Importantísimo triunfo del Real Zaragoza frente al Lugo que le permite sumar 10 de los últimos 12 puntos. El equipo de Carreras estuvo espeso en la primera mitad pero dio un paso adelante en la segunda para hacerse con el control total del partido. El error de Manu Herrera hizo peligrar el triunfo, pero Carreras arriesgó y un minuto épico le terminó dando un merecido triunfo al Real Zaragoza.

Planteamiento inicial

La única duda que había respecto al once inicial que sacaría Carreras se encontraba en la posible vuelta a la titularidad de Hinestroza. Finalmente el colombiano partió desde el banquillo y el técnico zaragocista repitió once, con Lanzarote y Pedro jugando de extremos a pierna cambiada.

Un Lugo infranqueable y un Zaragoza espeso

El Lugo puso en liza el planteamiento que se esperaba. Mucho orden, evitar cualquier espacio y buscar salir mediante balones a Caballero y ofrecimientos de segunda línea.  En los primeros minutos el equipo visitante apretó de forma agresiva la salida de balón, buscando poder robar arriba. Con el paso de los minutos, retrasó su bloque para juntar sus líneas.

Fue entonces cuando inició una presión mucho más trabajada y eficaz. Sus dos hombres de ataque quedaban descolgados de las dos líneas de cuatro que se encontraban por detrás. Entre ellos presionaban la salida de los centrales y, sobre todo, la opción de Morán. Las únicas veces que el pivote zaragocista pudo recibir el balón con comodidad fue cuando se incrustó entre los centrales, quedando demasiado alejado del resto del equipo, sobre todo de los interiores.

La línea de cuatro que se encontraba por detrás de los delanteros del Lugo se concentraba en tapar cualquier posible pase hacia los interiores o laterales zaragocistas. El Zaragoza hacía circular el balón lentamente para asegurar los pases y esa falta de riesgo le impidió encontrar el espacio en ningún momento. Apenas algún desborde de los extremos o las contadas incorporaciones de los laterales sirvieron para llegar a zonas de peligro.

A la hora de tener el balón, el Lugo no pudo salir cómodamente desde atrás por la presión zaragocista, por lo que recurrió una y otra vez al balón hacia Caballero, que fue capaz de ganar varios duelos a Guitián y de conservar la pelota para buscar a compañeros que vinieran de cara. A partir de ahí el Lugo juntaba jugadores en zonas muy alejadas del área zaragocista, siempre con el doble pivote cerca de sus centrales para tener seguridad ante una posible pérdida.

El paso adelante en la segunda mitad

Después de las dificultades que tuvo en la primera mitad para llevar peligro al área rival, el equipo cambio positivamente en la segunda mitad, que se convirtió en un monopolio del Real Zaragoza. El Lugo intentó mantener el orden de la primera parte pero se vio claramente superado ante un Real Zaragoza que dio un paso adelante.

El equipo de Carreras mantuvo en muchos momentos a todo el equipo en campo contrario, con posesiones de calidad, más fluidas que en la primera parte. La entrada de Hinestroza sirvió para mantener el equipo lo más amplio y profundo posible, ganando desborde por fuera por ese costado con el colombiano y las incorporaciones de Rico. Culio empezó a poder encontrar de forma más asidua a Morán y a Rico y el equipo mejoró su imagen considerablemente.

Por su parte en el lado contrario Lanzarote asegura desborde por fuera pese a jugar a pierna cambiada, mientras que Ángel le ganó la posición a los centrales y consiguió zafarse de ellos con conducciones. Cuando parecía que el gol podía llegar en cualquier momento, el error individual de Manu Herrera puso por delante al Lugo cuando menos lo merecía, obligando al Zaragoza a ir a remolque.

Todo o nada para llevarse el triunfo

El gol en contra y la expulsión de un jugador rival llevó a Carreras a tomas más riesgos. El técnico se la jugó a un todo o nada con la entrada de Dongou por Campins. Un delantero por un defensa, un cambio ganador, que conllevó también un cambio táctico. El equipo cerró atrás con Morán, Guitián y Cabrera. La banda derecha quedaba completamente para Lanzarote, con movimientos ofensivos y defensivos de Diamanka hacia esa zona. En la izquierda Rico pudo colocarse unos metros por delante, juntándose con Hinestroza y Culio mientras la pareja de delanteros ofrecía movilidad y velocidad.

Con el rival encerrado, el Zaragoza tuvo un minuto épico para conseguir remontar. El gol en contra supuso un jarro de agua fría para todos, pero el equipo no se rindió y buscó el gol con carácter y con argumentos futbolísticos. Con algo de fortuna empató y luego Lanzarote sacó su calidad para poner al equipo por delante. El zurdo puede marcar diferencias, y su gran gol puede suponer un punto de inflexión.

Ahora el Zaragoza mira hacia arriba. Será el próximo partido frente al Alavés el que decidirá hasta qué punto puede alzar la cabeza. De momento el equipo estuvo a la altura cuando más complicadas estaban las cosas. Ganar de esta forma aporta mucho más que tres puntos.

Fuente de las imágenes: LFP y Canal+

VAVEL Logo