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Abraham cuajó un buen partido, llevando el mayor peligro al área rival con varios centros complicados para Craviotto. El Sabadell, por su parte, vió como la mejor manera de acercarse a la portería rival era por la banda derecha, y por ahí llegaron las mejores opciones para los arlequinados. 

El partido de ayer fue igual de tenso que el de la primera vuelta. El Cornellá quiso proponer un juego rudo y el Sabadell tuvo que bajar al barro. Los de Jordi Roger se encargaron de perder tiempo desde el primer momento, y la jugada les salió bien: se llevaron tres puntos con un único disparo a puerta en la segunda parte. 

Tras el gol encajado y con la llegada de los últimos minutos, la jugada de Miguel Álvarez fue clara: sacar al recién recuperado Osado para quitar a un lateral, Agus, y jugar lo que quedaba de partido con tres defensas. El cambio táctico, sin embargo, no fue suficiente como para derribar el muro de Llobregat.