Todo parece indicar que el Deportivo se plantó en el Calderón con las mínimas aspiraciones, no por comportarse con desidia, sino por poseer la virtud de ser consciente de sus limitaciones. Justo lo contrario que en la primera vuelta, deslenguado y aguerrido, capaz de mojarle la oreja a cualquiera de los equipos de la tabla. Pero el viento no sopla a favor de los coruñeses, atesorando una racha de trece partidos sin vencer, que hoy sin Lucas, fuera de la convocatoria por precaución, no supo que hacer ante un Atleti que ha puesto la marcha fija. Sin florituras ni artificios, los colchoneros sacaron el partido adelante ante un rival que mantenía la posesión de manera dócil, como los que le gustan Simeone.

No parecía ser esa la intención de Víctor, cauto en todo su ser, que supo ver en el encuentro de esta tarde un oasis de descanso para unos cuantos jugadores importantes, consciente de las fechas que se avecinan, con partidos en casa y rivales de enjundia pareja. Además del hombre gol de los herculinos, Luis Alberto, salió desde el banquillo, evidenciando las intenciones del cuerpo técnico de contener la fatiga de sus activos más relevantes. También pudo preocuparse el Cholo por su cita de Champions, para nada cómoda, pero el argentino no especula, mantiene su fórmula del éxito con lucha y convicción como bandera. Las mismas que parece contagiar a Saúl, incansable en el primer tanton rojiblanco, anticipándose a un Manuel Pablo que estrenaba titularidad, tras un centro portentoso de Filipe Luis.

El Deportivo se empachó de balón, pero sin meter mano a la táctica rojiblanca, por más Fajr y Cartabia se mostrasen

El Atleti ya no se preocupa por el juego, solo por superar a sus rivales jornada tras jornada, con pico y pala, pues es la única forma de arrimarse al liderato de un Barcelona que no parece retroceder en ningún momento. Tampoco lo hizo el Deportivo, que tras el gol colchonero se empachó de balón, pero sin meter mano a la táctica rojiblanca, por más Fajr se mostrase y el desparpajo de Cartabia diese aire a los suyos. Cayeron en este hombre todas las aspiraciones de los herculinos, acomodado a la táctica de Víctor Sánchez del Amo, pero el rigor y militancia de la zaga local le dejaron seco. De sus botas naceria la ocasión más clara de los coruñeses, con Oblak prácticamente batido, pero su disparo fue repelido por el abdomen de Saúl, imperial en ataque y en defensa, aunque el mediapunta argentino no encontró pareja de baile, con laterales versados únicamente en tareas defensivas y un Jona destemplado que supo presionar pero sin construir.

El banquillo coruñés comenzaba a moverse, con cierto interés en meter una marcha más al partido, pero Griezmann quiso su pedazo de gloria, y en un desbarajuste defensivo encontró la zurda para batir por bajo a Lux. Arribas increpaba al asistente con vehemencia, pero el canterano Rober no respetó el tono de la zaga coruñesa y no tiró el fuera de juego. El Mono Burgos y el Cholo comenzaban a cavilar el desarrollo del encuentro, gestionando la fatiga de hombres clave para superar la eliminatoria con el PSV esta semana en el Calderón. Y al Dépor le cogió el frío, ya había encontrado escasas facilidades para penetrar en el área del Atleti, y entonces, habiendo doblado su ventaja, la machada se antojaba imposible.

Y poco a poco murió el encuentro, sin mayores sobresaltos, salvo un saque rápido de Gabi, en aras de un jugador experimentado, que sorprendió a la zaga blanquiazul para que Correa, que salía desde el banquillo, pusiese la guinda a una noche plácida de la que el Deportivo deberá pasar página para afrontar los momentos clave de la temporada.