Son 8 partidos ya los que suma el delantero colombiano Jackson Martínez sin ver portería, un dato que chirría en los oídos de los aficionados rojiblancos, y más aún cuando se sabe que se pagó por él la cantidad de 35 millones de euros. Se puede pensar que es una mala racha, la mala adaptación al sistema que está teniendo, o simplemente momento de forma. Cierto es que cuando sale al terreno de juego, merecida o inmerecidamente titular o suplente, el colombiano parece cansado, perdido, desmotivado. No corre, no pelea, no juega. El Cholo pide intensidad, como a todo el equipo, pero en este caso, a Jackson le pide un poco más. El fichaje del delantero es una apuesta personal de Simeone, un jugador en el que cree fielmente y espera que va a romperla.

20 partidos y tres goles

Llegamos al ecuador de la temporada y son 20 los partidos que ha jugado con la elástica rojiblanca. 14 partidos en Liga (2 goles), 4 en Champions (1 gol) y 2 en Copa del Rey (0 goles). Suma un total de 3 goles en 20 paridos, de los cuales 10 ha sido titular. Titular en ocasiones por delante de Vietto, Torres, Correa, Carrasco u Oliver. Sus primeros partidos mostraban que podía ser un gran delantero goleador para el Atleti, pero que sin embargo le iba a costar. Su primer gol fue ante el Sevilla en el Pizjuán en la segunda jornada (30 de agosto) con un disparo desde fuera del área que mostraba el gran golpeo que tiene el colombiano. Parecía que cogió pronto el ritmo rojiblanco. Todo lo contrario. Se tuvo que espera dos meses (21 de octubre) para volver a verle meter el balón en el fondo de la red, frente al Astaná en Champions; cuatro días más tarde volvió a marcar en Liga frente al Valencia en el Calderón. Números que hacen pensar el porqué de su fichaje y, sobre todo, el porqué de su precio, 35M €. A pesar de ello, Simeone sigue confiando en él como el ariete que algún día fue en Oporto y del que se espera que vuelva a las andadas. 

"Trabajo más que nunca y juego peor que nunca"Cuando Jackson Martínez aterrizó en Madrid lo hizo con unos números bajo el brazo que avalaban su fichaje por el Atlético de Madrid. En su último año en Portugal anotó 32 goles en 42 partidos, además de 7 asistencias. Sus 3 temporadas en el oporto le sirvió para marcar 94 goles en 143 paridos (0,66 goles/partido), siendo 3 veces consecutivas máximo goleador de la Primeira Liga, perfilándose como un ídolo por su entrega y faceta goleadora. Ganó 2 Supercopas y 1 Liga. Sin embargo, hay algunos detractores que afirman, y siendo totalmente cierto, que en la Selección colombiana no era ni siquiera el delantero titular, ya que siempre estaban por delante de él Falcao, Bacca Teófilo Gutiérrez. Hecho que hace pensar si no era mejor haber fichado a Bacca que, además de ser más barato (30M €), conocía mejor la liga española. Nunca se sabrá.

Cuando el club rojiblanco acometió su fichaje venia de hacer un tercer puesto por detrás de Barcelona y Real Madrid, con delanteros en la plantilla como Antoine Griezmann, Mario Mandzukic o Raúl García. Vino como recambio del croata Mandzukic, que a pesar de no hacer muy buena temporada acabó con 20 goles en 43 partidos. Por su parte, el francés Griezmann hizo 25 goles en 53 partidos, la misma media goleadora (0,47 goles/partido) que su acompañante en la delantera. Por ello al colombiano, que venía de hacer grandes números de goleador con el Oporto, no se le iba a pedir menos.

En la historia del Atlético, y centrándonos más en la última etapa, los rojiblancos siempre han tenido grandes delanteros con grandes números: Torres, Agüero, Forlán, Falcao, Diego Costa y Griezmann. Equipo que fichaba bien cuando les quitaban a sus mejores jugadores; tradición por parte de los rojiblancos el saber reinventarse y, sobre todo, mucho mérito. A sabiendas de eso, el colombiano llegó a Madrid con el cartel de delantero grande que iba, cómo no, a ser goleador, y por qué no, a ser de los mejores. Porque en la etapa del ´Cholismo`, aquella etapa en la que se pelea por todo, en la que se disputa cada minuto que dura un partido, en la que se mira a los ojos a Barcelona y Madrid sin miedo, en la que hay que ir partido a partido, los jugadores pasan de ser buenos jugadores a ser un poco más buenos jugadores, porque es un equipo que hace mejor a cada uno de sus futbolistas sacando lo mejor de cada uno de ellos, siempre que haya trabajo y esfuerzo. Habrá que esperar un poco más para ver si el "Cha cha cha" bailará al ritmo del gol y cumplirá con lo que algún día prometió.