"He venido a la Roma para demostrarme mucho a mí mismo, al entrenador y a todo el fútbol italiano". Así se presentaba Stephan El Shaarawy el pasado 26 de enero como nuevo jugador de la AS Roma. El antiguo futbolista referente del AC Milan veía cómo su carrera se truncaba en cuánto a progresión se refería en 2013, cuando lesiones en el bíceps femoral le fueron lastrando, además de diversos problemas de ligamentos.

Vuelta del Faraón a Italia

El Shaarawy debutó con un gol de tacón en su primer partido con la AS Roma

El Monaco parecía ser su salida en verano, pero el club monegasco canceló la cesión del italiano en la previa al mercado invernal, antes de que jugase los 25 partidos necesarios para que se ejecutase, según lo pactado, la opción de compra obligatoria que tenían los de la Ligue 1 sobre su figura. Apareció entonces la del club capitalino, y bajo la sombra de Spalletti 'il Faraone' aspira a retornar al Olimpo al que una vez subió. Su estreno, de tacón, hacía presagiar grandes cosas, que podría refrendar en el doble enfrentamiento con el Real Madrid.

Sabri El Shaarawy, egipcio, le da la condición de dicha ascendencia y la genética de una civilización de faraones. A su lado, en el perfil opuesto del ataque de la Roma, aparece el otro gran jugador del país africano en la actualidad. Mohamed Salah dejó Basilea para defender la elástica del Chelsea, pero el habilidoso zurdo no tuvo el protagonismo esperado con Mourinho, y buscó acomodo en la capital italiana.

Foto | Giuseppe Bellini - Getty Images
Foto | Giuseppe Bellini - Getty Images

En el presente año, Salah ha sido el referente ofensivo de los romanos. Indiscutible para sus técnicos, ha jugado ya 2106 minutos, repartidos en 27 partidos en los que ha conseguido anotar ocho goles. El último, en el envite ante el Carpi, repartiendo además otras dos asistencias para Digne y Dzeko, autores de los otros dos tantos.

Salah ha conseguido ocho goles en la temporada, y es el gran 'puñal' ofensivo de la Roma

Las bajas de Juan Manuel Iturbe y Gervinho, traspasados al Watford y el Hebei chino, respectivamente, debilitaban la parte de ataque romanista, pero la llegada de Stephan El Shaarawy y Diego Perotti no dejan a Salah solo arriba, sino que se siente más y mejor acompañado que antaño. El menudo jugador argentino nunca demostró en el Olímpico lo visto anteriormente en el Hellas Verona, y el conjunto italiano tomó la determinación, ante la gran oferta del cuadro inglés, de dejarle salir.

El caso del costamarfileño es opuesto. Gervinho dejó grandes muestras de su calidad en su primera temporada, y su salida se debe a la gran oferta - irrechazable - del Hebei chino, y la bajada paulatina de su rendimiento, además de la oportunidad que se le presentaba a la Roma de revitalizar la carrera de El Shaarawy, y juntarle con Salah para formar un ataque de máximo nivel.

Stephan en la derecha; Mohamed en la izquierda. O viceversa. Las ofensivas del Imperio Romano ahora las 'dirigen' dos faraones. Con un rematador de altura como es el delantero bosnio, contando con la posibilidad de ver a Totti apareciendo por el medio o incluso a Diego Perotti, otro recién llegado, descolgándose por dicho perfil, la Roma atesora una buena dosis de peligro en vanguardia, que tendrán que contrarrestar los defensores blancos.