Ideologías aparte, la frase que ha marcado una moda en España tanto en lo deportivo como en lo político y social es el "Sí se puede". En el mundo del balompié, es una oración para ilusión. Una declaración de intenciones, un acto de fe. Un grito al mundo de que tu equipo puede hacer lo imposible y dar la vuelta a una situación adversa. Y mientras se va a acercando la eliminatoria de cuartos de Copa del Rey entre Valencia y Las Palmas, en Gran Canaria se ha tomado la frase como un grito de guerra. "¡Sí se puede!", jaleaba el estadio de la Unión Deportiva en el épico partido frente al Zaragoza en los play-off de ascenso, y se pudo. Vaya si se pudo.

Y aunque las casas de apuestas dan por perdida a la Unión Deportiva, el "Sí se puede" se ha hecho más fuerte en la Copa del Rey frente al Valencia. Entre otras cosas...porque ya en el pasado se pudo. No hace muchos años que Las Palmas logró lo que para muchos era imposible. Remontar un 0-2 adverso en la ida al Valencia y vencer en los penaltis en Mestalla. Toda una gesta comandada por el eterno Paco Castellano en la que el público valenciano aplaudió a los amarillos y que a los suyos despidió con una sonora pitada.

Las Palmas llegaba a Valencia con un 0-2 en contra

Cierto es que la eliminatoria pintaba muy mal para Las Palmas en el encuentro de ida. El Valencia llegaba como principal favorito y pese a que se quedó con un jugador menos, venció en el Estadio Insular por 0-2. Un doblete del brasileño Leandro Machado decidió un partido marcado por su tensión y en el que curiosamente jugaría un joven Juan Carlos Valerón. En esta dolorosa derrota, Las Palmas estuvo dirigida en los banquillos por el argentino Ángel Cappa, y antes del encuentro de vuelta, la directiva del equipo decidió cambiar de entrenador.

Fotografía: Omega Fotos//EFE
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Llegaba a los banquillos del Insular Paco Castellano, uno de los jugadores con más partidos de la historia de la Unión Deportiva. El de Bañaderos conocía la casa y apenas tuvo problemas para adaptarse. Con la ilusión por bandera, el míster se encomendó al milagro de la remontada en Mestalla y así fue. Las Palmas aterrizó en Valencia como si hubiera ganado en la ida y como si quisiera sentenciar la eliminatoria.

El Valencia de Jorge Valdano no daba crédito a lo que sucedería en los siguientes 120 minutos. En la capital del Turia había un ambiente de crispación antes del encuentro. La afición ché, tal y como sucede ahora, no solo se conformaba con ganar. Quería que el equipo jugara bien, que levantara al público de su asiento, que venciera y también convenciera.

El partido dio comienzo tal y como se esperaba. El Valencia salía a por todas para sentenciar la eliminatoria por la vía rápida. Combinaciones muy largas que terminaban siempre con un disparo o bien de Claudio 'El Piojo' López o bien de Iñaki Hurtado. En la portería amarilla, Santiago Lampón se defendía como podía y pese a que no tuvo que hacer ninguna parada decisiva, vio como varias ocasiones pasaban rozando su portería.

Fotografía: Omega Fotos//EFE
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Sin embargo, el conjunto valenciano empezó a dar señas de conformismo a medida que pasaban los minutos. Las Palmas empezó a tener el balón, y cuando le dejas a los canarios tiempo y espacio para pensar...sucede lo que sucedió. Los amarillos tocaban el balón vertiginosamente. Muchos pases, muy rápidos y que siempre encontraban a un compañero desmarcado.

El público de Mestalla comenzaba a inquietarse, se oían los primeros silbidos, muy tímidos. Pero conforme pasaban los minutos y el balón estaba más en terreno ché que en el campo amarillo, los decibelios aumentaron en la capital del Turia. Y fue entonces cuando la Unión Deportiva dio el primer zarpazo. Una jugada veloz como un rayo por la banda derecha que termina con un mano a mano de Reinaldo Pico con Zubizarreta que para el guardameta. Sin embargo, Paquito Ortiz está atento al rechace para marcar a placer en segunda instancia. Se había traspasado la media hora de partido y Mestalla estalló definitivamente.

El primer gol amarillo dio esperanzas y el tanto de Orlando confirmaba la remontada

Con el descanso, parecía que Valdano podía corregir a los suyos y el Valencia podría cambiar el curso del partido. Pero ya lo advertía el famoso narrador deportivo: "Mucho ojo que la víctima se puede convertir en verdugo". Y así fue. No habían pasado ni diez minutos de la reanudación cuando Orlando recibe un balón en profundidad y arranca en tres cuartos de cancha. Con un movimiento sutil, tira un soberano túnel a Jorge Otero, llega hasta el corazón del área y define por el palo largo ante la salida de Zubizarreta. Todo un golazo al alcance de muy pocos en España y que Mestalla contestó con aplausos al nueve amarillo.

Fotografía: Omega Fotos//EFE
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Así es. El aficionado valencianista dejó por un momento de abuchear a los suyos y buena parte del público se puso en pie para ovacionar no solo la obra de arte de Orlandito, sino para reconocer el impresionante fútbol que Las Palmas estaba brindando ante uno de los favoritos al título. Desde el 0-2, ambos equipos tuvieron sus ocasiones, pero la eliminatoria parecía tener un final claro, los penaltis. Y eso que en la prórroga Las Palmas se quedó con un jugador menos debido a la expulsión de Axier por doble amarilla.

Las Palmas no erraría un solo lanzamiento en los penaltis

En la tanda de penaltis, muy pocos fallos y pleno de aciertos amarillos. Un apoteósico 3-5 desde los once metros que terminó con Lampón corriendo hacia el centro del campo a abrazarse con sus compañeros. Todo eran fiestas en Siete Palmas y la afición recibió a Paco Castellano y a los suyos por todo lo alto en el aeropuerto. Lo mejor era que la fiesta tan solo acababa de comenzar.

Las Palmas eliminó al Valencia en octavos de final, y en la eliminatoria de cuartos midió fuerzas con el Espanyol. En el Insular hubo tablas sin goles (0-0), mientras que en el Lluís Companys, Las Palmas volvió a empatar pero esta vez por 1-1, clasificándose por la regla de goles fuera de casa. Tan solo el Barcelona de Bobby Robson fue capaz de eliminar a Las Palmas en Copa del Rey. Toda una gesta que el conjunto amarillo tratará de repetir. Mestalla vuelve a ser el comienzo de la hazaña.