Eric Bailly y Víctor Ruíz comparten raíces. Uno tiene 21 años y nació en Costa de Marfil; el otro tiene 26 y es natural de un pueblo de Barcelona. Uno tuvo que esperar a la mayoría de edad para recibir un permiso a fin de jugar en Segunda B con las reservas del Espanyol, y el otro comenzó su carrera en la cantera del Barça. Ruíz dijo que le habían hablado muy bien de Bailly, cuando este fue preguntado a tenor de su fichaje por el Villarreal CF. La pregunta no fue algo casual, pues el afán por hacerle la vida más sencilla a un portero no es lo único que comparten estos dos centrales. Eric y Ruíz son canteranos del Espanyol.

Ruíz terminó la pregunta ensalzando aquello que comparten, “en los últimos años el Espanyol ha sacado muchos jugadores en esa posición y eso demuestra que están haciendo las cosas bien desde el fútbol base”. El periodista le preguntó por una contratación, y el central le respondió con un alegato en defensa de la cantera perica. El trasvase de jóvenes entre las escuelas de formación del Barça, el Espanyol y viceversa forma parte de la tradición deportiva de Barcelona. Marc Bartra fue blanquiazul su último año de benjamín y su primero de alevín, Cristian Tello llegó al Barça B finalizada su etapa en la cantera perica y Víctor Ruíz fue uno de esos valientes que se atrevió a cambiar las categorías inferiores del Camp Nou por las del antiguo Montjuic.

No debe ser sencillo dejar un club con una apuesta tan decidida por los futbolistas enseñados desde jóvenes en La Masía. Aunque a veces es importante dar un paso hacia atrás, para volver a dar dos hacia delante. La carrera de Bailly ha sido diferente, probablemente más precaria. Destacó en Costa de Marfil y hoy es uno de los puntales de un gran club europeo. En 2015 se proclamó campeón de Copa Africana de Naciones con su selección. Entre medias, estuvieron los periquitos. Ambos destacan hoy en el Villarreal CF, con trayectorias diferentes y un pasado en común: el Espanyol.