Nadie en su sano juicio piensa que será fácil. De hecho, nadie en su sano juicio atisba un futuro triunfal sin la correspondiente penitencia. Esa droga invisible a la que el Real Murcia vive enganchado. Una droga que dicen debemos disfrutar mientras te arrebata tus fuerzas, tu mente y todo tu ser, pero sin la que sería imposible paladear el sabor verdadera gloria. Pues solo aquellos que la han hecho suya, saben lo que es alcanzar el éxtasis. Han empezado los playoff, y lo han hecho como cabía esperar: una primera dosis de sufrimiento que únicamente marca el primer peldaño hacia la plenitud.

Mal inicio

Y Acciari salió a por la primera dosis con un once novedoso. El doble pivote Armando-Guilló, con Chavero de mediapunta y Germán arriba, dibujó un Murcia conservador. Defensa en bloque bajo, ayudas constantes y salidas al contragolpe aprovechando la velocidad del canario. Enfrente, un Toledo mandón, trataría de llevar la iniciativa volcando el peso del juego en su mediocampo. No fue de extrañar por tanto un arranque con claro dominio del Toledo, que no tardó en destapar las vergüenzas pimentoneras.

La poca altura del bloque defensivo  dificultaba en exceso la salida del MurciaAsí, antes del cinco, un centro desde la diestra se paseó sin peligro por el arco de Fernando; y poco después, un balón a la espalda de Ruso tuvo que ser despejado por Fernando. En el ala opuesta, el Murcia daría su primer aviso gracias a una contra llevada por Germán y culminada defectuosamente por Sergio García. La poca altura del bloque defensivo dificultaba en exceso la salida del Real Murcia, condenado durante la primera fase de juego a achicar balones. Por su parte, el Toledo controlaba el tiempo y ritmo de juego, hecho que facilitaban las pérdidas murcianistas en la salida de balón.

Germán gozó de la mejor ocasión de los granas. | Imagen:
Germán gozó de la mejor ocasión de los granas | Imagen: Carlos Bouza (La Verdad)

Los minutos transcurrieron, pero las sensaciones granas seguían dejando escaso lugar al optimismo. Esnáider se topó con la madera tras un portentoso remate, y Germán, que volvió a ser de los pocos en rayar a su nivel, dio la réplica tras golpear blandito un gran centro de Sergio García. La ocasión: un espejismo. El Murcia no estaba cómodo y la obligada sustitución de Satrústegui lesionado por Rafa de Vicente no ayudó a cambiar la situación, ni siquiera tras producirse una las acciones que marcaría el partido. William fue expulsado tras golpear duramente a Isi con los tacos, y el encuentro se emponzoñó. Entró en un rus de parones, faltas y tarjetas que acabaron con la primera mitad y con Onésimo, expulsado por protestar airadamente.

Mal sabor

Tras reponer fuerzas en el descanso, y con un hombre más, empezó la segunda parte para un Murcia obligado a dar un paso al frente. Nada más lejos de la realidad. Pese al decrecimiento local, el Murcia siguió desconectado en ataque. Sin un plan claro de cómo dirigir la ofensiva, sin regularidad en la circulación y muy desconectado con balón. Por momentos el cuadro grana llegó a dar la sensación de equipo sin fuelle, sin energía. En el ala opuesta, al Toledo le bastaba con focalizar todo su juego en los desmarques de ruptura a los costados de Esnáider, su mejor hombre sobre el campo, para generar inquietud.

Sin un plan claro de cómo dirigir la ofensiva ni regularidad en la circulaciónViendo como transitaba el partido, no tardó Acciari en intentar voltear la situación. Dio entrada a Carlos Álvarez y Fran Moreno, descargando a Chavero de responsabilidad en banda izquierda. La medida juntó en el verde a Rafa de Vicente, Chavero, Moreno y Guilló, más Germán y Carlos Álvarez, pero ni por esas los granas dieron con una línea de juego fluida. Los minutos fueron cayendo, pero la sensación de mayor peligro segúia siendo toledana. Al final, un centro a la nada de Pumar y una pérdida de Chavero dentro del área fue el escaso bagaje ofensivo de un flojo Real Murcia.

Los parones y las faltas protagonistas del segundo tramo | Imagen: Carlos Bouza (La Verdad)
Los parones y las faltas protagonistas de la segunda mitad| Imagen: Carlos Bouza (La Verdad)

Empate 0-0 definitivo que deja la eliminatoria completamente abierta. Tras un primer tiempo de claro color local, donde el Toledo controló el partido en todas sus fases, la expulsión de William igualó y embarró la contienda. Hasta 13 tarjetas se mostraron en un choque no especialmente duro, donde la falta de continuidad en el juego hizo imposible ver algo de fútbol. Resultado pues negativo para el Real Murcia a tenor de su superioridad numérica durante gran parte del mismo, pero positivo en términos resultadistas. Las cuentas son fáciles: necesitará ganar en casa al Toledo para avanzar a la siguiente ronda.