El Athletic tiene este jueves la oportunidad de dejar atrás el primer escollo de las eliminatorias de la Uefa Europa League. Los rojiblancos trajeron un tesoro en forma de gol fuera de casa del partido de ida en Marsella, sin ser superiores en el juego pero con un Aduriz que anotó uno de los mejores goles de esta temporada. La presente edición de la segunda competición europea cuenta con un cartel de equipos que fácilmente podrían estar en la Champions League y uno de ellos es el Olympique de Marsella. Los futbolistas de Valverde tienen como gran meta estar en la final de Basilea, sueñan con poder resarcirse de la final perdida de 2012 aunque para ello el primer paso será acabar el trabajo y dejar fuera a un Marsella que no vive un buen momento deportivo.

El 0-1 de la ida y jugar en San Mamés dan al Athletic una ventaja importante para jugar sin presión ni ansiedad, factor que ya le ha jugado varias malas pasadas al equipo del txingurri. El míster ha disputado dos eliminatorias de dieciseisavos de final pero en ninguna de ella salió victorioso.

Último precedente

Hay que remontarse un año para encontrar el último precedente de una eliminatoria con Valverde en el banquillo: tras caer eliminados en la fase de grupos de la Champions el sorteo enfrentó al Athletic con los italianos del Torino. A priori, el Athletic debía ser superior y avanzar a los octavos de final, sin embargo los pronósticos no se cumplieron y los leones quedaron apeados de Europa a las primeras de cambio.

En el partido de ida el Athletic sufrió lo indecible en Turín para sacar un resultado positivo aunque finalmente lo consiguió trayéndose a Bilbao un valioso empate a dos que incluía el primer gol de Williams en competiciones internacionales. Por lo tanto el duelo llegaba al botxo con ventaja rojiblanca y con un Torino obligado a marcar para seguir vivo, situación que no supo aprovechar el entrenador rojiblanco. El partido comenzó bien para el Athletic, la posesión del balón era suya pero más allá de algún acercamiento tímido en jugadas a balón parado, no crearon excesivo peligro en la meta visitante. Cuando el Torino comenzó a estirarse llegó una jugada desgraciada para el Athletic y su capitán. Gurpegui erró en un despeje dentro del área y en el posterior rechace derribó claramente a un jugador del Torino provocando un penalti que estuvo a punto de parar Herrerin.

La reacción del Athletic fue fría, un peligroso remate de cabeza de San José fue de lo poco que hizo el equipo antes de que Gurpegui cayera lesionado y diese paso a un Williams que irrumpía con gran fuerza en los onces de Valverde. San José se recolocó de central y Beñat bajó al medio centro, donde dejó la jugada más bella del partido. A un minuto para el final del primer tiempo, el '7' del Athletic levantó la cabeza, vio el desmarque de Iraola y le puso un centro medido para que éste definiera como un auténtico genio. Sin embargo, el que parecía ser el gol psicológico no lo fue, porque aún estaba por llegar. En la última jugada del primer tiempo Maxi López volvió a batir la portería del Athletic, ya que se anticipó a San José.

La segunda parte prometía ser intensa y cumplió porque fue un auténtico correcalles. La posición más centrada de Beñat hizo mucho más dinámico el juego del Athletic que apretó desde el principio creando ocasiones de gol. Fue entonces cuando, como en la ida, volvió a surgir la figura de Muniain. Después de un par de avisos, Iker resolvió el atasco con un buen pase filtrado que De marcos no desaprovechó y puso el 2-2 en el marcador. Después de igualar en dos ocasiones, parecía que era el momento de que el Athletic se fuera a ganar el partido, pero no le dio ni tiempo. Cinco minutos después de lograr el empate el Torino se volvió a adelantar por medio de Darmian. El partido acabó con un 2-3 que dejaba fuera al Athletic en una temporada desilusionante hasta aquel momento.

10 años atrás

El otro precedente de Valverde en el banquillo del Athletic en unos dieciseisavos se remonta al año 2005, en su primera etapa en el banquillo de San Mamés y en la competición que por entonces se llamaba simplemente "Uefa". El rival de aquella eliminatoria fue el Austria Viena, otro equipo que a priori era inferior a los vascos pero que también consiguió eliminar a los de Valverde. Los referentes de aquel Athletic eran Urzaiz, Ezquerro, Yeste, Etxeberria, Del Horno o Iraola, un equipo con buenos jugadores capaz de realizar un fútbol vertiginoso en ataque pero con debilidades defensivas, defecto que le hacía irregular.  

El Athletic fue superior al equipo austriaco en ambos partidos aunque en el partido de Viena no consiguiera transformar en gol ninguna de las ocasiones que tuvo. En la catedral el partido era muy esperado, la afición estaba entusiasmada con un equipo que seis días antes ganaba en el Bernabéu por 0-2 y veía en la Uefa una posibilidad de llegar lejos. La vuelta en San Mamés no pudo empezar de mejor forma porque en el minuto 10 Fran Yeste adelantaba al Athletic desde el punto de penalti. Sin embargo el partido dio un vuelco cuando en un balón divido Lafuente no despejó el balón que unos segundos después quedó alojado en las redes rojiblancas.

En ese momento la ansiedad se apoderó de las ilusiones del Athletic, la soltura de los primeros se convirtió en nerviosismo por verse fuera de la competición que tanto deseaban. Los austriacos aguantaron todas las acometidas locales y al final del encuentro asestaron el golpe final con el 1-2 definitivo.