El Oiartzun KE viajaba a tierras mallorquinas en una de las salidas más difíciles e importantes a las que se ha enfrentado hasta ahora. Un terreno de juego con unas caracterísitcas tan propias como difíciles, dimensiones y césped artificial donde muchos equipo tropiezan, ponían a prueba la resistencia de las jugadoras de Jon Alkorta para hacer frente a uno de sus rivales dirtectos por la permanencia.

La UD Collerense llegaba a este partido como colista de la primera división con siete puntos tras perder ante la Real Sociedad en Zubieta, y el Oiartzun necesitaba puntuar para que las granotas no se engancharan a la carrera por la salvación y no metieran al Oiartzun en la pelea por la permanencia que, tras el resultado de ayer, ya se situa a unos importantísimos nueve puntos. Quizás por ello, más que nunca, las chicas de Jon Alkorta tiraron de fútbol, fe y casta y lograron igualar un partido que, en tan solo unos minutos, la UD Collerense ya ganaba por dos goles a cero.

(Imagen: O. Riera)
(Imagen: O. Riera)

Mal arranque de partido

A pesar de arrancar bien el partido, de estar bien colocadas con un centro del campo que intentaba aguantar el arreón inicial de las palmesanas, el Oiartzun encajó el primer gol en tan solo diez minutos de partido. Fue la primera ocasión en la que las locales acertaban entre los tres palos y la primera en la que perforaron la meta por mediación de Margalida Morey. La número tres del Collerense avanzo por la banda izquierda, buscó la línea de cal para poner un centro al área pero, la mala fortuna para las oiartzuarras hizo que el balón se fuera envenenando y que batiera a Oihana por alto dando ventaja a las locales.

En tan solo 15 minutos las locales se fueron en el marcador por dos goles a cero

Fue un duro golpe que intentaron encajar bien las oiartzuarras. Se concentraron en seguir con el plan previsto en vestuarios pero, nuevamente, tan solo cinco minutos después, el partido cogió un tono preocupante con el segundo gol de las locales. Esta vez fue la número 11 del conjunto balear, Vidal, quien tras disparar desde la frontal del área batió por bajo y por la derecha a Oihana Alday sin que ésta pudiera hacer absolutamente nada para detener la pelota.

(Imagen: O. Riera)
(Imagen: O. Riera)

Levantar la cabeza y seguir

Si algo ha tenido que aprender el conjunto de Jon Alkorta esta temporada en la élite es a no dejar caer los brazos, a jugar a contracorriente, a remontar resultados adversos y luchar hasta el final para intentar conseguir algo positivo; por lo que las guipuzcoanas apretaron los dientes y siguieron con el plan previsto, presionando el centro del campo en busca del gol que las metiera en el partido. 

Y el premio a la constancia les llegó a los 30 minutos de partido. El centro del campo hacía tiempo que estaba más equilibrado, que las oiartzuarras habían cerrado las subidas por los laterales, se hacían fuertes en el centro de la medular y que buscaban con insistencia el área local. En una de esas acometidas llegó la jugada que premiaba la constancia de las de Jon Alkorta. No fue un gol demasiado ortodoxo ya que el intento de despeje de una defensora del Collerense dio en Jone Bilbao y el balón encontró portería.

El tramo final de la primera parte fue el más animado de todos con idas y venidas constantes en ambas porterías

Este balón de oxigeno animó a las visitantes que se vieron capaces de remontar un partido que desde muy pronto se les había puesto muy cuesta arriba. Las guipuzcoanas metieron una marcha más y el partido creció en ritmo, tanto que las jugadas en ambas porterías eran constantes aunque fueron las mallorquinas quienes gozaron de una de las mejores oportunidades para lograr el tercer gol en su cuenta particular.

La insistencia y el premio

No hay mejor empate que el que se trabaja hasta el final y se disfruta como una victoria. Eso es lo que le ocurrió al Oiartzun KE en el campo municipal de C´an Caimari, que tras parar todas las acometidas del conjunto de José Antonio Sánchez lograron el empate en el último segundo de la prolongación.

El centro del campo del Oiartzun tuvo en varias fases de la segunda mitad el timón del partido. A pesar de los arreones de las palmesanas, el control del partido era oiartzuarra y el balón rondaba y mucho la portería defendida por Sandra. La guardameta local sufrió varios sustos en esa segunda mitad, primero a través de una falta muy peligrosa botada por Esti Bajo; segundo, con un potente lanzamiento del Oiartzun al larguero y mismas protagonistas, Sandra y Esti Bajo. Corría el minuto 80 cuando la jugadora visitante recogió el rechace del travesaño pero no acertó a batir a Sandra. 

(Imagen: O. Riera)
(Imagen: O. Riera)

En un último contragolpe desesperado las oiartzuarras encontraron el premio a su constancia

El partido entraba en la recta final y a los dos equipos les empezaron a fallar las fuerzas. La tensión del encuentro comenzaba a pasar factura y las imprecisiones se convertían en habituales en los últimos instantes. Tanto fue así, que el empate para las oiartzuarras lo consiguió un defensora local en un mal despeje tras un último contragolpe desesperado de las oiartzuarras. Un justo premio al esfuerzo realizado y a la fuerza mental demostrada por las de Jon Alkorta.

Tras este empate, el Oiartzun KE consigue que su más directo rival no acorte diferencias y logra mantener una ventaja de nueve puntos con respecto a los equipos que ocupan los puestos de descenso. De esta forma da un nuevo paso en ese único objetivo que no es otro que la permanencia.