La que se abría paso en el año 1995 fue una temporada de inicios. Primera de tres puntos por victoria en lugar de dos, dorsales personalizados dejando atrás el tradicional uno-once, de 22 equipos en liza o tres cambios por partido. Eso, para todos. Novedades, expectación, evolución; sin duda, se esperaba un gran año.

El FC Barcelona y el Real Madrid comparecían en situación contrapuesta. Los azulgranas en un período difícil, de ocaso del Dream Team, habiendo finalizados cuartos la campaña previa, a nueve puntos del campeón, el Real Madrid.

Extranjeros 1996/96 (foto:eumd)
Extranjeros 1996/96 (foto:eumd)

La plantilla del conjunto barcelonés dio un giro drástico. La marcha en verano de prácticamente la totalidad de los futbolistas de la primera, y por entonces única, Copa de Europa (Stoichkov, Koeman o Romario, entre otros). La llegada de fichajes arriesgados; provenientes de equipos medios, como Meho Kodro; jóvenes sin explotar, como Luis Figo; u otros que no habían cumplido las expectativas generadas los años anteriores, el caso de Robert Prosinecki en sus dos años en el Real Madrid.

José María Bakero, capitán con 32 años, un cada vez menos influyente Guillermo Amor, o el aún imprescindible Pep Guardiola, junto a la línea defensiva a excepción de Ronald Koeman, eran los retales del glorioso equipo de los sueños. Johan Cruyff tenía así que formar un nuevo bloque que evitase que la transición desde el mejor equipo azulgrana jamás formado a una nueva era fuese traumática. A todos esos mimbres Johan unió la aportación de la cantera, que este año fue numerosa con la llamada "Quinta del Mini", compuesta por unos nacientes De la Peña, Roger, Óscar, Toni Velamazán, Moreno o Quique Álvarez.

La
La "Quinta del mini" (foto:mushofutbol)

Por su parte el Real Madrid llegaba como campeón de Liga, con Jorge Valdano y Ángel Cappa en el banquillo, y dirigidos desde el césped por su pupilo Fernando Redondo, y una sólida estructura vencedora, con futbolistas de la enjundia de Hierro, Laudrup o Zamorano, que la temporada anterior lograron romper con la hegemonía Cruyffista que había sumado cuatro ligas consecutivas.

El año 1996 no se recordará como el mejor de ambas escuadras en lo deportivo, pero sí ha quedado grabados en los anales como el último de Cruyff y su Dream Team, el principio del fin de Valdano al máximo nivel en los banquillos (se retiraría un año después tras fracasar en el Valencia CF), o el año del doblete de uno de los mejores Atlético de Madrid de la historia.

Valdano y Raúl (foto:publimetro)
Valdano y Raúl (foto:publimetro)

Johan Cruyff acabaría siendo sustituido en el banquillo a dos jornadas de clausurarse la liga, tras caer derrotados en las semifinales de la UEFA contra el Bayern de Munich y perder en casa acto seguido contra el Atlético de Madrid, ocupando el puesto su ayudante Carles Rexach interinamente, hasta la futura llegada de Bobby Robson. Valdano aguantaría menos aún. A mitad de curso y tras perder contra el Rayo Vallecano, dejaría su lugar en el vestuario blanco al español Arsenio Iglesias, que tampoco conseguiría remontar el vuelo, y acabaría la temporada fuera de las competiciones europeas.

Pese a no ser un gran año para los aficionados del FC Barcelona, el mes de febrero en el que se disputó las jornada 26 del campeonato liguero, se pasó con alegría. Toda la felicidad que genera la victoria en un clásico. Era el partido de vuelta, y el eterno rival llegaba al Camp Nou.

El último clásico de Johan Cruyff

El FC Barcelona se presentaba situado en segundo lugar, a once puntos del líder, el Atlético de Madrid. El Real Madrid sexto, a dieciséis puntos de la cabeza, con la aspiración de acceder a competiciones europeas.

Uno de los pilares defensivos del Dream Team, Miguel Ángel Nadal, sancionado, no podía disputar el encuentro. Meho Kodro, la esperanza atacante azulgrana, continuaba en sequía anotadora, sumando únicamente seis goles, cifra alejada de los 25 que le permitieron finalizar segundo en la tabla la temporada anterior y que fueron razón de su contratación, y sin haber visto puerta en las diez últimas jornadas.

Ambos ambientes enrarecidos. Cruyff muy cuestionado durante todo el año. Pero era un clásico, esta semana, el resto, quedaba al margen.

Última alineación de Johan Cruyff contra el Real Madrid

Busquets/ Ferrer-Abelardo-Sergi/ Popescu-Guardiola-De la Peña-Roger/ Bakero-Figo y Kodro

Johan y Lo pelat (foto:mundodeportivo)
Johan y Lo pelat (foto:mundodeportivo)

Último resultado de Johan Cruyff contra el Real Madrid

FC Barcelona 3 - 0 Real Madrid

Fiel a su filosofía hasta última hora, "el flaco" formó con su identificable 3-4-3. Ferrer y Sergi resguardarían a Abelardo en la línea de tres defensores, Popescu actuaría delante de ellos. El rumano, uno de los extranjeros predilectos para Cruyff, tendría hoy el cometido específico de marcar a Michael Laudrup, viejo conocido de Johan y con calidad bien sabida por todos, capaz de cambiar un partido a su antojo.

Sala de máquinas para Pep Guardiola, que conectaría con Iván de la Peña a la derecha, Bakero delante y Roger en el carril siniestro. Arriba Figo y Kodro, con libertad de movimientos, alternando el puesto de delantero centro con la caída a derecha, como ya hiciesen otros tantos (Lineker, Salinas o Stoichkov) en toda la era Cruyff, convirtiendo esta variante táctica en una seña de identidad.

Frente a ellos un 4-2-3-1, jugador por jugador, de nivel superlativo. Buyo/ Quique Flores-Hierro-Sanchís-Chendo/ Milla-Redondo/ Luis Enrique-Laudrup- y Zamorano.

El equipo de Arsenio Iglesias, pese a llegar con el ánimo bajo mínimos, salió dominador. Redondo y Laudrup participaron con regularidad en los primeros minutos y el peligro llegó en forma de ocasiones del propio danés y de Zamorano.

Doblete de Kodro (foto:marca)
Doblete de Kodro (foto:marca)

A medida que pasaban los minutos Popescu fue entrando en ritmo y cumpliendo con su labor de “secar” a Michael, y entre Guardiola y De la Peña tomaron el dominio de la zona media. Figo comenzó moviéndose en posiciones centrales y Meho escorado, delante del “pequeño buda”, intentando percutir desde segunda línea.

Los laterales Sergi y Ferrer no cesaron en sus subidas, una vez el partido se hizo azulgrana. Así llegó el primero de los tantos, corría el minuto 37. Cabalgada en conducción típica de Albert Ferrer que centro al primer palo a ras de césped y Kodro, que andaba ubicado en zonas cercanas al gol, se adelantó a Sanchís para con la punta de su bota batir a Buyo. Acción típica de olfato goleador.

El primer tiempo finalizó con la victoria parcial por un gol a cero de los de Cruyff, quien decidió no mover a los hombres, pero sí variar algo la ubicación y el cometido. En la reanudación De La Peña se ubicaría a la izquierda y junto a Roger cerrarían la zona media, Figo retrasaría algo su posición y Kodro se centraría, buscando hacer el segundo y sentenciar el encuentro. El objetivo inmediato sería el de acaparar el esférico, evitar que Milla, Redondo y sobre todo Laudrup recibieran con garantías en la zona ancha. El objetivo final, aumentar la ventaja y cerrar el encuentro.

El Real Madrid más con corazón que con cabeza, salió volcado hacia la portería que defendía Carles Busquets. Pero en la segunda mitad, ya dominado el partido por los catalanes, no crearon demasiado peligro. Por contra, la precipitación merengue facilitó la circulación de balón frente al marco de Buyo. Las ocasiones locales se precipitaron, una y otra vez la retaguardia blanca fue superada. Así en el minuto 75, De la Peña intentó una jugada individual que acabó en un pase a placer de Guardiola a Figo, para que éste, sólo frente al portero español, lo batiese sin problemas y elevara el 2-0 al marcador.

Hasta el final el color del partido ya sí fue el mismo. El Real Madrid no supo sobreponerse a los mazazos. Míchel, Álvaro y Esnaider, relevos ofensivos que introdujo Arsenio, no pudieron aportar la incisión por bandas ni el gol que buscaba.

El resultado final sería de tres goles a cero. Tras la entrada a escasos minutos de acabar del zurdo Carreras, del croata Prosinecki en lugar del crack Figo, y de quien resultaría ser a la postre máximo goleador de la temportada azulgrana con 10 tantos, Óscar García, que relévó a De la Peña. Nuevamente marcaría Kodro, en el minuto 93, tras recibir el balón en el ángulo izquierdo del área de Buyo y con un exquisito y templado amago y recorte, superar a éste y a su par para finalizar a placer con la bota derecha.

EL FC Barcelona recortaba la diferencia hacia la primera posición, el Real Madrid se alejaba de su actual objetivo.

Las declaraciones posteriores de ambos técnicos serían claras. Arsenio : “Nos obsesionamos por remontar el gol de Kodro y regalamos el medio campo”.

Las últimas palabras de Johan Cruyff tras disputar un clásico reflejarían que se mantuvo hasta el final fiel a sí mismo, asumiendo la responsabilidad y defendiendo a los suyos. En este caso los jugadores, frente a la directiva y la crítica voraz.

“Yo tomé los riesgos, yo compré a estos jugadores. Me alegro por ellos. Han dado lo mejor de sí, después de todo lo que se ha dicho sobre ellos”. Johan Cruyff.

La que empezó siendo una temporada de ilusiones y novedades en la Liga, acabaría por ser la más triste posible para el aficionado del FC Barcelona. La última de Johan Cruyff, el mejor entrenador de la historia, en su dirección. La final de Cruyff en los banquillos. Éste fue su último clásico, sólo una victoria más, únicamente otro recuerdo agradable en su legado, en su eterna memoria.

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