Porteros hay muchos, pero solo un puñado de ellos pasan a la historia. Dentro de este último grupo se encuentran los que con sus paradas rozaron el cielo. Aquellos que jamás serán olvidados, unos hombres peculiares, que se ponen debajo del larguero, y paran aquellos disparos que ningún otro osa parar. Desde "la araña negra", Yashin, pasando por Gordon Banks o Dino Zoff, hasta llegar a Oliver Kahn.

En toda esta nómina de héroes se encuentra un español, aquel apodado "el Santo", un guardameta que a pesar de unos últimos tiempos conflictivos, estará siempre presente en la cabeza de muchos madridistas como el mejor portero que ha vestido nunca la camiseta del Real Madrid. Se trata de Iker Casillas, ganador de tres UEFA Champions League, dos Eurocopas, un Mundial, e infinitidad de títulos más.

El 15 de mayo de 2002 nació una leyenda

Como toda historia, la de Iker tiene un principio. Fue allá por el año 1999, cuando debutó en San Mamés. Casillas creció a pasos agigantados, y solo un año después estaba en Paris, defendiendo la portería del Real Madrid en su asalto a la octava Champions League. Aquel día el Madrid ganó 3-0 al Valencia, pero la consagración de Iker estaba aún por venir.

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Dos temporadas después, el portero de Móstoles no estaba en su mejor momento. Había perdido la titularidad, y es que un regular César Sánchez le arrebataba el puesto a mitad de la temporada 2001/2002. Iker era muy bueno, sí, pero con tan solo 20 años -le faltaban cinco días para cumplir los 21-, su experiencia no era aún la necesaria para ocupar un puesto de semejante responsabilidad. Muy cerca estuvo en aquellos días de marcharse al Manchester United.

En la final de la Champions del 2002, frente al Bayer, Del Bosque, como estaba previsto, puso como titular a César. Un día para olvidar de Iker, que veía desde el banquillo como Raúl adelantaba al Madrid, y Lucio ponía las tablas en el marcador a balón parado. Entonces, el momento que cambió su vida llegó.

Aquel minuto 68...

César saltaba a por una pelota sin peligro, pero al caer, su cara cambió. Se había roto. No podía seguir. Casillas calentaba en la banda cuando le confirmaron que iba a salir. Aquel portero de 20 años, con la que se le venía encima, solo podía pensar en una cosa: cortar las mangas de su camiseta, pues eran largas y no le resultaban cómodas. Tras unos tijeretazos, Iker Casillas saltaba al campo.

La vida de Iker Casillas cambiaba aquel 15 de mayo de 2002, alrededor de las diez de la noche, cuando César se lesionaba, y el joven arquero saltaba al césped Hampden Park.

Justo antes del descanso, Zidane había puesto al Madrid en ventaja, 2-1, y a 20 minutos del final, al Real Madrid le tocaba aguantar. El entrenador alemán, Klaus Toppmöller, quemaba sus naves, entraban al campo Berbatov y Kirsten. El Bayer Leverkusen buscaba el empate, pero se encontró con un portero diferente al resto, condenado a triunfar.

Tres paradas que valen un título

Primero sería Yıldıray Baştürk el que probaría a Iker. Tras marcharse de Makelele, el turco ensayaba un disparo desde la frontal que Iker, volando hasta su poste derecho, despejaba a córner. Pero el milagro, el milagro no sería ese, sino lo que acontecería instantes después. 

Berbatov se encontraba un balón en el segundo palo, libre de marca, y con Iker en el suelo. Arrojándose al césped, remataba un balón condenado a ser el 2-2. Pero no, y es que Iker, con su pie derecho, sacaba el balón de la mismísima línea de gol. Una parada histórica.

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No se acabaría ahí el peligro, ya que segundos más tarde, Iker volvía a evitar el gol alemán, esta vez con una parada tras un cabezazo, poco vistosa, pero efectiva. El partido se acababa y el Madrid sumaba nueve Copas de Europa, más que ningún otro club de Europa.

Hoy, día de la final donde el Madrid busca la undécima, 14 años y 13 días después del recital de Iker, las cosas son muy diferentes. Iker hizo historia con el Madrid, tocó el cielo en Sudáfrica, pero su momento acabó pasando. Ahora en el Oporto, Casillas se centra en la Eurocopa de Francia, pero siempre con un ojo puesto en el equipo de su corazón, y recordando que hace algo más de 14 años, comenzó su leyenda.