Desde que Toni Rodrigo batiera al ‘Pulpo’ Romero en el San Francisco en el minuto 65, el Atlético Astorga no ha encajado ni un solo gol. La Peña Sport fue el último contendiente capaz de hacerles un gol a los pupilos de Paulino Martínez Soria. Después lo intentarían el Izarra, el filial del Sporting de Gijón y el Pontevedra CF, pero ninguno de estos tres equipos sería capaz de conseguirlo.

Casi 300 minutos sin encajar un gol, un mes sin vivir un tanto en contra. Una de las facetas en las que más apuros estaban pasando el Atlético Astorga, en su segunda experiencia en Segunda División B, parece haberse borrado de un plumazo. La mejoría en defensa se ha trasladado también a la portería provocando que el equipo apenas permita al rival crear ocasiones claras de gol.

Desde que el guardameta manchego debutara con la elástica del Atlético Astorga solamente ha encajado cinco goles en siete encuentros disputados. Se suele decir que un buen cancerbero es clave en estas categorías y el ‘Pulpo’ Romero lo está demostrando. Tras las dudas en la meta maragata, en las que comenzó Ricky Alonso y terminó jugando Javi Díez hasta su repentina retirada, la aportación del exjugador del Rapid de Bucarest son notables. Manda, coloca y no deja de hablar con sus compañeros en ningún momento del partido.

La dupla formada en el centro de la zaga por Víctor Gordón y Antonio León ha sido también fundamental. A pesar de estar condenado al banquillo o a la grada, el central de Valdepeñas ha vuelto a demostrar que la experiencia y el saber estar son un grado importante en la categoría de bronce. Su altura y su buena colocación han permitido que su compañero disponga de mayor estabilidad y mejor colocación. Además, Cristian y Juanra se han asentado en los laterales siendo muy ofensivos, pero recuperando su puesto de forma, casi, inmediata.