El Granada sumó ante el Getafe tres puntos de oro que le sacan del descenso en un partido en el que, pese a tenerlo dominado casi de cabo a rabo, necesitó un toque de locura para ganar. Los de Sandoval, presa de la necesidad, salieron enchufadísimos y con unas ganas espectaculares, y no tardaron en poner tierra de por medio gracias a los tantos de Fran Rico y de El Arabi. El Getafe, mientras, parecía seguir en el túnel de vestuarios.

No obstante, cuando todo parecía resuelto, dos chispazos de los de Escribá igualaron el choque y lo sumieron en la más absoluta locura. Scepovic y Moi Gómez pusieron el 2-2 en apenas tres minutos, pero otros tantos después Rochina puso el balón en la escuadra de la meta de Guaita y se encargó de dejar los tres puntos en Granada. Por una vez, la locura trajo justicia con ella.

Un solo equipo sobre el césped

No tuvieron que pasar muchos minutos para que se hiciese evidente que el Granada había arrancado el partido mucho más metido que los madrileños. Los andaluces, en quienes se veía una intensidad mucho mayor que en sus rivales, tomaron la iniciativa desde el principio, y aprovecharon los problemas de Yoda en la defensa posicional para crear problemas con las constantes internadas de Success y los apoyos de Miguel Lopes. El nigeriano fue, durante los 90 minutos, una pesadilla para la defensa azulona.

Pese a todo, la primera ocasión clara fue del Getafe, pero fue fruto de la casualidad. Tras un córner despejado por la defensa granadina, Lacen enganchó una espectacular volea desde unos 30 metros que impactó contra el larguero mientras dejaba con el susto en el cuerpo a toda la afición andaluza. Lo que pudo ser uno de los goles del año, quedó simplemente en un anecdótico acercamiento de los de Escribá.

El Granada fue poco a poco yendo a más, y a base de centros desde su banda derecha fue poniendo en apuros a la zaga visitante. En uno de ellos, tras un córner, El Arabi obligó a Guaita a exhibir sus reflejos con una gran parada para salvar el tanto. El duelo se iba decantando poco a poco, pues el Getafe era incapaz de recuperar el balón y de mantenerlo cuando lo tenía.

Success fue una pesadilla para Yoda, y desde su banda llegó el 1-0

También en la banda derecha se forjó la jugada que dio origen al 1-0. En el minuto 28, Success recibió el balón, cedió para Miguel Lopes, el portugués centró al área y Fran Rico remató completamente solo al borde del área pequeña para hacer el primero de la tarde. Juan Rodríguez y Vergini se miraron tratando de aclarar quién debía cubrir la entrada del centrocampista. Demasiado tarde.

Sin reacción

Un minuto después pudo llegar el segundo, pues Vergini, en un intento de regatear dentro del área, perdió el balón y dejó a Rochina rematar desde el área pequeña, pero las prisas le impidieron dar dirección a su disparo. No obstante, el nuevo tanto no se demoraría demasiado.

En el minuto 36, Vergini cometió el infantil error de despejar al centro, lo que cedió a Rochina una excelente oportunidad para probar suerte con un disparo desde la frontal. Su remate fue repelido por Guaita, pero El Arabi, el único con fe para buscar el balón, se hizo con el rechace y abrió la brecha a dos goles de diferencia. Vista la superioridad de los granadinos, era la justo.

Justo antes del descanso, Álvaro tuvo la oportunidad de reducir distancias, pero su error a puerta vacía solo sirvió para culminar una primera mitad en la que al Getafe no le había salido absolutamente nada. Mucho tenían que cambiar las cosas para que el Getafe pudiese sumar al menos un punto en Los Cármenes.

Milagro express

Nada pareció variar cuando comenzó la segunda mitad. El Granada seguía controlando el partido a su antojo, los azulones seguían sin oler el balón, y de hecho hasta en dos ocasiones pudieron recibir el tercero. En el minuto 50, el colegiado anuló justamente un acrobático remate de El Arabi que acabó en la red, y poco después Guaita evitó con una buena estirada que un cabezazo de Lombán se colara en la portería. La sentencia parecía al caer.

Escribá logró igualar el choque renunciando al doble pivote

Escribá, abrumado ante la que definió como la peor hora de los suyos en varios meses, reaccionó cambiando el dibujo, dejando a Lacen como único mediocentro, y dando entrada a Moi Gómez y Wanderson para que el equipo ganase en verticalidad. Con esta variante, se vio a un Getafe más entero, que, sin llegar a hacerse dominador del duelo, sí logró equilibrar la balanza. Con ese equilibrio, salió a relucir la calidad de sus hombres de ataque.

En el minuto 70, un gran pase largo de Juan Cala dejó a Scepovic solo ante Andrés Fernández, y el serbio redujo distancias con una bonita vaselina. Tres minutos después, un excelente asistencia de Sarabia permitió a Moi Gómez rematar sin marca en el segundo palo e igualar el choque. En un abrir y cerrar de ojos, lo que había sido un partido con un claro dominador quedaba igualado a falta de poco más de 15 minutos.

Rochina se viste de héroe

No obstante, dice un sabio refrán que lo que fácil viene fácil se va. Si tres minutos había necesitado el Getafe para empatar el partido, tres minutos necesitó Rochina para colocar un zapatazo en la escuadra de la portería de Guaita y llevar a la grada de Los Cármenes, que se temían lo peor, la locura. El partido se había roto. Todo podía pasar.

El caos pudo ser mayor solo dos minutos después, pero Wanderson, que se coló completamente solo por el centro de la zaga granadina, no midió bien el bote del balón y mandó alto su remate en el mano a mano ante Andrés Fernández. Poco después, tanto Success como El Arabi tuvieron claras ocasiones aprovechando que los azulones estaban volcados, pero ambos pecaron de mala puntería y no terminaron de sentenciar el choque. No tuvieron que lamentarlo, pues, aunque los de Escribá lo intentaron, sus esfuerzos no terminaron de fructificar.

De esta forma, el Getafe pone fin a su buena racha de resultados, y tendrá que confiar en su fortaleza como local para retomar la senda la victoria el próximo sábado ante el Athletic. Por su parte, el Granada logra escapar del descenso, pero parece que aún le queda mucho por remar para que este no le alcance de aquí a final de temporada. Sandoval ha salvado el primer match ball, pero esta segunda vuelta no ha hecho más que empezar.