Pocos obstáculos se le resisten a Diego Pablo Simeone. Se cuentan con la mitad de los dedos de una mano, y se enumeran en menos de un segundo. Lamentablemente para él, con uno de esos escollos se topará esta noche en el ardiente Vicente Calderón ante el Barcelona. Y en horario premium: 20:45 horas, cuando los partidos empiezan de día y acaban de noche. 

El 'Cholo' no puede con 'Lucho'

El escollo tiene nombre propio. Y no es ni Messi, ni Neymar, ni Iniesta, ni Suárez. Ni siquiera es jugador, sino ex. Voz ronca y poco acento asturiano. Y campeón de todo en apenas una temporada y media: Luis Enrique Martínez es un importante bajío para el técnico del Atlético de Madrid. 

Lo es con los datos en la mano, aunque en los últimos duelos las sensaciones contradicen a las estadísticas. Y Simeone es duro de mollera: hasta que no voltee los números, no parará. Capaz ha sido de revertir un maleficio con el Real Madrid que se prolongaba durante más de una década. 

Y el dato es el siguiente: siete partidos del Atlético de Madrid de Simeone ante el Barcelona de Luis Enrique. Siete derrotas. Balance paupérrimo, impropio de un técnico que suele enmendar con solvencia sus errores. O que se empeña en no reproducirlos de nuevo. 

Simeone ha superado tácticamente a Luis Enrique esta temporada en igualdad numérica

Lo dicho, siete derrotas. Cuatro en liga, dos en Copa y uno en Champions, la semana pasada. Sin embargo, igual que hace dos temporadas, tiene la llave para darle la vuelta a la eliminatoria. Esta campaña, el planteamiento de Simeone en los choques ante el Barcelona han funcionado, aunque los marcadores recen lo contrario.

Un marcador no puede reflejar el desarrollo de un partido, ni los acontecimientos que suceden en el mismo. Al menos no todos. Por ejemplo, en los dos últimos encuentros, once contra once y en igualdad de condiciones a nivel numérico, el Atlético de Madrid fue superior al Barcelona, adelantándose en el marcador en ambos choques.

El Barça de Luis Enrique posee multitud de virtudes, pero algunos defectos que Simeone ha tardado un año en detectar: le cuesta mucho salir con la pelota cuando el rival ejerce presión alta. Consciente de ello, tanto en el Camp Nou en Liga como en el Camp Nou en Champions, el Atlético de Madrid atosigó al Barcelona en su mitad de campo y se puso por delante en el marcador. Después, con las expulsiones, el guion varió y resulta complicado hacer un análisis acertado. 

Mañana tendrá una nueva oportunidad de batir a su homónimo en el banquillo. Eso sí, será en el Vicente Calderón, donde el Atlético de Madrid -al igual que el Real Madrid cuando juega en el Santiago Bernabéu ante el Barcelona- no se encuentra igual de cómodo. Sobre todo si debe marcar para voltear la eliminatoria, como mañana. Mismos protagonistas, pero diferente hoja de ruta. Esperen sorpresas.