Unai Emery, ese entrenador que hace unos días era el más feliz del mundo gracias a haber ganado la Europa League, y ayer tras la final de Copa, era el vivo retrato de la tristeza. 

El técnico del conjunto sevillista atendió a los medios de comunicación con gesto serio, melancólico y con la mirada perdida, como si siguiera dándole vueltas a alguna decisión que había hecho durante el partido. "Felicitar al Barcelona por la Copa", fueron las primeras palabras del técnico sevillista. "Lo mejor fue la respuesta a los 120 minutos de querer y creer en ganar esta final", reconoció el entrenador. También le preguntaron sobre que había faltado durante el encuentro, a lo que el técnico respondió: "El acierto en los momentos que el equipo ha tenido ocasiones y algo más de frescura".

Emery cargó contra el extremo ucraniano, Konoplyanka, que entró en la segunda parte y no dio el rendimiento que esperaba el técnico vasco. "Es difícil para Konoplyanka, que es un chico encantador, humilde y que quiere progresar. Está acostumbrado a jugar pero le falta competir. Es un proceso que no se hace en una semana ni en un mes ni en cuatro ni en doce. Hoy era un partido para competir y estoy contento porque él quiere, pero tenemos que hacerle mejorar para que compita más", indicó. "Para crecer tienes que pasar de jugar a competir. Jugar podemos jugar todos", se despachó en una crítica sin precedentes.

"El equipo ha competido bien. Con 11 nosotros y 10 ellos hemos tenido el control del partido. Nos ha faltado mayor agresividad, pero hay que valorar el gran esfuerzo del equipo a pesar del cansancio del miércoles", indicó. El técnico sevillista insistió: "Hemos sido capaces de ser superiores al rival, pero es el Barcelona y siempre sabes que puede desequilibrarlo en cualquier momento".  Una de las claves del partido fue la expulsión de Javier Mascherano, algo que no supo aprovechar el Sevilla como se esperaba. "Con la expulsión de Mascherano, he visto al equipo igual y con las mismas opciones de ganar", aseguró. "Hemos tenido nuestro palo, la ocasión de Banega, y otros momentos. Además, hemos conseguido que tuvieran pocas opciones", añadió. "La expulsión de Banega ha equilibrado y ha decidido que el Barcelona tuviese el acierto", se lamentó.

El cansancio acumulado en Basilea, en la final de la Europa League, pudo pasarle factura al Sevilla, según dijo el técnico. "Después del miércoles había que hacer un esfuerzo hoy y hemos sabido hacerlo. Hoy nos ha faltado el acierto, pero hemos luchado contra un rival como el Barcelona", recordó. El técnico vasco no quiso achacar la derrota a la suerte: "No creo en la suerte, nos ha faltado frescura, con algo más de frescura hubiéramos podido reaccionar mejor".

Por ultimo ha querido tener un recuerdo a la afición sevillista: "En el fútbol estamos para vivir momentos especiales, vivir ilusiones y transmitir retos y el equipo los ha tenido y la afición ha participado de ellos. Vivir estas emociones es emocionante por cómo transmiten su energía al equipo. La victoria te engrandece en esa satisfacción y unión, pero hoy la afición ha entendido la dificultad del partido", finalizó.

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