Zidane y Simeone. Dos antiguas estrellas llamadas a liderar a un vestuario en crisis. El francés, nuevo en esto, se enfrentaba a alguien que llegó con poca experiencia hace cuatro años, en una situación similar. El 'Cholo' llegó, lideró, construyó un equipo. Y en esas sigue. En el Bernabéu, el Atlético de Madrid volvió a ganar liderado por un planteamiento impecable y ejecutado con una genialidad de Griezmann. Simeone ganó la batalla táctica a un equipo, el blanco, al que se le vio sin alma ni reacción. Zidane tiene mucho trabajo.

Mucha táctica, pocas ocasiones

Y es que el partido fue exactamente lo que quería Simeone. El Atleti iba a presionar arriba la salida de balón blanca con el objetivo de que tuvieran que recurrir al pelotazo. Si superaban esa presión, los rojiblancos retrasaban líneas, defendían con todos en campo propio y no dejaban huecos en su propia área ante un Madrid al que le entraban las dudas.

Tácticamente, el partido defensivo del Atlético era perfecto. No concedía nada al equipo de Zidane, donde Isco o James, llamados a crear, recibían siempre demasiado lejos del área. El problema colchonero llegaba cuando tenía el balón. Al principio, no parecía con las ideas muy claras y acababa perdiéndolo con más rapidez de lo que habría querido. Pero poco a poco fue cogiéndole el tono al partido y empezó a sentirse cómodo, terminando la primera mitad con sus mejores minutos.

En ese tramo, antes del descanso, Griezmann gozó de la mejor de la primera mitad. El Atlético combinó y combinó en la banda izquierda hasta que el francés sacó un zurdazo al que Keylor respondió de maravilla. El meta tuvo que intervenir poco después a un disparo de Koke que se colaba junto a la base del palo. Los intentos del Real Madrid, por contra, se limitaban a un cabezazo de Varane que se fue cerca de la escuadra y un lanzamiento de falta de Cristiano donde Oblak despejó el balón como pudo.

Griezmann, al asalto

Mucha posesión y pocas ideas tenía el Madrid. Poca, pero con la consigna clara, el Atleti. Porque los de Simeone, una vez más, dieron una lección de lo que tiene que ser un equipo: solidaridad defensiva, compromiso y, por encima de ninguna individualidad, un equipo sólido y compacto. No falla. Aún así, Cristiano tuvo la primera de la segunda mitad nada más comenzar, pero cruzó en exceso el balón ante Oblak.

Isco y James naufragaban sin saber qué hacer mientras Augusto se desfondaba en el mediocampo y Gabi no dejaba sacar el balón a Kroos. El conjunto atlético brillaba como equipo, pero todo grupo tiene una estrella. Llevaba el Atleti más de 300 minutos sin marcar y atravesaba Griezmann una racha negativa de cara a puerta. En el Bernabéu desapareció todo. Salió el francés con el balón dirigido a la portería ante la pasividad blanca. Antes de darse cuenta, el Atleti atacaba con cuatro para tres. Griezmann abrió a Filipe dentro del área, este la devolvió al primer toque y el '7', con la zurda, la coló en la portería de Keylor. 0-1.

El Atleti tenía un plan y lo ejecutaba a la perfección. Zidane no era capaz de doblegar el despliegue táctico de Simeone, una vez más ganador en la pizarra. El Madrid lo intentó de forma tímida, sin llegar a acribillar a un Atleti que andaba justo de físico, pero que le sobró para llevarse la victoria. Y eso que había jugado hace apenas dos días y medio en Eindhoven.

Saúl pudo sentenciar y Cristiano respondió con un remate libre de marca. Fue a las manos de Oblak; el portugués volvió a estar errático en otro partido de alto nivel. La balanza de los derbis parece haberse decantado del lado rojiblanco, tanto que hasta Gabi cometió un penalti no señalado por Clos Gómez. Danilo tuvo la última de un Madrid que se despide de forma definitiva de la Liga. El problema no era Benítez y el público empezó a mirar al palco. En el Atleti, todo felicidad: se afianza el segundo puesto, sigue dominando la capital, lleva tres años sin perder un derbi de Liga y tres victorias seguidas en Chamartín. El equipo de Simeone volvió a ganar en el Bernabéu. Sí, otra vez.