Su hermano Antonio jugó con posterioridad en el Celta por lo que se hizo necesario diferenciarlos como Chicha I y Chicha II. En el caso de Manuel, su llegada al club olívico tuvo lugar como consecuencia de su pertenencia al Fortuna, equipo con el que tuvo oportunidad de disputar el último derbi ante el Vigo Sporting el 11 de marzo de 1923. Una vez completada la fusión de ambos clubes el 23 de agosto de aquel año, los 64 futbolistas que pasaban a formar la plantilla del Celta fueron divididos en dos grupos conocidos como ‘Equipo A’ y ‘Equipo B’. Obviamente, los jugadores con más nivel pasaban a formar parte del ‘Equipo A’. Chicha, junto con otros compañeros como Moncho Polo, Pasarín o Pinilla, fue considerado indiscutible en aquella selección.
Primeros títulos y primeros goles
En una época en la que no resulta sencillo encontrar referencias fiables, sí existen evidencias de que Chicha jugó el que probablemente fue su primer encuentro oficial con el Celta el día 16 de diciembre de 1923. El partido correspondía al campeonato regional y enfrentó a los de Vigo con el Eiriña en Pasarón. Como todos los encuentros que el Celta disputó en aquella competición, terminó con victoria, en este caso por 0-5. Antes, en septiembre, Manuel Gestoso ya había participado en un amistoso frente al Boavista que finalizó con el abultado tanteo de 8-2 para los de Vigo. En aquella campaña 1923/24 también fue alineado en el estreno copero del equipo, en un empate a un tanto frente al Athletic en el campo de Coia. Aquel resultado no sirvió a los locales, que en su visita a Bilbao se llevaron un 6-1 que les apartó de la siguiente ronda. Con todo, el equipo que por entonces dirigía el británico Frank Cuggy comenzaba a hacerse un nombre en la península y disputaba ya sus primeros amistosos contra Real Madrid y Barcelona.
Durante las tres temporadas siguientes llegarían los mejores registros anotadores de Chicha con el Celta. En la 1924/25 formó parte del once inicial hasta en una docena de partidos si se contabilizan los disputados en liga regional y copa, lo que le permitió totalizar 14 tantos. El por entonces recién nacido club vigués sumaba su segundo campeonato de Galicia consecutivo, mientras que en la competición copera —por entonces único campeonato con rango nacional— alcanzó las semifinales, tras eliminar en una liguilla al Español y al Ovetense, equipos antecesores de Real Valladolid y Real Oviedo respectivamente. El Arenas de Getxo fue el verdugo de los célticos al eliminarles por un tanteo global de 2-1.
Efectividad anotadora
Durante la campaña 1925/26, la última de Frank Cuggy al frente del Celta, Chicha continuó en una buena línea goleadora y convirtió un total de 17 dianas en 18 encuentros. Los de Vigo reafirmaban su dictadura en el campeonato regional, mientras que en copa volvían a quedarse en semifinales, esta vez ante el Athletic de Madrid. El crecimiento del delantero de Bouzas continuó durante el curso siguiente, en el que elevó hasta la cifra de 20 los goles marcados entre las dos competiciones en las que el club olívico participaba por entonces. No obstante, el Celta perdía por primera vez desde su fundación el Campeonato Regional ante el Deportivo y el gallego Andrés Balsa dejaba su puesto en el banquillo a Mr. Cowan, prestigioso estratega escocés de la época. Con él como director de orquesta el equipo recuperó el título gallego aunque Chicha se pasó una temporada prácticamente en blanco.
Fue durante la campaña 1928/29, ya con Ramón Encinas en el banquillo, cuando el oportunista ariete boucense iba a recobrar su olfato goleador. Aquella fue la primera campaña en la que se disputaba una liga a nivel nacional y el Celta, tras infructuosas gestiones para salir de inicio en Primera, se vio encuadrado en la Segunda División. La inauguración del estadio de Balaídos a finales de 1928 dejó como regalo un contundente 7-0 sobre el Real Unión de Irún, con Chicha como autor de uno de los tantos que estrenaban las mallas del coliseo céltico. Un nuevo título regional no tuvo continuidad en la recién creada competición nacional, en la que los de Vigo, lejos de pelear por el ascenso, finalizaron penúltimos y se vieron condenados por primera y única vez en toda su historia al pozo de la Tercera División.
Gol estéril en Mestalla
De aquella primera División de Plata se puede rescatar un encuentro celebrado el 9 de junio de 1929. Se disputaba por entonces la jornada 15 —de un total de 18— y el Celta viajaba a orillas del Turia en busca de dos puntos necesarios para evitar el descenso. Los de Vigo peleaban desesperadamente junto con otros cuatro equipos para escapar de las dos últimas plazas. Fue aquella una tarde en la que cayó un buen aguacero sobre Mestalla, lo que favoreció al Celta, mucho más acostumbrado que su rival a moverse en los charcos y el barro. Pero ni por esas se iba a conseguir sacar tajada.
Con todo, el primer tiempo transcurrió bajo los constantes intentos de los locales por batir la portería defendida por Lilo. El guardameta céltico, junto con los zagueros Cabezo y Pasarín, causó una muy buena impresión aquella lluviosa tarde de fútbol. Los de Vigo conseguían adelantarse tras un ajustado disparo de Polo que el guardameta Pedret no pudo alcanzar. Pero la alegría de los de celeste no iba a durar mucho y el Valencia logró voltear el marcador antes del intermedio con sendos tantos de Costa y Navarro.
El Celta reaccionó tras el intermedio y lograba reestablecer las tablas por medio de Chicha. El de Bouzas no fue uno de los más destacados del partido pero apareció para conectar un remate que daba esperanzas a los visitantes de llevarse algo positivo de Mestalla. No fue suficiente. De nuevo Navarro, esta vez a pase de Imosi, batía a Lilo y colocaba el 3-2 que iba a resultar definitivo. Los de celeste se veían superados en la clasificación por el Deportivo y se situaban en penúltimo lugar, empatados a puntos con el Racing de Madrid, colista. En las tres últimas jornadas, pese a conseguir sumar cuatro puntos sobre seis posibles, el panorama no cambió y el equipo dirigido por Moncho Encinas consumaba el desastre.
De futbolista a empresario
Chicha abandonó el fútbol a la conclusión de aquella temporada, con un balance de 63 goles en 69 partidos oficiales disputados con la camiseta de un club que todavía no había cumplido los siete años de vida. Al Celta todavía le quedaba un duro camino para llegar a la Primera División, algo que conseguiría por fin en 1936.
Manuel Gestoso se dedicó, tras la Guerra Civil, al mundo de la industria naval y fundó una empresa familiar que todavía funciona con éxito en la actualidad. Nunca llegó a jugar en la máxima categoría nacional aunque sí defendió la camiseta de la selección de Galicia en noviembre de 1923, en un encuentro disputado en Madrid frente a la selección Centro. No cabe duda de que, casi un siglo después, el fútbol ha cambiado mucho. Pero la historia del Real Club Celta se ha forjado gracias a figuras como la de Chicha, delantero oportunista nacido en Bouzas y uno de los pioneros a la hora de defender la casaca del club olívico en categoría nacional.