Era una noticia esperada entre la sufrida afición amarilla, y desde la derrota de la pasada jornada frente al Villarreal por dos tantos a uno, la destitución de Gabi Correa como técnico del conjunto escorpión era un secreto a voces.

El uruguayo deja al club de la Vega Baja en décima posición, a siete puntos del cuarto clasificado que marca los puestos de play off, y a catorce puntos del líder, el Atlético Saguntino.

Ni el juego del equipo, ni obviamente los resultados, han cumplido las expectativas que el entrenador uruguayo generó entre la Directiva del conjunto amarillo. Desde la finalización de la temporada pasada Correa fue el elegido, un entrenador que llegaba con el aval de la buena temporada que dos años antes había realizado con el UCAM Murcia CF con el que ascendió a 2ªB, acompañado por los buenos comentarios que gran parte de la plantilla del conjunto escorpión aportaban sobre él.

Durante los ochos meses que ha ocupado el banquillo de los de la Vega baja, ha habido más sombras que luces. Un equipo confeccionado para luchar por el primer puesto y el ascenso a 2ªB que en ninguna de las veinticinco jornadas disputadas ha ocupado una de las cuatro plazas de play off, tan solo diez victorias en esos mismos veinticinco partidos disputados, tan solo un punto de veintiuno posibles frente a los equipos que actualmente ocupan puestos de play off, y una planificación nefasta de la plantilla en la que han salido y entrado jugadores continuamente. Un equipo mal gestionado y decisiones equivocadas, como la no renovación de Antonio (ahora en el Castellón) o la última que colmó la paciencia de los aficionados, la salida del delantero Ginés, muy querido entre la afición amarilla, el última día del mercado de navidad y el no fichaje de ningún delantero en su sustitución, decisión técnica según informó el conjunto amarillo. Todo esto, junto con un juego previsible y aburrido, es el legado que Gabi  Correa deja en el Orihuela CF.

El nuevo entrenador tiene una misión difícil, será el noveno entrenador en los tres años del Orihuela CF compitiendo en Tercera División, con la misión de intentar alcanzar la cuarta plaza que da derecho al play off de ascenso, y de volver a ilusionar a una afición amarilla cada ve más decepcionada y que cada vez en menor número asisten a los partidos en el municipal oriolano. En el día de mañana el preparador físico Javi Navarro se hará cargo del equipo durante el entrenamiento matinal, mientras la Directiva del conjunto amarillo busca el nuevo inquilino del banquillo escorpión. Fran Castelló, actual entrenador de la selección valenciana ha sonado con fuerza en las últimas temporadas, por lo que no sería extraña su llegada al club escorpión. Otras posibilidades podrían ser la vuelta al banquillo de Los Arcos de su actual director deportivo, Machuca, algo que sería muy del agrado de la afición, aunque tiene pocos visos de hacerse realidad. Por otra parte, cabe la posibilidad de dar la oportunidad al entrenador del equipo filial, Camacho, quien durante la temporada pasada dirigió un encuentro tras la destitución de Onrubia, y que en esta ocasión podría tener la oportunidad de demostrar con el primer equipo la buena temporada que está realizando con el conjunto filial.

Por otro lado, el club se encuentra inmerso en una “guerra” entre Directiva y el Frente Escorpión, grupo de animación juvenil que presencia los partidos en uno de los fondos de Los Arcos dando gran animación y colorido, y que en los últimos partidos no ha hecho acto de presencia en los partidos disputados en Los Arcos como medida de protesta ante la Directiva oriolana. Un enfrentamiento que ha desencadenado en comunicados por parte de unos y otros, añadiendo a la crisis deportiva un ambiente enrarecido en las gradas del municipal oriolano.

Con todo esto, el Orihuela recibe el próximo Domingo a partir de las 16:30h al Muro CF, en lo que será el estreno del nuevo entrenador del Orihuela CF, con la obligación de ganar si los de la Vega Baja quieren mantener una mínima opción de poder alcanzar a final de temporada el cuarto puesto en la clasificación, y evitar así un nuevo año en tercera división en un equipo planificado para el ascenso.