El partido frente al Celta ha sido una viva imagen del juego que ha venido desarrollando el conjunto blanquiazul durante toda la temporada: buen trabajo en defensa y poco acierto en ataque. Los de Vigo que fueron superiores en la primera mitad, no dejaron al Málaga materializar ocasiones de peligro contra la meta defendida por Rubén Blanco. El equipo de Gracia pecó de mantenerse ordenado y no fue capaz de crear juego. El centro del campo totalmente perdido debido a la poca presencia de Recio y Camacho, decantaron la posición del esférico a favor de los locales en los primeros cuarenta y cinco minutos de partido.

El Celta con el paso de los primeros minutos se fue haciendo dueño del partido ante un Málaga carente de ideas, y cuyo hombre más destacado por sus intervenciones, hasta el gol en el minuto 31 de Nolito, fue de nuevo, otra jornada más, el ‘Memo’ Ochoa.

No fue hasta la segunda mitad cuando el Málaga comenzó a despertar y entrar poco a poco en el partido. Los pupilos de Gracia, tras el descanso, mejoraron en el aspecto ofensivo. Aunque empezó primero atacando el Celta por medio de Orellana, que materializó un disparo que supo atajar sin mucha complicación Ochoa. Rápidamente, respondieron los blanquiazules con un gran pase de Atsu que conectó con Camacho, pero a última hora el disparo del centrocampista se topó con los guantes de Rubén Blanco.

Faltó pegada

El Málaga buscaba a toda costa el empate en Balaídos, pero cuando no era por la falta de acierto en ataque, era por el meta del Celta. Los jugadores blanquiazules, cuando llegaban al área con peligro para disparar desde la frontal, se topaban una y otra vez con los guantes de Rubén. De hecho, Camacho casi al final del encuentro volvió a verse las caras con el meta, obteniendo el mismo resultado: parada y balón fuera.

Quizá el Málaga al final del partido mereció el empate, sin embargo, acabó pagando el mal juego de los primeros cuarenta y cinco minutos. El gol de Nolito en el minuto 31, fruto de una conexión entre Orellana y Aspas acabó dando el triunfo a los de Berizzo. La jugada la empezó Nolito por la banda izquierda, conectando con las botas de Aspas por el centro, que acabó filtrando un pase a la derecha para que el chileno colgara el balón al corazón del área pequeña, justo por donde pasaba Nolito que, acabaría culminando la jugada, rematando el esférico a placer contra el fondo de la red.

Una magistral jugada del tridente del Celta que bastó para desarbolar a la defensa del Málaga y con ello guardar los tres puntos en casa. Quizá no fue correcto el planteamiento de Gracia. Sabiendo que el Celta es un equipo que se caracteriza por ejecutar un juego ofensivo basado en mantener la posición de la pelota, posiblemente no fue acertado que el Málaga saliera a mantener las líneas juntas y aferrarse a la presión de sus dos hombres más fuertes en ataque, como viene siendo habitual en jornadas anteriores.

Ambición por la octava plaza

El Málaga salió en la segunda mitad convencido de que la remontada era posible. Bastaba con  que sus dos hombres más destacados en el centro del campo, Camacho y Recio, participaran más, buscando la entrada por las banda de sus laterales para colgar centros al área. No fue del todo así, pero en el segundo tiempo los de Gracia se fueron arriba y protagonizaron varias jugadas de peligro, sin mucha fortuna, que podrían haber acabado en gol. El empuje del aragonés, alentó a sus compañeros. Pasó a convertirse en un punta más, y estuvo a punto de conseguir el gol en dos ocasiones, sin embargo, ambas jugadas tuvieron un mismo final: la parada de Rubén.

No ayudó mucho la expulsión de Gracia (la cuarta esta temporada), ni tampoco la presencia del jeque. Que tras mucho tiempo acudía a un estadio para ver a su equipo. El cambio, casi de última hora de Juanpi por Chory Castro, permitió soñar al conjunto de la Costa del Sol con el empate, sin embargo, el arreón de los primeros minutos de la segunda mitad se fue diluyendo con el paso de los minutos y el Málaga acabó sumando otra derrota esta temporada, esta vez en Balaídos. Sin embargo, para consuelo de muchos, la derrota no impide que el Málaga siga soñando con ser octavo a final de temporada.