Domingo santo. El país entero de vacaciones, pero el fútbol no se detiene en Segunda División. Tras una semana repleta de procesiones y celebraciones familiares llegaba el momento de disfrutar del arte del balompié. Tarde de derbi castellano y leonés en el Estadio ‘Municipal de Anduva’. Buena entrada en el feudo rojillo para acoger el duelo regional entre el C.D. Mirandés y el Real Valladolid. Todo estaba preparado para que el cuero echase a rodar a las 17:00 horas. Comenzaba la batalla entre burgaleses y pucelanos.

Puntuar era obligatorio

La contundente victoria frente al Real Oviedo en la capital del Principado y el triunfo cosechado ante la U.E. Llagostera en el Estadio ‘José Zorrilla’ supusieron un cambio drástico en la dinámica del equipo. Los malos resultados se esfumaron y los puntos comenzaban a llegar de tres en tres. El playoff era ya una realidad y el ascenso directo un sueño a solo seis puntos de distancia. Engancharse de forma definitiva a los conjuntos que encabezan la clasificación era el principal objetivo blanquivioleta en su visita a Miranda de Ebro. Superar al C.D. Mirandés sería sinónimo de escalar hasta los puestos nobles de la tabla. Un mal resultado serviría para acabar con la buena racha vallisoletana.

Dos testarazos sentencian al Real Valladolid

Arranque titubeante por parte de ambos conjuntos. Ninguno de los dos equipos quería asumir riesgos en los primeros compases del encuentro. La necesidad de cosechar algún punto imperaba en los planes de Carlos Terrazas y Miguel Ángel Portugal. El técnico local alineó un peculiar sistema: 1-3-3-3-1. El entrenador visitante, por su parte, optó por una formación más clásica: 1-4-2-3-1. La primera ocasión del partido llegó de los pies de Juan Villar. La verticalidad de los hombres de ataque del Real Valladolid sirvió para que el cuadro pucelano dispusiera de una llegada clara a los cinco minutos del primer tiempo. El extremo andaluz se internó en el área y golpeó la pelota buscando superar a Raúl Fernández. El guardameta realizó una gran parada en dos tiempos tirándose abajo.

La réplica del C.D. Mirandés no se hizo esperar. Tres minutos más tarde llegó la primera jugada de ataque de los rojillos. Un saque de esquina botado desde banda derecha obligó a Kepa a intervenir después de que la pelota se paseara por el área pequeña. El portero vasco estuvo rápido para atrapar el cuero antes de que Ion Vélez llegara al remate. Reparto de golpes en el primer cuarto de hora de partido. Una ocasión para cada equipo. El empate imperaba en el marcador.

La polémica llegó en el minuto 16 de la primera parte. Mojica, después de una buena internada por banda izquierda, colgaba la pelota buscando el remate de Roger en el área. El centro se quedaba corto y Galán lo cortaba con el brazo en el primer palo. La pelota golpeó en la extremidad del defensor tras haber rebotado en el césped. El colegiado no lo interpretó como penalti. Las protestas de los jugadores pucelanos fueron escasas. Llegó el ecuador del primer tiempo. Pocas ocasiones hasta el momento, mucha batalla entre los futbolistas del centro del campo para hacerse con la posesión del esférico. 

Ernesto Galán y Provencio golpean en la primera mitad

El conjunto burgalés abrió la lata en el minuto 25 de partido. Sangalli estaba llevando mucho peligro por banda derecha desbordando continuamente a Mario Hermoso. El lateral solo era capaz de detener al extremo guipuzcoano con faltas. Precisamente en un libre directo cometido por el defensor pucelano llegó el primer gol del encuentro. Alain Oyarzun golpeó la pelota con sutileza buscando la portería defendida por Kepa. El centro-chut del delantero rojillo se coló en la meta blanquivioleta después de que Ernesto Galán rozase el cuero con la cabeza. La estirada del guardameta visitante no fue suficiente para rechazar el remate. 

El tanto local pilló por sorpresa al Real Valladolid. El conjunto pucelano bajó su rendimiento de forma considerable a raíz del gol burgalés. Los pupilos de Carlos Terrazas dejaron tocado al combinado vallisoletano y metieron la directa en busca del segundo. No se había superado prácticamente la media hora de juego en ‘Anduva’ cuando Provencio aprovechó para abrir brecha en el luminoso. Una gran combinación entre los hombres de ataque en tres cuartos de campo concluyó con un centro medido desde banda derecha que Provencio se encargó de enviar al fondo de las mallas. Testarazo inapelable del centrocampista madrileño que se colaba en la portería después de golpear en el travesaño. 

Poca historia en los minutos restantes del primer tiempo. El C.D. Mirandés se iba al túnel de vestuarios con una ventaja de dos goles. Buena renta para unos rojillos que supieron aprovechar sus ocasiones en los primeros 45 minutos de partido. El Real Valladolid se vio superado por su rival y no supo contrasrrestar las acometidas locales. Llegaba el momento de descansar y reponer fuerzas para afrontar el segundo acto. 

90 minutos para olvidar

El segundo tiempo comenzó con los mismos 22 jugadores que fueron de la partida. El conjunto blanquivioleta parecía salir enchufado de la caseta, pero pronto se confirmó que se trataba de un simple espejismo. Roger intentó recortar distancias antes del minuto 50 con un disparo que rechazó Raúl Fernández. Cinco minutos más tarde llegó el turno de Provencio. Una buena jugada por banda izquierda de los locales concluyó con un golpeo que se perdió por línea de fondo. El arranque de la segunda mitad fue similar al comienzo del encuentro. El desenlace fue fatídico para los intereses del Real Valladolid

Ambos entrenadores comenzaron a mover los banquillos. Alain Oyarzun tuvo que abandonar el terreno de juego lesionado en el minuto 57. Javier Cantero entró en su lugar. La primera sustitución en las filas visitantes llegó en el mismo instante de partido. Mario Hermoso, superado constantemente por Sangalli, fue sustituido por Miguel Ángel Portugal. Guzmán entró para disputar la media hora final. Mojica pasó a ocupar el lateral izquierdo. En la primera jugada como defensor el colombiano vio la cartulina amarilla por obstruir una internada del extremo rojillo. Cinco minutos sobre el césped le bastaron a Álex García para sentenciar el encuentro. El delantero remató a placer en el segundo palo un centro raso de Eguaras desde la derecha. Libre de marca, el ariete vasco solo tuvo que empujar el esférico a la red. Al Real Valladolid se le iban a hacer eternos los veinte minutos restantes.

El conjunto blanquivioleta trataba de recortar distancias para intentar poner en apuros a su rival. Nada más lejos de la realidad. Los rojillos olieron sangre y se lanzaron insistentemente al ataque para terminar de hundir a los pucelanos. Una gran jugada individual de un Álex García muy enchufado supuso la llega del cuarto gol. Internada en el área por banda izquierda y regalo en forma de asistencia que Aridane no desaprovechó para matar definitivamente el encuentro. ‘Anduva’ era una fiesta a falta de cuatro minutos para el final del partido. 

El gol de la honra llegó en el tiempo de descuento. Con un C.D. Mirandés ya relajado por la ventaja en el marcador el Real Valladolid anotó su único tanto de la tarde. Guzmán se encargó de materializar un penalti provocado por Mojica. Golpeo raso y fuerte a la derecha de la portería defendida por Raúl Fernández. Así concluyó el partido en el Estadio ‘Municipal de Anduva’. Victoria merecida de los rojillos por 4-1 ante un débil rival pucelano. De esta forma, concluye la racha pucelana de dos victorias consecutivas.

Mala imagen del Real Valladolid

Con esta derrota el Real Valladolid se sitúa decimotercero con 44 puntos, a tres de los puestos de playoff. El C.D. Mirandés se coloca decimosegundo con los mismos dígitos. La próxima jornada el Real Valladolid recibe a la U.D. Almería en el Estadio ‘José Zorrilla’. Las opciones para conseguir el ascenso pasan por lograr la victoria frente a un equipo ubicado en el descenso.