La vida futbolística de Ahmed Hossam Hussein Abdelhamid comenzó en las categorías inferiores del Zamalek egipcio. El Gent lo reclutó en 2000, cuando Mido tenía tan solo 17 años. Los once tantos que anotó con el conjunto belga llamaron la atención del Ajax, equipo que se hizo con sus servicios en 2001. Con la camiseta del equipo holandés convirtió 21 dianas, bastante menos relevantes que sus salidas de tono. El carácter díscolo del delantero le llevó a tener problemas con su técnico, Ronald Koeman, y con el hombre que le cerraba el paso hacia la titularidad, Zlatan Ibrahimovic.

Flechazo

Así las cosas, en marzo de 2003 el Celta se cruzó en su camino. Una grave lesión del zaguero Sebastián Méndez permitía la incorporación de un futbolista fuera de la época habitual de mercado. El elegido fue Mido, quien llegó cedido al equipo que por entonces dirigía Miguel Ángel Lotina. Los de Vigo peleaban por un puesto en Europa y necesitaban de un ‘nueve’ de garantías, dado que los mejores momentos de Catanha y Benny McCarthy ya habían quedado atrás. El de El Cairo, pese a sus 19 años, poseía una complexión física poderosa y unas fantásticas condiciones como rematador que cubrían las carencias de las que pudiesen adolecer los Edu, Jesuli o Mostovoi.

Mido celebra con Sergio la clasificación del Celta para la fase previa de la Champions (Foto: yojugueenelcelta.com)
Mido celebra con Sergio la clasificación del Celta para la fase previa de la Champions (Foto: yojugueenelcelta.com)

El 7 de marzo se confirmaba la cesión del ariete egipcio al Celta, que llegaba a Vigo con una opción de compra de 10 millones de euros incluida para final de temporada. El equipo céltico, quinto en la tabla, afrontaba la recta final del campeonato con la ilusión de clasificarse para la Liga de Campeones por primera vez en su historia. Mido debutaba con la elástica celeste en una victoria por 2-1 ante el Athletic y convertía su primera diana a los 20 minutos de juego. Tres jornadas después llegaba su único doblete vestido de azul cielo, en la visita a El Sadar. Fue aquel el encuentro en el que Mido sacó a pasear su talentosa zurda para ajusticiar a los navarros. En aquel momento el Celta conseguía situarse en cuarta posición, aunque cuatro partidos consecutivos sin ganar —incluída una goleada recibida en El Madrigal— dejaban el objetivo de la Champions muy complicado habida cuenta del poderío de los rivales que quedaba por enfrentar. Una victoria por 3-0 sobre el Deportivo y un empate en el Santiago Bernabéu sirvieron como aperitivo de una fecha histórica para el viejo Balaídos.

Triunfo histórico

Fue el 15 de junio de 2003 el día en que por fin el coliseo vigués se engalanaba para tramitar un billete histórico. Enfrente se situaba la Real Sociedad, que llegaba a la penúltima jornada como líder y se jugaba mano a mano con el Real Madrid el título de liga. Dirigidos por Raynald Denoueix, los blanquiazules completaron una campaña de ensueño gracias a un magnífico bloque y al estado de forma excepcional de dos futbolistas: Darko Kovacevic y Nihat Kahveci. Pero aquella tarde las cosas no comenzaron bien para los donostiarras. Un tampranero gol de Ronaldo Nazario en el Calderón les obligaba a marcar para mantener el punto de ventaja con el que partían sobre los blancos. En el primer minuto de juego Mido bajaba un balón largo en área visitante y servía para que Mostovoi ensayase el disparo. Era tan solo un aviso de lo que vendría poco después. Corría el minuto 10 y, tras una larga jugada del ataque céltico, el Zar disparaba desde la frontal. El balón, tras rozar en Edu, hizo un extraño que dejó clavado a Westerveld. Era el 1-0. Dos zurdazos de Javier de Pedro quedaron registrados como las únicas respuestas de la Real Sociedad a lo largo del primer tiempo. Fueron 45 minutos que no hicieron más que dejar malas noticias a los de San Sebastián. El Real Madrid, que ya ganaba por 0-3 al descanso, se aseguraba los tres puntos, mientras que Darko Kovacevic se lesionaba y debía abandonar el terreno de juego poco antes del descanso.

Alineación Celta-Real Sociedad (15/06/2003)
Alineación Celta-Real Sociedad (15/06/2003)

Con un aviso de Nihat se inició el segundo acto. Pero una acción por banda derecha terminó en un centro de Edu que Mostovoi cabeceaba a la red. El 2-0 encendía las alarmas de los Txuri Urdin, que veían cómo se les escapaba una oportunidad única para ganar la Liga. Al filo del minuto 65, De Pedro sorprendía a Velasco y sacaba un centro raso muy fácil para Nihat. El turco batía irremisiblemente a Cavallero y la temperatura del choque subía. Con la Real lanzada a por el empate, la precipitación se convirtió en la peor aliada de Xabi Alonso. El excelente pero por entonces todavía imberbe mediocentro realista falló al intentar controlar un balón con el pecho y regaló el cuero a Mostovoi. Error imperdonable. El ruso sorteó un campo de minas y consiguió armar un contragolpe que iba a terminar de la mejor manera posible para los de casa. El despliegue de Juan Velasco terminó en un centro que Westerveld dejó a los pies de Mido. El egipcio, con su pierna 'mala', fusiló la portería donostiarra y llevó el delirio a las gradas de Balaídos. Fue aquel un tanto inolvidable para el celtismo, por lo que significó y también porque fue el último de Ahmed Hossam Hussein Abdelhamid con el Celta. La conexión de Mido con la grada llegaba a su punto culminante en el octavo partido en el que el ariete norteafricano lucía la casaca celeste. Faltaban todavía 20 minutos pero el sueño estaba cerca de cumplirse. Aun con todo, el libreto del club olívico establece que ninguna victoria se puede conseguir sin sufrimiento y este partido no podía ser la excepción. Nihat marcaba de cabeza el 3-2 con ocho minutos por delante y dejaba una puerta abierta a los blanquiazules. Un nuevo disparo del turco y un cabezazo de Óscar de Paula a la salida de un córner fueron los últimos cartuchos de una furibunda Real Sociedad. El Celta, con la complicidad de un Barcelona que asaltaba Mestalla, se clasificaba matemáticamente para jugar la eliminatoria previa de la Liga de Campeones por primera y, hasta hoy, única vez en su historia. La Real no pudo finalmente completar con éxito la conquista de un título que tuvo muy cerca.

Mido pareció encauzar su carrera durante su paso por el Tottenham (Foto: bleacherreport.com)
Mido pareció encauzar su carrera durante su paso por el Tottenham (Foto: bleacherreport.com)

Carrera errática

El romance de Mido con el club olívico terminó en julio de 2003. Los diez millones de euros que había que depositar para ejercer la opción de compra resultaban prohibitivos para un Celta que se aproximaba al final de la época de vacas gordas. Se intentó una cesión por un año más sin opción de compra pero el Ajax quería desprenderse definitivamente del egipcio y Mido terminó por recalar en el Olympique de Marsella. En Francia no acabó de cuajar durante la temporada 2003/04, la misma en la que el equipo presidido por Horacio Gómez perdió la categoría. Roma fue la siguiente parada del egipcio, quien apenas disputó ocho encuentros con los de la capital antes de salir cedido al Tottenham Hotspurs. En Londres, Mido pareció reencontrarse durante un tiempo, lo que le llevó a rendir notablemente durante una temporada y media. Pero no fue más que un espejismo. En enero de 2007 se barajó la posibilidad de su retorno a Vigo pero las circunstancias no ayudaban. Los problemas económicos y deportivos comenzaban a acumularse en torno al club olívico y ya no había lugar para los dispendios.

Los actos de indisciplina fueron una constante a lo largo de la carrera de Mido (Foto: english.aram.org.eg)
Los actos de indisciplina fueron una constante a lo largo de la carrera de Mido (Foto: english.aram.org.eg)

Al nueve de El Cairo las cosas no le iban a ir mejor. Un sinfín de cesiones tras su fichaje por el Middlesbrough terminó por hundir una carrera que prometía mil y una maravillas. Con 30 años y, tras pasar de nuevo por el Zamalek, Mido puso fin a su carrera en el modesto Barnsley inglés

Carácter indomable

Con su selección tampoco tuvo demasiada fortuna. Los actos de indisciplina, una de las constantes de su carrera, se acentuaron en sus convocatorias con Egipto, cuya Federación le suspendió en varias ocasiones. Tan solo pudo estar presente en la primera de las tres fases finales de la Copa de África que los Faraones levantaron de manera consecutiva entre 2006 y 2010. Incluso entonces se enfrentó a su técnico, Hassan Shehata, por su sustitución en el encuentro de semifinales. La bronca terminó con el ariete ‘castigado’ sin jugar la final y excluido durante seis meses de su selección. Después su nivel ya no volvería a ser el mismo.

Mido ha vivido en el Zamalek dos etapas como jugador y otras dos como técnico (Foto: goal.com)
Mido ha vivido en el Zamalek dos etapas como jugador y otras dos como técnico (Foto: goal.com)

Desde 2014 Mido ha dado el salto a los banquillos, con escaso éxito hasta el momento. En enero de 2016 entrenó al Zamalek por segunda vez pero fue cesado apenas un mes después de tomar las riendas del equipo egipcio. Por el momento no parece que las cosas le vayan mejor como técnico que vestido de corto.

Como suele pasar con los genios, Mido dejó la sensación de que podía haber llegado muchísimo más lejos de lo que lo hizo. Su talento terminó en el cubo de la basura, víctima de un carácter voluble y, seguramente, caprichoso. Pero el recuerdo que dejó a su paso por Vigo permanecerá imborrable. Solo un grande puede conseguir en tan poco tiempo grabar a fuego una huella tan profunda en el corazón de una afición. Y es que parte de la responsabilidad de que el Celta jugase un día la Liga de Campeones la tuvo este egipcio indomable. Ahmed Hossam Hussein Abdelhamid Mido jugó durante tres meses en Balaídos. Es un detalle que ningún celtista olvidará.