Quién le diría a la afición deportivista al finalizar el pasado año con un equipo que venía en un gran estado de forma y que hasta podía soñar con Europa, que iba a tener un 2016 tan horripilante en el que ya acumula 11 jornadas sin conocer la victoria, pudiendo ser 12 ya que esta jornada se prevé complicada visitando el campo del segundo clasificado.
Es innegable que el juego del equipo ha bajado un poco respecto a la primera vuelta y ya no es el bloque solido que encajaba pocos goles, y es que en estas jornadas fatídicas ha recibido más goles que en toda la primera vuelta. Ahora bien no se puede negar que el equipo sigue dándolo todo quitando alguna excepción, y ha luchado hasta el final en varios partidos que remontó y mereció la ansiada victoria, como contra el Rayo o el Betis.
Pero también cada destacar la poca suerte que está teniendo el equipo. Puntos perdidos en el último suspiro, ocasiones claras marradas o dudosas decisiones arbitrales han marcado en muchos partidos los resultados del equipo. Frente a Villarreal o Valencia el equipo perdió puntos en el último suspiro tras dudosas decisiones arbitrales, pero el culmen de la mala suerte se produjo este pasado sábado, donde tras conseguir remontar en dos ocasiones los tres puntos se escaparon con un gol en propia puerta.
Esta situación puede recordar a la del Eibar la temporada pasada, pero el Deportivo tiene jugadores más experimentados en la categoría que no deberían sufrir ese miedo que quizás tuvo la temporada pasada el conjunto eibarrés. El deportivismo no debe desesperarse, después del Calderón el Levante visitará Coruña y quizás sea un buen partido para remontar el vuelo. Lucas ha acabado con su sequía, Fede o Borges están en buen momento y el equipo ha rozado la victoria en varias ocasiones, es cuestión de tiempo que vuelvan las buenas noches y la buena suerte a Riazor.