La racha que está encadenando el Villarreal esta temporada está siendo espectacular, siendo ahora mismo uno de los equipos más eficaces y fiables del campeonato. Pero para lograr el objetivo de estar la próxima temporada en Champions League, el equipo debe ser regular, y mantener la distancia con sus más cercanos perseguidores. Uno de ellos, es el Celta de Vigo, que está realizando una campaña también excelente, y que ahora mismo es quinto clasificado, empatado a 41 puntos con el Sevilla, a once del Submarino amarillo. 

El calendario, principal enemigo amarillo

La clasificación para los octavos de la UEFA Europa League hace que el calendario del Villarreal aumente en cuanto a compromisos y fechas, lo que supone un menor tiempo de preparación entre los partidos, y obligar a que se lleven a cabo rotaciones para dosificar esfuerzos, y llegar a cada encuentro en condiciones óptimas. En tres semanas, los pupilos de Marcelino García Toral jugarán seis partidos, cuatro de Liga BBVA más los dos de la eliminatoria europea. 

Si nos fijamos en sus rivales en el campeonato doméstico, vemos que no será en ese aspecto un mes plácido para el equipo de la Plana, ya que mañana visitan Balaídos, y su siguiente salida será nada más y nada menos que al Sánchez Pizjuán, contra el otro equipo que se postula como principal candidato para intentar arrebatar la plaza Champions a los amarillos, el Sevilla de Unai Emery. En casa, reciben a la Unión Deportiva Las Palmas, a priori el rival más asequible este mes de marzo, y al Fútbol Club Barcelona, líder de la Liga BBVA y partido más complicado, justo antes del parón por selecciones. 

Marcelino García Toral y su cuerpo técnico deberán realizar un gran trabajo de preparación de sus jugadores, tanto física como anímica, para afrontar un mes de marzo que tendrá en el partido de Vigo su primera final para lograr el objetivo de este curso, que no es otro que lograr el regreso a la principal competición europea. 

Revancha contra los celestes

Algo clave para lograr ese retorno a la Champions pasa por sacar un resultado positivo del campo del Celta, pero quizá no sea tan útil ese resultado, dado que los gallegos son el único equipo en lo que va de temporada que ha vencido al Villarreal en su estadio, por 1-2 en el mes de octubre, por lo que un empate mañana dejaría a los locales con algo a lo que agarrarse en caso de aproximarse posteriormente al Submarino, que es el hecho de haberles ganado el goal average particular. Los de Marcelino tienen una oportunidad de vengarse de la derrota sufrida en la primera vuelta, y de paso alejar a los vigueses. No será fácil, ya que Balaídos es un estadio que no se le da especialmente bien a los amarillos, ya que solo han logrado una victoria en sus nueve visitas al campo gallego, la temporada anterior por 1-3.

El equipo celeste viene practicando buen juego durante toda la temporada, con un tridente formado por Iago Aspas, Nolito y Orellana que se postula como la principal amenaza para la defensa amarilla. De hecho, tanto el andaluz como el chileno fueron los autores de los goles que le valieron la victoria al Celta en el partido de la primera vuelta, por lo que deberá el equipo amarillo vigilar de cerca a ambos. Si a eso le añadimos que han recuperado los buenos resultados, tres vencer 3-2 al Eibar en Balaídos, y 0-1 la última jornada frente al Getafe, se antoja un encuentro interesante, en el que los gallegos buscarán acercarse aún más a los villarrealenses. 

La primera final para conseguir la plaza de Champions es mañana en Vigo contra el Celta, y el Villarreal deberá demostrar que es el principal candidato para estar entre los grandes de Europa la próxima temporada, y comenzar a dejar sentenciada la cuarta plaza, faltando aún 11 jornadas para que concluya el curso actual. 

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