Fútbol Club Barcelona, un nombre, un club, y millones de historias y sentimientos. La sección de fútbol, quizás la más mediática del club, atraviesa momentos de bonanza. Hoy casi todos los niños quieren ser del club azulgrana, y esas generaciones no han conocido nada más que un campo, el Camp Nou. Pero hoy día 4 de Febrero, es un día de recuerdos, un día de sentimientos, un día de “batallitas”, hace 50 años el Barcelona perdía uno de sus símbolos.

El día 4 de Febrero de 1966, el Barcelonismo veía como el Campo de Les Corts pasaba a mejor vida. La que había sido casa de los culés desde 1922 hasta 1957, y que como todos saben, propició este sobrenombre, el campo que tantas tardes de gloria había ofrecido a la afición, comenzaba a derrivarse.

El acto fue sencillo, pero no por ello estaba carente de emoción. Enric LLaudet, presidente del club y empresario textil, fue el encargado de brindar unas palabras al público asistente: “¡Cuántas alegrías, cuántas victorias! ¡Cuántas luchas y cuántas derrotas! Pero el deporte es lucha, la vida es lucha y la historia se escribe entre lágrimas y sonrisas”.

Enric Llaudet, ex-presidente del Barcelona /Foto:Sport.es/

Llaudet, después de referirse al pasado y al futuro agregó unas palabras que empezaban a vislumbrar lo que años después, se convertiría el equipo azulgrana. LLaudet, emocionado, enunció que el nombre del Barcelona se extendería por todo el mundo, que sería conocido, admirado y respetado junto a su bandera azulgrana.

Enric Llaudet, empuñó una taladradora, simbolizando el fin del terreno de juego.

Poco después entró una excavadora, y se llevaba así una parte de la historia del club azulgrana. La demolición se demoró hasta 1966, una vez vendido el terreno de juego un año antes. Los terrenos del estadio se recalificaron y se levantó un complejo residencial. Se construyeron pisos que se vendieron casi a un millón de las antiguas pesetas.