benítez en el Real Madrid parece cosa del pasado. Viendo el estado de ánimo del madridismo, la sensación es que el técnico se fue de la Casa Blanca hace meses, pero apenas si han pasado dos semanas. Lo que es evidente es que las sensaciones que desprende el equipo son otras, y bien sea porque la relación entre el cuerpo técnico y jugadores antaño no era la idílica, bien porque Zidane ha conseguido dar con la tecla, este Madrid es otro.

Resolviendo en el inicio

La 'BBC' hizo tres goles, repartidos uno cada uno, en los primeros 15 minutos de encuentro

Sobre el campo y fuera de él; los que juegan y los que no lo hacen. Parece que todo ha vuelto a un cauce que abandonó con la salida de Carlo Ancelotti y que nunca consiguió entonarse ya con el madrileño en el banco. Zidane acompañó al italiano en el banquillo en su primera campaña, y tal y cómo algunos jugadores han asegurado, el 'feeling' entre las partes ha vuelto a ser similar al que tenían antaño, en la temporada en la que el equipo consiguió alzarse con cuatro títulos en un año, incluyendo la Décima.

De salida, el Madrid de Benítez especulaba. De salida, el de Zidane arrasa. En apenas 20 minutos ante un Sporting que no supo por dónde le venían los tiros, el Real Madrid resolvió el partido antes siquiera de que amenazase con complicarse. Abrió la lata de cabeza, una vez más, Gareth Bale, aprovechando en el primer palo un servicio de esquina de Kroos. Cristiano aumentó la cuenta con un tremendo zurdazo tras pase de Benzema. El propio delantero galo hizo el suyo, con una preciosa media tijera tras aprovechar un servicio de Bale por derecha. El Bernabéu disfrutaba.

Antes del descanso, dos dianas más. Carvajal le puso en bandeja el gol a Cristiano, demostrando el de Leganés que en condiciones, supera con creces a su competidor por el puesto a día de hoy. Para rematar el primer acto, un Isco que se había mostrado intermitente se sacó de la chistera un sombrero y un pase llovido entre la defensa para que con sutileza, Benzema hiciera el quinto. Se reían, se buscaban, y sobre todo disfrutaban. Y esa sensación se transmitía a una grada entregada con cánticos para Zidane y felicitaciones de cumpleaños hacia Arbeloa.

No todo es 'feliZidane'

Pero el cuento no terminó con un "y comieron perdices", sino que lo hizo con un giro con ligeras dosis de dramatismo. Ya en los compases finales del primer tiempo, Bale se echó al suelo. Se echaba la mano al sóleo de su pierna derecha, lo que tranquilizaba y preocupaba a partes iguales. La musculatura de los gemelos del galés preocupa en el Madrid, pero el que habitualmente le había dado problemas era el izquierdo, que de haberse reproducido habría significado una recaída.

A los pocos minutos, 18 de la reanudación, del segundo tiempo otro futbolista cayó en combate. Una jugada de Jesé - sustituto de Bale - que llegó hasta la línea de cal dejó un balón dividido entre James, recién entrado en el campo, y Benzema, al que llegó primero el cafetero pero que se encontró con la oposición del segundo, con la mala fortuna que el intento de disparo del colombiano impactó con el tobillo del francés.

Maltrecho, Benzema fue al suelo, y tuvo que ser sustituido. En medio de la marejada de los problemas, la tensión bajó de una forma notable, circunstancia que aprovechó el Sporting para marcar el gol del honor, al contragolpe, para así certificar que su segunda mitad, al menos, había estado a la altura.

James ha sido suplente en los dos primeros partidos de Zidane en el Madrid

En el Madrid las miras se dirigían hacia el '10'. No en modo de reproche, sino con impaciencia. James Rodríguez no termina de explotar en esta temporada, y el buen sabor de boca que dejó su año de debut parece hacer esperar al aficionado paladear de nuevo al colombiano igual que lo hiciera el pasado curso, pero ni goza de continuidad como titular ni cuando sale al verde da muestras del jugador que se veía.

Nadie, dentro del club, duda de su nivel. Ninguno de los aficionados alberga la más mínima duda de su capacidad. Pero lo cierto es que la fortuna no acompaña al cafetero, que ha enlazado los dos primeros partidos de Zidane en el equipo partiendo desde el banquillo, ocupando Isco el lugar que en teoría tenía reservado para él el once blanco.

Equilibrio, el concepto clave

A nivel de puntería (10 goles en dos partidos) el Madrid de Zidane se está mostrando solvente. Enlazar dos encuentros haciendo una decena de tantos no es sencillo, pero tampoco lo es darle nociones al equipo de lo que se quiere en la parcela trasera del campo. Correr hacia adelante es más sencillo que hacerlo hacia atrás, pero por el momento los pesos pesados están asumiendo un rol más sacrificado, y participando más en labores defensivas.

Quedó en el recuerdo del Bernabéu la acción de Bale ante el Deportivo. Con Carvajal precisando asistencia en la banda, el galés se replegó por un tiempo como lateral derecho, y se tiró para evitar lo que parecía una clara acción de gol para Lucas, recordando a sus tiempos como carrilero por la banda izquierda.

La presión tras pérdida en zona de ataque es el primer punto de la defensa blanca. Los tres de arriba se coordinan con Kroos e Isco, para formar cinco puntas de una misma lanza que busca recuperar arriba. El segundo gol merengue viene, precisamente, de recuperar el balón muy arriba, y ante el Deportivo la tónica se repitió especialmente en la segunda mitad.

Zidane les quiere más activos físicamente para poder sostener esa presión durante más minutos. Descansar con balón y ejercer rápido el intento de recuperarlo, para así no sufrir en dicho apartado. Trabajar de semana en semana le ayudará en su propósito, y el equipo parece convencido a nivel moral de seguir la línea marcada por el técnico. Esto solo acaba de comenzar.

VAVEL Logo
Sobre el autor
Manuel Vergara
Coordinador y redactor de la sección del Real Madrid y su cantera | Contacto: [email protected]