Posiblemente uno de los deportistas que más ha impresionado a los aficionados que gozaron el placer de poder verle jugar haya sido Michael Jordan y, de una de sus frases se podría extraer una lectura muy cercana a los motivos por los cuáles el Barcelona ha acabado proclamándose campeón de una Liga que en marzo parecía ganada, pero que en cuatro partidos estuvo casi perdida. Una Liga que casi perdió y volvió a ganar, pues como dijo Air Jordan en una ocasión: “He fallado más de 9000 tiros en mi carrera. He perdido más de 3000 partidos. 26 veces se confió en mí para tirar el tiro ganador y fallé. He fallado una y otra vez en mi vida. Y es por eso que he tenido éxito”.

La clave del éxito por tanto está en seguir intentándolo, seguir caminando sin miedo de errar, ser consciente de que es preciso perder para volver a ganar. Identificar las razones por las que se ha caído y una vez besada la lona, pisada la tierra, sacar lo mejor de cada uno y confiar en que lo mejor está por llegar. Una filosofía que además del estilo que ha hecho posible que el Barcelona sea uno de los referentes del fútbol europeo y mundial, ha enterrado una personalidad histórica tradicionalmente fatalista que provocó que el conjunto azulgrana bajara los brazos casi siempre de forma anticipada.

En esto del fútbol los números no suelen mentir y conquistar seis de las últimas ocho Ligas está al alcance de muy pocos. Tampoco es nada desdeñable el ranking que fue recientemente publicado en prensa sobre los futbolistas con más títulos de la historia. Llama poderosamente la atención que cuatro de ellos sean del arco generacional de la etapa triunfal del Barcelona. Con el Barça sucede justo lo que hasta no hace muchos años acontecía con el Madrid, ha mal acostumbrado a sus aficionados a ganar y parece todo demasiado sencillo. Es además muy común ser atacado por el mal de altura cuando se está cerca de la cima más alta, y no es nada sencillo no perder el norte. Siendo humanos lo llegaron a perder y hubo un momento en el que ni las cabezas ni las piernas parecían dar para más. Posiblemente en la tramoya del vestuario se hayan producido historias que solo se conocerán con el paso de los años, pero todo este tipo de situaciones forman parte del lógico proceso de entrenamiento y competición de un equipo al que se le exigen los máximos resultados.

Por ello la consecución de la Liga y la forma en la que se ha conseguido otorga una dimensión mucho mayor al título. Los rivales directos del conjunto azulgrana han completado una temporada de Liga muy notable y poseen un altísimo nivel. El fondo de armario que posee el Real Madrid es superior al del conjunto azulgrana, y la actitud, aptitud y solidez como bloque del Atlético de Madrid es sin duda la mejor del fútbol europeo. Por tanto a estos niveles de dificultad solo queda felicitar a un justo campeón en el que sería complicado resaltar a un solo futbolista. El nuevo rol de Messi pasador siempre resultará un factor determinante, pero este Barça ya coronado en Liga encontró posiblemente en Luis Suárez a ese elemento de calidad y carácter que posibilitó la reactivación de un equipo que supo que es preciso perder para volver a ganar.