Se cierra el ciclo entre Betis y Sporting, que despacharon su cuarto partido de la temporada con un empate que contenta más a asturianos que a sevillanos. Volvían los de Abelardo a pisar el estadio del ascenso, ya mitificado tras el gol de Pablo Caballero, con las vistas puestas esta vez en meter puntos sobre los puestos de descenso. El Betis llegaba con bagaje positivo tras los tres anteriores partidos, habiendo eliminado a los asturianos en Copa y consiguiendo el triunfo en el Molinón en la primera vuelta. Carlos Castro y Pezzella anotarían en apenas un minuto los goles que darían lustre al choque.

Muchos palos y poco juego

El Sporting comenzó avisando a la contra, conectando transiciones rápidas apelando a la clarividencia de Halilovic y a la velocidad de Castro. Sin embargo, las variantes ofensivas fueron menguando conforme avanzaba el partido. Poco a poco, el Sporting decidió afianzarse en su defensa, juntando líneas frente al área y apelando a la solidaridad colectiva.

Así, la primera parte se desdibujó entre faltas, imprecisiones e interrupciones. Los dos equipos, voluntariosos pero lejos de su mejor nivel ofensivo, apenas llegaron a inquietar ninguno de los porteros. Musonda fue el encargado de generar las mejores ocasiones del Betis. El belga, que ya ha demostrado bastantes virtudes en estos pocos partidos de Liga que lleva disputados, echó mano de su velocidad y de su técnica para ganar numerosas acciones a la defensa visitante. Fue acompañado por un buen Kadir, bastante activo por el flanco derecho.

La primera parte se desdibujó entre faltas, imprecisiones e interrupciones

Halilovic, por parte sportinguista, volvió a ser el faro de su equipo, bajando a recibir y organizando a sus compañeros en torno a su talento. De sus conducciones nacieron algunos de los mejores acercamientos sportinguistas de la primera parte. Sin embargo, las ausencias de Ndi y Sanabria se notaron en el juego combinativo de los asturianos, acostumbrados a su movilidad y desborde.

Un Betis mejor iguala el gol de Castro

La segunda parte no comenzó con ningún cambio en el dibujo. Los locales siguieron llevando la manija del encuentro, pero su capacidad creativa dejó bastante que desear hasta que Dani Ceballos entró sobre el césped. El de Utrera ejerció de mariscal y trató de poner orden en el caos reinante. Poco a poco, el Sporting fue metiéndose atrás con la convicción de aguantar las oleadas béticas.

Cuando más se podía intuir el tanto local se dio, contra todo pronóstico, un cambio de rumbo en el devenir del encuentro. Un ataque del Betis terminaría en pérdida y el Sporting haría sonar la corneta montando la contra. Carmona rebañó la posesión verdiblanca y Halilovic, rápido y certero a la hora de dar el pase, habilitó a Carlos Castro para que éste aprovechase los espacios. El de Ujo condujo magistralmente y superó la salida de Adán con un leve globo. Cuarto gol en liga para el delantero, que sigue mostrándose fiable cuando dispone de minutos.

Apenas hubo tiempo para digerirlo. De un plumazo, una falta lateral acabaría suponiendo el empate un minuto después de que Castro pusiese por delante a los suyos. Pezzella, con un remate digno de los mejores 'nueves', empalmaría el balón parado de primeras, conectando una volea rápida y certera. La estirada de Cuéllar fue inútil y el Villamarín se vino arriba espoleando a los suyos.

Un punto que deja más satisfecho al Sporting, que ve con buenos ojos todo lo que sea puntuar fuera del Molinón

El Betis, buscando el segundo con mucho más ahínco que su rival, se volcó arriba tratando de corresponder las exigencias de la grada. Rubén Castro y Jorge Molina, que entraría en sustitución de un poco acertado Van Wolfswinkel, ejercieron de punta de lanza frente al muro defensivo planteado por Abelardo. Fue el canario el que estuvo más cerca de conseguirlo, regateando en carrera a Cuéllar y chutando a portería vacía. Meré, culminando junto a Luis un notable partido en el centro de la defensa, aparecería justo a tiempo para repeler el esférico lo más lejos posible. Quedaban diez minutos y la necesidad empezaba a apremiar.

Jony, que ingresó desde el banquillo, pareció olvidar los problemas estomacales que le dejaron fuera en un primer momento e intentó ser incisivo y determinante por la banda izquierda. No tuvo tiempo el cangués para explotar sus cualidades

Un punto que deja más satisfecho al Sporting, que ve con buenos ojos todo lo que sea puntuar fuera del Molinón. El Betis, por su parte, sigue sumando en su lucha por eludir el descenso. El colchón es ya de seis puntos y los de Merino llevan una ventaja deseable a estas alturas de la temporada.