La máquina numérica

El Girona es undécimo con 44 puntos, tan sólo a tres puntos de Osasuna que ocupa la quinta posición de Segunda División. Es en este dato donde se puede apreciar la tremenda igualdad que existe y que la distancia entre el playoff y los tres equipos empatados a 44 puntos siendo el último el Real Valladolid es de tres puntos. Los de la Costa Brava han marcado un total de 35 goles siendo los octavos máximos goleadores de la categoría empatados con el Alavés y el Tenerife; y respecto a los goles encajados son el segundo equipo que menos goles recibe con 25. 

Los gerundenses han cosechado tres victorias, un empate y una sola derrota en sus últimos cinco partidos sumando 10 puntos de 15 posibles; y, además, sólo han perdido un partido de los últimos once. El Girona ha ganado más lejos de Montilivi, ya que en casa ha ganado cinco partidos y fuera de casa ha conseguido llevarse los tres puntos en seis ocasiones -la útlima victoria fue en La Romareda por 0-3 la última jornada-. Así pues, los franjirrojos han obtenido los mismos puntos en casa que fuera, 22 exactamente. 

La última victoria de Osasuna en Liga en Girona fue hace 75 años por 0-2 en el Camp de Vista Alegre el 30 de noviembre de 1941. Desde aquel día, Osasuna ha perdido en tres ocasiones (3-0 el 18 de diciembre de 1949, 4-2 el 12 de noviembre de 1950 y 3-0 la temporada pasada con Mateo en el banquillo) y ha empatado una vez (0-0 el 18 de octubre de 1942) -todas ellas en Segunda División-. Sin embargo, el dato más jugoso es recordar que la última victoria de Osasuna en Girona fue en la Copa del Rey (0-1) en el año en el que los rojillos llegaron a la final del Vicente Calderón.

La táctica de Pablo Machín

Pablo Machín opta por una táctica más que diferenciada; y en concreto, lleva a cabo un 3-5-2 perfectamente ejecutado por la presencia de dos buenos carrileros y un gran central que permite la salida de balón desde atrás. El Girona es un equipo muy versátil que ataca y defiende con muchos jugadores al mismo tiempo dominando una gran superficie de campo.

Los catalanes juegan con una defensa muy adelantada y muy alta cortando balones por alto presidida por Kiko Olivas -central que se encarga de la salida de balón- y salvaguardada por Lejeune y Alcalá. Sin embargo, el aspecto más importante a tener en cuenta del equipo de Machín es la presión con tres hombres a la salida de balón del rival y, sobre todo, la superioridad en las bandas que ejercen sus dos laterales, Clerc y Javi Álamo, proporcionando mucha intensidad en el centro del campo. Un centro del campo muy preciso a la hora de presionar en campo contrario y muy solidario en defensa.

Por delante, dos hombres que aportan la velocidad al contragolpeMata y, el recién llegado, Cristian Herrera -sin olvidar al ex delantero rojillo Dejan Lekic-. Además, cabría señalar que los tres goles en La Romareda fueron anotados por estos tres últimos hombres.

Señores rojillos, el 3-5-2 de Pablo Machín es un sistema para contraatacar y no para defender porque es ahí donde te ahoga. Ante la más que probable ausencia de Mikel Merino, sólo se debería de tener en cuenta una defensa de cuatro que permita a Osasuna poblar su centro del campo -punto clave donde se desarrollará el partido-. Con la presencia de Merino el 4-1-4-1 habría sido el mejor sistema, pero ante su ausencia, sería acertado un 4-2-3-1 que permite jugar con un doble pivote (Manuel Sánchez-Roberto Torres) para hacer frente a la presión de Alcaraz, Eloi y Borja García en campo rival. Es más, el acierto de este sistema estaría en jugar con dos bandas verticales (Pucko y Álex Berenguer) que plantarían cara y fijarían a sus dos carrileros, Clerc y Javi Álamo. Veremos qué ocurre, ya que la alternativa de copiar su sistema alineando a dos carrileros como Javier Flaño y Aitor Buñuel no sería para nada desacertada.