El protagonista de esta historia tiene origen ucraniano pero siempre se sintió ruso. Criado en la extinta URSS, a pesar de nacer en la parte más oriental de la actual Ucrania, Viktor Savélievich Onopko (Lugansk, 1969) fue fiel a la patria rusa a pesar de la múltiple división que vivieron las repúblicas soviéticas en los inicios de los 90. Central largirucho (1.89m), con evidentes síntomas de alopecia desde muy joven, pero con una técnica sutil que le llevaría a ser el internacional ruso con más presencias hasta el septiembre pasado cuando otro central, Sergei Ignasevich, superase su récord de 109 partidos (con siete goles) entre 1992 y 2004.

En España, a Viktor Onopko se le debería asociar de manera rápida con el Real Oviedo. Enrolado a las filas carbayonas durante siete campañas (1995-2002), rebosó los doscientos partidos con el equipo astur antes de jugar una campaña más en Primera División. Después del primer año en Segunda de su carrera (el Oviedo bajaría a Segunda B aquella siguiente temporada por méritos deportivos y a Tercera por impagos a los jugadores), Onopko abandonó la capital del Principado con la llamada de Fernando Vázquez, que era el nuevo entrenador del Rayo Vallecano y que ya había sido técnico suyo en el Carlos Tartiere (1998/99).

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Un Rayo 2002/03 sin energía

Así pues, el ucraniano con sentimiento ruso y acento asturiano fichó para la campaña 2002/03 por el Rayo Vallecano de Fernando Vázquez. Sin duda, una de las peores del club madrileño en Primera División. Aquélla sería la Liga que casi gana la Real Sociedad de Nihat y Kovacevic, pero que ganó el Real Madrid (29º título), la del pichichi de Roy Makaay (29 goles con el Deportivo, que sería tercero y también tuvo opciones de reeditar el trofeo de 2000) o del Zamora de Pablo Cavallero con el Celta. Mas no sería la Liga del Rayo. Las pírricas seis victorias le hicieron finalizar colista con 32 puntos, a nueve del Espanyol (17º), y descender de la mano del Deportivo Alavés y el Recreativo de Huelva. 

A mediados de diciembre, sin embargo, el Rayo Vallecano visitaba al Real Betis sin que el pesimismo se hubiera instalado en el arrabal madrileño. En las primeras trece jornadas, el Rayo sólo había pisado en una posiciones de descenso y, además, había conseguido ganar al Barcelona de Van Gaal la semana anterior. Apenas sumaba dos triunfos más, pero ganar al equipo de los Riquelme, Saviola y Kluivert suponía un empujón de confianza.

Anotandofutbol.blogspot
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Además, el Real Betis de Víctor Fernández llegaba al encuentro de decimocuarta jornada con dos bajas muy importantes, más cansado por su partido intrasemanal y tocado moralmente por lo que acaeció en tierras francesas. Las fundamentales bajas eran las de Joaquín, estrella del equipo, y el central Juanito, que sería internacional español y campeón de la Eurocopa 2008. El cansancio y el golpe anímico provenían de la derrota en la Copa de la UEFA ante el Auxerre de Guy Roux tres días antes. Aunque habían ganado 1-0 en la ida de dieciseisavos de final, habían sucumbido en l'Abbé-Deschamps por dos goles a cero ante el equipo que contaba con los jóvenes Phillipe Mexès y Djibril Cissé.

Aquel Betis-Rayo

Así pues, el Rayo tenía ciertas condiciones favorables que debía aprovechar. El gol de Onopko, que firmaba su partido 200 en Primera, de remate de cabeza picado, hizo tangible la victoria a partir del primer cuarto de hora. Con una alineación con tres centrales titulares (Mainz, De Quintana, además del ruso), supuestamente en 5-3-2 y con el tanto a favor, el plan de Vázquez de buscar el contragolpe con Míchel y Bolic en ataque, escoltados por el venezolano Julio Álvarez, Azkoitia y Mora en el centro del campo y el argentino Graff y Mario en los carriles.

Mas Onopko pudo rebajar más tarde su cuota de heroismo y quizás no se estaría escribiendo este artículo. Recién comenzada la segunda parte (52'), el central ruso cometió penalti sobre Alfonso Pérez. Por suerte para el rayismo, el delantero madrileño lanzaría la pena máxima a la cruceta desaprovechando la oportunidad del empate. Fue el primer penalti que fallaba en Primera quien hoy ostenta el nombre del estadio del Getafe CF.

Los protagonistas de aquel Betis-Rayo de 2002 | EFE
Los protagonistas de aquel Betis-Rayo de 2002 | EFE

El larguero, a tres minutos del final, volvería a evitar el tanto bético cuando Fernando remataba a la madera con el guardameta Imanol Etxeberria ya batido. Entre cruceta y larguero, el Betis había mejorado coincidiendo con el ascenso positivo de Capi, pero ni Joao Tomás por el lado local, ni Azkoitia por el visitante, movieron un marcador que concluiría con el 0-1 a favor de los vallecanos logrando así, las únicas dos victorias consecutivas del año. 

Alud tras el Ruiz de Lopera

Sería el último día alegre en el curso del Rayo Vallecano. La derrota ante el Sevilla en la siguiente jornada (último encuentro de 2002) haría caer al Rayo a unas posiciones de relegación de las que nunca se libraría. Ganó tres partidos más (Osasuna en Pamplona, Málaga y Celta) y cambió otras tantas de entrenador: un interino como José Luis Martín -un partido- sustituiría a Vázquez en la jornada 19, el paraguayo Gustavo Benítez estaría las diez siguientes y el hispano-ruso Antonio Iriondo mandaría en las nueve últimas. El descenso terminó por convertirse en inevitable. En Copa tampoco hubo alegrías pues la Cultural Leonesa ya les había eliminado en treintaidosavos de final a principios de septiembre de 2002.

Entrenadores temporada 2002/03 | Varios autores
Entrenadores temporada 2002/03 | Varios autores

Tras cuatro cursos seguidos en Primera, el Rayo iniciaría un período de doble duración entre el segundo y el tercer escalón del fútbol español. El Betis, por su parte, acabaría fuera de puestos europeos (8º) a dos del Barcelona que acabó entrando en la UEFA gracias al papel de Radomir Antic. La Liga ya dijimos que fue para el Madrid y la Copa para el Mallorca de Goyo Manzano (al que había sustituido Fernando Vázquez en el banquillo rayista). Aquella UEFA que había contado con el Betis, acabó siendo para el FC Porto cuyo entrenador empezaba a ser conocido por el continente: José Mourinho. La Champions, por completar el cuadro de honor de aquel curso, se decidió en una de las finales más aburridas que se recuerdan, aquel Juve-Milan que llegó a los penaltis en Old Trafford.

¿Qué fue del protagonista, con permiso de Alfonso, de aquel Betis-Rayo? Acabada la temporada y ya con 34 años, Onopko volvió a Rusia, donde lo había ganado todo con el Spartak de Moscú (3 ligas y 2 copas, curiosamente una de la URSS y otra de Rusia). Allí jugó un año en el Alania Vladikavkaz y dos en el FC Saturn de Moscú para acabar una carrera que había iniciado  en 1988 en un Shakthar Donetsk que viviría años mejores con el cambio de siglo. En la actualidad, Onopko, quien celebró solo una vez vestido de rayista, es desde 2009 el segundo entrenador del CSKA de Moscú que dirige Leonid Slutski.