La marcha de Carlos Bacca al AC Milan el pasado verano se recibió con cierto miedo en Nervión. Se iba su mejor delantero, el atacante que había conseguido hacer olvidar al inolvidable -al menos en el Pizjuán- Álvaro Negredo. Y le tocaba a Monchi volver a sacar la varita para hacer esa magia tan envidiada en las secretarías técnicas de toda Primera División. No defraudó: llegaron Fernando Llorente y Ciro Immobile, delanteros contrastados de primera línea para reforzar la delantera de un equipo aún más temible que el año anterior. Sin embargo, ninguno de los dos ha conseguido transformarse en la referencia sevillista en ataque. Ambos se han visto relegados a un segundo plano debido a la irrupción de ese chico callado y trabajador del banquillo, el que aguardó pacientemente su oportunidad a la sombra de Bacca, y que esta temporada se ha destapado como uno de los mejores delanteros de la Liga: Kevin Gameiro. 

Con 22 goles y 6 asistencias, el francés se ha erigido por méritos propios en el mejor atacante del Sevilla y el titularísimo de Emery, algo a tener en cuenta dada la tendencia a las rotaciones del entrenador vasco. De hecho, en el conjunto nervionense ya muestran cierta preocupación ante la posibilidad de que Kevin Gameiro empiece a acusar el cansancio en la recta decisiva de la temporada -acumula 2950 minutos jugados entre todas las competiciones-. Pero es que el francés marca o asiste cada 103 minutos, unos registros a la altura de los mejores del mundo y que demuestran su enorme importancia en los esquemas de Unai Emery. Fruto de su gran temporada ya se habla del interés de clubes como el FC Barcelona en hacerse con sus servicios la próxima campaña. 

El aficionado valencianista seguramente recuerde los coqueteos de Gameiro con el Valencia, cuando el delantero aún formaba parte de las filas del Rennes. En el verano de 2011 estuvo a punto de firmar por la entidad valencianista pero la llamada de Laurent Blanc, aconsejándole que permaneciese en Francia para mejorar sus opciones de ir a la Eurocopa de 2012, truncó su llegada en el último momento, y Gameiro fichó finalmente por el París Saint Germain. El seleccionador francés no le convocó para la cita europea, y la temporada siguiente el Valencia volvió a intentar su fichaje como guinda al proyecto de Mauricio Pellegrino, pero tampoco fructificó. Un año más tarde sí llegaría al Sevilla previo desembolso de 7,5 millones de euros, y en su primera temporada anotó 21 goles.

Mañana, presumiblemente, Unai Emery reservará a su delantero titular de cara a la vuelta de cuartos de final de la Europa League ante el Athletic de Bilbao, en la que defenderán el 1-2 conseguido en San Mamés. Será Llorente el encargado de intentar perforar las redes valencianistas, pero seguramente Emery se guarde en la recámara la bala de Gameiro, un seguro en materia de goles, la mayor amenaza sevillista esta temporada. 

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