No se sabe qué tiene la Champions League que transforma. Hace que todo quede a un lado. Es un torneo independiente. Es otra cosa. Tiene algo especial que inyecta otra sustancia que no se encuentra en otra competición. ¿Mejor? Diferente más bien. Algo que hace brillar con otra luz. Hasta los uniformes, rótulos televisivos, patrocinio en el estadio se visten de otra manera. Es otra cosa. Es esa competición con la que sueñas y la que te hace soñar. En la que están los jugadores de los mejores equipos de Europa.  Los diferentes y los que marcan las diferencias.

Diferente es Antoine Griezmann. Es fuera de lo común, de lo cotidiano. Es distinto, sobresale y hace sobresalir, por eso compite aquí, y en parte, por eso el Atleti lo hace. Salvedades argentinas de apellido Messi aparte, los grandes jugadores también pasan por sequías y momentos de bajón. El francés de peinado en suspense pasa por un momento de flaqueza, de pájara. Son cinco jornadas sin marcar, sin ver puerta, y además de aislamiento y poca presencia en el nuboso juego colchonero. No está fino y su equipo lo sufre. Es su mejor hombre, su jugador diferencial, su referencia. Incluso sin estar fino, aparece para desatascar un redundante atasco. Es especial y esencial.

Pero esto es la Champions. Va a otro rimo y en otra dirección. Es independiente y nada tiene que ver con nada. Es otra historia. Tanto lo malo como lo bueno de otras competiciones  no tienen cabida en este universo de grandeza europea. Es una competición de alta y distinta gama. Partidos de gala. Competición en la que los obreros se ponen sus mejores monos, los arquitectos usan con precisión sus herramientas y los grandes usan sus mejores galas. De smoking o frac. Las estrellas sacan de su armario su capa de superhéroes de Champions.

El jueves, esa capa, se vuelve a guardar hasta próximo aviso. Las grandes figuras de este deporte tienen diversas y metafóricas capas, para cada competición y para cada partido, pero la de la Champions es diferente, como la competición. Es una capa especial para un torneo especial. Usada solo bajo los acordes de Toni Britten y la adaptación de Handel. El bajón de Griezmann en los últimos enfrentamientos entra el miércoles en un paréntesis. Es la Champions, y el Principito usará la capa de gala. La de capa de superhéroe. El traje de los domingos entre semana. La capa de Champions.